“Marcharemos el 24 junto a todo el pueblo que se rebela ante las injusticias”

Oscar Castelnovo

Andrea Casamento: Asociación Civil de Familiares en Cárceles Federales (Acifad)

Andrea tuvo a su hijo seis meses en prisión, en 2004, acusado y luego absuelto de “haber robado cuatro empanadas”. Suponiendo que las haya sustraído y que la justicia existiese, ¿cuántas reencarnaciones debería vivir Mauricio Macri para pagar el saqueo brutal que sufrió el pueblo Argentino durante su gobierno, sin contar lo desvalijado por el Grupo Socma, que preside su padre, en las últimas seis décadas? Mi hijo estuvo sancionado en una celda de castigo en Ezeiza y un día me llamó por teléfono y me dijo que se quería matar porque ya no aguantaba más”, evoca con dolor Andrea. Esos días trágicos le bastaron para tomar la decisión de luchar por los otros hijos durante todos estos años, “y para siempre”, afirma.¿Qué mejor carta de presentación de esta luchadora?

Ella recuerda que: “Éramos un grupo de mujeres llorando en la puerta de la cárcel. Algunas teníamos un poco más de recursos, como saber leer, por ejemplo. Entonces, le escribimos a muchos organismos y organizaciones para reclamar ante tanto sufrimiento: El de nuestros hijos adentro y el de la familia afuera. Todas nos respondieron, pero el problema de nuestras familias, no lo tomaba nadie. El tema de las requisas intrusivas, el verdugueo constante, saber leer una causa, era toda una gran dificultad, yo era una mamá que había firmado boletines, no tenía ninguna experiencia”.

A la vez, Andrea reflexiona que: “Cuando hay una persona presa, toda la familia empieza a tener una dinámica distinta. Una de las cosas que pasa con los familiares es que no saben que tenés derechos. Alguien me dijo: “Mire, señora, ármese una ONG”. Yo no sabía ni qué quería decir la sigla. Y ahí es donde contactamos con la abogada Claudia Cesaroni, del Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos, integrado por militantes, y nos brindaron herramientas para organizarnos colectivamente. Porque antes nos habíamos pasado llorando cuatro años. Y, por ejemplo, ante las requisas intrusivas o el maltrato en los juzgados, vos no decías nada con tal de ver a tu hijo, porque podía estar bien, mal, golpeado o mucho peor. Y siempre sufrimos la discriminación porque los familiares seremos eternos sospechosos”.

Respecto de la participación en la marcha del 24 marzo, Andrea valora que: Es un hecho mucha relevancia, un compromiso y una alegría poder hacerlo desde este espacio. Hay compañeras más jóvenes que no tenían mucha idea sobre la dictadura y las luchas que vinieron después, hasta hoy mismo. Y entonces ahora vamos avanzando en la concepción de que el Frente Sin Reversa es un espacio nuestro y que la Plaza también es nuestra. Para mí esto marca un antes y un después. Mirá, mi hijo estuvo seis meses preso, pero yo no quiero que le pase a nadie lo que pasé yo. Por eso decidí luchar toda la vida en esta causa”.

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Elvira Meza: Red de Madres Camino hacia el Siglo XXII (en al marco de la Comisión Provincialpor la Memoria (CPM)

Elvira tiene a su hijo preso hace 10 años, quizá en el peor de los sitios: La provincia de Buenos Aires, con 54 penales, alcaidías y comisarías abarrotadas de excluidos. Ella impulsó la organización de familiares de detenidos de la provincia y sostiene que: “Sí, es el distrito más complejo, tenemos millones de personas en estado de vulnerabilidad carentes de todo, y nosotros debemos asesorar porque no muchos no saben sobre sus derechos. Mirá, la vida en un penal bonaerense es un infierno, donde no hay comida ni trabajo, están todo el día como dicen los chicos “engomados”. Donde sufren torturas y a los que reclaman los mandan lejos o los matan. Está la violencia del Servicio todo el tiempo y a veces la “terceriza” reclutando a otros privados de libertad para sus negociados. Nadie merece vivir ese calvario que luego se vuelve en contra de toda la sociedad”.

También Elvira recordó que recientemente fueron con la CPM a la ciudad de Pergamino a estrechar vínculos y solidaridad con los familiares de siete jóvenes asesinados por la Policía Bonaerense en la Comisaría 1°.

Por otra parte, Elvira subraya que: “Según los estándares internacionales cada preso debe tener 7 metros cuadrados, eso daría 20 mil detenidos en Buenos Aires, pero hay más de 40 mil. El hacinamiento es brutal. En celdas de 4 por 4 llega haber 15 o 20 presos, muchos deben dormir en el piso, en la mugre, sin cubrirse, sin nada y encima no hay salud, ni médico, solo garrote y más garrote”.

A la vez, Elvira establece una relación entre lo que sucede en los barrios y en las cárceles de mala muerte: “Creo que nuestro país, debe ser uno de los primeros en el mundo en el tema de causas armadas. En toda la Provincia, te encontrás con chicos a los que la policía lo “empapeló”, como dicen. También tenés miles de casos como el de Luciano Arruga, asesinado por negarse a robar para La Bonaerense. Eso se reitera hoy, hoy mismo, todos los días: Viene un policía y le dice al chico, “Mirá, tenés que trabajar para mí, si no ya sabés”, lo amenaza, lo presiona, es una realidad cotidiana con la que nos enfrentamos”.

“Yo vengo militando hace 10 años y empecé porque tengo un hijo detenido –dice Elvira -. Y pienso que hay un Estado que en muchos casos te obliga a robar, luego te mete preso y después te tortura y te mata. ¿Y la educación, la cultura, el deporte, la alimentación, el trabajo? ¿Dónde estaba el Estado para garantizarles todo esto a nuestros jóvenes antes que ingresen al infierno? Hay un caso me llamó la atención, un chico estaba preso por contestar mal a la policía. ¡Mirá por qué lo encerraron! Él tenía problemas de consumo. ¿Y quién regentea la venta de drogas en todo el país?: Las policías amparadas por parte de la justicia y también por políticos, pero luego el que va preso es el chiquito que es el último eslabón de una cadena de adultos que debieron protegerlo y no arrasarlo. El Estado desaparece a la horade garantizar los derechos, pero reaparece para reprimir. Esa es nuestra indignación”.

Luego, Elvira sostiene que: “El consumo de drogas y alcohol no son abordados por políticas estatales, no hay políticas de inclusión para prevenir el desastre. ¿Y al salir de una cárcel, dónde está el Estado? Y, ¿cómo puede ser que una persona que estuvo 10 años presa, salga de prisión sin haber terminado la primaria? ¿A quién le interesa? ¿Sabés qué hace el Estado cuando sale un pibe? Manda a un policía a decirle que le debe plata al comisario y que le tiene que pagar. Entonces: o roba para ellos o vuelve a la cárcel. Y encima quieren aprobar estas leyes, tango a nivel nacional como provincial para dejarlos eternamente ahí. No lo vamos a permitir”.

A la vez, sobre el próximo Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, Elvira aprecia: “Para nosotros será una fecha histórica, marcharemos el 24 junto a todo el pueblo que se rebela ante las injusticias, por primera vez. Es muy importante, estar junto a otros luchadores, porque ninguna lucha va a ganar por separado, tenemos que unirnos. Y además, en todas las peleas del pueblo siempre hay un detenido o detenida. Esta unidad y esta movilización son decisivas para nosotros y para todos los que no se resignan a la pobreza, a la exclusión ni a la represión”.

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Claudio Castaño: Cooperativa Hombres y Mujeres Libres

La entidad que integra Claudio está dentro de la Red de Cooperativas de Liberados/as y Organizaciones Sociales en Contexto de Encierro donde también militan: Rancho Aparte, YoNoFui, Limando Rejas, La Mella en Cárceles, Coope Esquina Libertad, Pensadores Villeros Contemporáneos y Taller Reverdecer. La participación en este espacio, modificó radicalmente la perspectiva de Claudio al atravesar las rejas, luego de largos años. De ese modo, él cuenta que: “Quizá mucha gente piense que cuando salimos ya podemos trabajar, estudiar y que ya está todo bien. Pero es algo muy alejado de la realidad. No hay nadie, ni programa o institución que apoye al liberado, por eso armamos la cooperativa, para tener un trabajo digno para nosotros y nuestras familias. Es que hay una política, que viene desde lejos, trae aparejada represión y pretende bajar la edad de la imputabilidad, o reformar para peor la Ley de Ejecución Penal 24660, quieren quitar los derechos de los privados de libertad, y dejarlos adentro de punta a punta de la condena, que es algo inconstitucional y macabro. Es parte de una política de exclusión y rigor para los más pobres”.

Luego, Claudio narró que: “Hace pocos días, a cuatro años de haber salido, tuvimos una asamblea de unos 70 liberados y las preguntas que nos hacíamos todos es: “Che, ¿hasta cuándo nos van a tener castigados, silenciados, marginados? ¿Cuántas veces vamos a pagar la condena? Solo había 4 experiencias positivas, eran las de compañerxs en cooperativas, entre más de 70 personas. La inmensa mayoría no tenía posibilidad de laburo porque tienen antecedentes penales. Y, bueno, decidimos no callarnos más: Salir a pelear por nuestros derechos, mal llamados beneficios”.

Más adelante, Castaño refirió a la vinculación entre en el neoliberalismo, la constitucionalidad y la situación en las cárceles: “Yo era muy pibe durante la dictadura, pero recuerdo que a mi vieja le desparecieron amigas y también a muchos otros. Sé que mucha gente quedó sin trabajo y que fue el comienzo del neoliberalismo. Pero las muertes en prisión y el gatillo fácil en el barrio son sistemáticas. Ningún gobierno democrático se puso al hombro esta masacre y está como naturalizado. El gobierno anterior era popular o populista, llámalo como quieras. Éste es neoliberal, en los dos casos los asesinatos y las torturas no pararon en las prisiones. Desde el comienzo de la etapa constitucional no pararon nunca de edificar prisiones y encerrar pobres”.

Finalmente, Claudio sostiene con orgullo y emoción: “La cooperativa es parte de haber recuperado nuestra identidad humana. Pasamos más horas acá que en nuestras casas, aprendimos mucho: A trabajar colectivamente y a escuchar a los otros, a luchar unidos. Y ahora con el Frente Sin Reversa con el cual vamos a marchar el 24 de marzo, con todo el pueblo, haremos un hecho histórico que nos iguala a tantos otros y será un gran momento para continuar la pelea por nuestros objetivos”.

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Alfredo Cuellar, papá de Florencia, “La China”
El 23 de diciembre de 2012 fue el día más demoledor que vivió Alfredo. En esa jornada, los efectivos del SPF que debían garantizar la vida y la integridad de “La China”, la asesinaron y fraguaron un “suicidio por ahorcamiento” para encubrir el crimen. ¿ Y los jueces que también debieron resguardarla? Bien, gracias. Si algo funciona perfectamente en la Argentina es la “Omertá”, palabra que designa el pacto de silenciamiento y sangre de la mafia siciliana. Solo que en nuestro país la “Omertá” está integrada por la Familia Policial, la Penitenciaria, la Judicial y la casta política que integran numerosos dirigentes. Sólo así, se explica que “La China” fuera la última de nueve chicas, rebeldes, masacradas en la Cárcel de Mujeres de Ezeiza y que ningún matador haya sido castigado.

“Querida hija: El destino cruel quiso que ese día quede estampado para siempre en mi memoria, jamás voy a olvidar ese día fatídico en que se apagó la luz de tus ojos y también se borró para siempre tu hermosa sonrisa…nunca más voy a olvidar ese momento en el que se aflojaron mis piernas y mi corazón estaba a punto de estallar…de mis ojos caían enormes gotas de lágrimas que humedecían tu cuerpo inmóvil, dejando un vacío enorme en mi corazón, que a través del tiempo lo fui llenando con luchas y sacrificio, enfrentando a este sistema poderoso que aniquila a los seres humanos privados de la libertad”. Así le escribió Alfredo a su hija al cumplirse un aniversario del crimen.

Sobre su lucha, Alfredo sostuvo que: “Nunca lo imaginé, nunca me preparé. Después que la asesinaron empecé esta militancia impensada. Me enteré por las compañeras que me llamaron a los 5 minutos, porque el SPF nunca me dio una respuesta. Yo estaba separado, al frente de mi familia y no me quedó otra que salir”.
Respecto de sus visitas a Ezeiza durante la prisión de la China, Alfredo recapitula que: “En general las mujeres más grandes eran las que trataban de contener a las más jóvenes y trasmitirle sus derechos. Pero en ese tiempo se dio al revés, las que luchaban los derechos de todas, eran las jóvenes, a pesar de que las tenían más conocimientos eran las “doñas” o “tías”, las más grandes”.

Al hablar sobre el trato que recibían las chicas, el padre de “La China” enfatizó que: “Lo que buscan es tirar por el piso su dignidad, su orgullo de mujer. Recuerdo muchas veces todas las torturas psicológicas y físicas que sufrían, hasta llegaron a empalarlas: ¡introducían sus bastones en sus nalgas!. ¿Y a eso llaman resocialización? ¿Así preparan su reinserción? La política represiva en las cárceles es brutal y las rejas no sirven para nada bueno. Y enfrentar al Servicio les costaba a las chicas mucho sufrimiento, amarguras y hasta la vida. Pero era tanta la represión que igual se organizaron porque no podían más”.

“Yo escuché a una compañera de la China decir: ‘Nos estamos acostumbrando a que nos golpeen. Nos juntamos de espaldas y empezamos a recibir los golpes’. Y luego empezaron las muertes de las 9 chicas. Para mí, cada una de ellas es mi hija y también las que aún están adentro”, recuerda Alfredo.

A la vez, el papá de “La China” evoca las diversas marchas a las puertas de la Dirección Nacional del SPF: “Eso fue algo que nos nació y armamos desde la indignación que veníamos sufriendo, con la mafia penitenciaria y judicial. Y así decidimos marchar, al principio éramos unos pocos, pero fuimos creciendo cada vez y, en muchas ocasiones, logramos visibilizar la represión”.

Su lucha se fue rodeando de solidaridad: “Una vez vi un afiche de la Comisión Provincial por la Memoria y lo sentía como algo muy lejano, no pensaba que podían ayudarme. Y lo mismo con los familiares de detenidos en cárceles federales o las de la cooperativas, la Liga y muchos otros. Me empezaron a llamar, para acompañarnos y ya no me siento solo en esta lucha”, asevera Alfredo.
“Hubo momentos de mucho miedo -continúa -. Recuerdo que algunas mujeres me decían “no me vengas a buscar para estas cosas, es muy peligroso”. Y tenían razón. Yo fui secuestrado, golpeado, amenazado de muerte y tirado en un descampado. Me desperté bañado en sangre, por buscar justicia por el crimen de mi hija. Por eso es importante estar juntos y rodeados”.

Sobre la relación con “La China” en el tiempo de encierro, Alfredo dice que: “Por un lado, fue triste, te crece la angustia cuando vos te vas de la visita y ella se quedaba adentro. Ahí tenía que ver a mi hija en esas jaulas humanas, en esos centros de exterminios. Pero, también nos unimos mucho padre e hija y hablábamos de todos los temas. Y a medida que pasaba el tiempo la relación se hacía más estrecha, no faltaba a ninguna visita. A ella le daba fuerza verme y a mí también. Incluso me hice muy cercano a las otras chicas. Y empecé a tener conocimiento de una realidad que ignoraba. Me aportó mucho la China. Ellas sabían que las podían matar y siguieron, así que yo no puedo ni quiero abandonar la pelea, porque sería una falta de respeto a su amor”.

Finalmente, Alfredo evalúa que: “El 24 será un día histórico, marcharemos contra el sistema que nos discrimina. Allí podemos visibilizarnos más, porque nuestra pelea es tapada por los grandes medios. ¿A quién le importan los pobres? Nosotros con uno u otro gobierno vimos cómo cada vez había más cárceles y más comisarías. Y somos piantavotos. Así que por primera vez, vamos a marchar juntos con los despedidos, con las mujeres, con los trabajadores, es de vital importancia. Creo que el Frente Sin Reversa es un gran paso. Para nosotros, un paso impresionante”.