El abrazo de la Argentina doliente

Al comenzar el intercambio, cada una de las madres y Elsa narraron a los periodistas las circunstancias alevosas en que mataron a los suyos, la negación de Justicia que luego recibieron en los juzgados y remarcaron que en toda la etapa constitucional fue creciendo la cifra de los crímenes. “La lucha es para que no sigan matando a los nuestros. Y por eso marcharemos el próximo 27 de agosto de Congreso a Plaza de Mayo”, indicaron.
Fue allí, cuando Duschatzky reveló que desde que llegó la actual gestión quiso “forzar a que nuestras únicas fuentes en estos dolorosos temas fueran las fuerzas de Seguridad, de hecho ese nombre le pusieron a la sección. Pero hubo compañeras, que recibieron el telegrama del despido, que son jefas de hogares, que resistieron este arbitrario modo de recabar la información. Tuvimos siempre claro, en cualquier tiempo, que si nosotros no informamos sobre la realidad de los más vulnerables, entonces no servimos para ser periodistas”.

Por su parte, “Darta”, el delegado, destacó que “hemos luchado para que estos crímenes no se tapen, tuvimos que dar pelea en distintas administraciones, pero históricamente hubo compañerxs que enfrentaron las circunstancias”.

A su turno, el “Negro” Sánchez explico que “llamar ‘Seguridad’ a la sección específica los pinta de cuerpo entero. Para nosotros Seguridad es la vida, el laburo, la salud, el estudio y los pibes contenidos. Nos renueva del compromiso su presencia de hoy acá; y nos da mucha fuerza su apoyo”.
A la vez, Oscar Taffetani indicó que es un absurdo tratar solo las violaciones a los derechos humanos cometidos en la dictadura cívico-militar, “¿y qué pasa con las que ocurren en el presente”, se interrogó. Luego afirmó que el tema siempre implicó que los trabajadores tengan una actitud de firmeza y reclamo permanente ante la patronal.

Los despidos del Fondo
Más adelante, “Darta” detalló: “Hace 18 días que empezaron los despidos masivos, 357 compañerxs que son el 40 por ciento de los trabajadores. A unos le llegó el telegrama de despido. A otros la bienvenida a la Nueva Télam. Y a otros nada. Echaron a empleados con 25 años de laburo, a los dos miembros de una pareja, a un compa con cáncer. La misma manera de comunicar los despidos fue muy perversa. Ahora la justicia tiene que dictaminar sobre un pedido de reincorporación que ya avaló favorablemente el fiscal. Ellos tienen dinero fresco para pagar unos 500 millones en indemnizaciones, luego el acuerdo con del Fondo Monetario Internacional. Y estas medidas de ajuste son las que exige el Fondo, un ajuste brutal que quiere, además, disciplinar a todos los periodistas, pretenden dar miedo, quieren acallar voces”.

“El 65 por ciento de los despedidos está sindicalizados, o sea que lo que están haciendo es ajuste, es persecución política y sindical, es violación de la Constitución y de los tratados internacionales, es todo junto contra nuestros derechos”, agregó Duschatzky.
Asimismo, Sánchez explicó: “Nosotros les cuestionamos la censura, el tratamiento de los temas, la corrupción, la supuesta etapa “superprofesional” que nunca empezaron. Es decir, nosotros tiramos con todo y pareciera que no le penetran las balas, pero con toda esta lucha, alguna le va a entrar. Y lo que sabemos es que no estamos solos, cada vez tenemos más apoyo, un gran arco nos respalda”.

Así, Emilia, Mariana, María, Inés, Elsa y Alejandra se empaparon respecto de la pelea ejemplar que están librando los trabajadores de Télam. Y, a la vez, ellas les expresaron que “ no estamos acá simplemente como madres que sufrieron la pérdida irreparable, sino que somos pueblo explotado, trabajadoras que sabemos lo que significa la necesidad de un salario a fin de mes. Y sabemos que las luchas para triunfar deben ser colectivas, el problema de ustedes es nuestro y los crímenes del sistema hacia nosotros también los involucra. Nuestros objetivos tienen que ver con otra sociedad distinta a esta tan injusta que nos quita a quienes amamos, que nos tiene en vilo si tenemos o no trabajo, que no quiere que vivamos sin miedo y sin dolor”.

Ellas, sufrieron la peor hecatombe que es el crimen de sus hijos o hermano, a manos de los agentes estatales que debieron resguardar sus vidas en lugar de sesgarlas. Ellos, están en plena batalla por no perder el derecho a llevar una vida digna a sus hogares. Juntos, convinieron que ambas realidades deben enfrentarse como parte de un mismo combate. Que así sea.