“Me armaron una causa”

Ramón Solari

Después de siglos de luchas y cuando, ingenuamente, creía que había alcanzado un grado de integración e inclusión social aceptable. Cuando creí haber demostrado con hechos que mi vida era una nueva vida vengo a enfrentarme a un linchamiento penitenciario. Solo contra la cofradía carcelaria que, más allá de los muchos logros que en materia de derechos humanos se alcanzaran y los organismos de contralor luchan insistentemente en que no se vulneren, aun los penitenciaros siguen con su práctica sistemática de abusos y tormentos, apremios y vejámenes, armando causas judiciales cuando el terreno les es propicio y encuentran personas funcionales al sistema.
Desde hace dos años y se encuentra en trámite una causa penal en mi contra, a la espera de tiempos propicios. Dos años en que la cofradía penitenciaria urdió estrategias, fabrico elementos de “prueba” que me inculparan asesorados y apoyados por sus asesores legales sin que yo tuviera el más mínimo indicio de lo que tramaban.
No tomaron en cuenta que llevo más de cinco años integrado a la comunidad. Una comunidad que me abrió sus puertas, que me incluyo y permitió realizara una especie de penas reparadoras. Que me hiso sentir útil, y que me dio una oportunidad de vida real. Una sociedad que no me pregunto de donde venia ni que había hecho, simplemente me abrió sus puertas y yo elegí vivir esta vida, demostrando con hechos que los largos años de encierro carcelario sirvieron para emprender con éxito una vida de verdad.
Nada de ello importo a quienes integran la mafia carcelaria, los que no quieren ni procuran la perfectibilidad del hombre, las que solo siguen viendo objetos utilizables y matables, estadísticas, números, ladrillos en la pared de un muro cada vez mas alto. De aquellos que siguen con el palo y la ataca en la mano, los que propugnan la pena de muerte y el encierro por el castigo en sí mismo, los que construyen cada día musulmanes o viudas de Torquemada.
Me encuentro en la antesala de un juzgado que no se si le interesa hacer estadísticas o equilibrar la balanza de la justicia, si le interesa tener un perejil mas dentro de la cárcel o meter en ella a los corruptos de verdad.
Que encrucijada!!!
De cualquier manera y más allá de lo que me depare el destino NO voy a bajar los brazos, ni retroceder un solo pasó. Son muchas las personas que confiaron en mí, que me dieron una oportunidad de vida, que creen en mí y además por la sencilla razón de que disfruto la vida cada micrón de segundos los últimos cinco años.
Esta es otra piedra mas de las tantas que he debido soportar y sortear a lo largo de los casi 21 años de “tratamiento” carcelario y no voy a retroceder hoy por mas solo que me encuentre frente al monstruo penitenciario.
A los que me dieron una oportunidad de vida, muchas gracias y quédense tranquilos que no voy a salir corriendo ni voy a retroceder.
A los que se prestaron para armar esta causa les digo que no me olvide como hacerles frente. Como desenmascararlos!!!
Los más de tres mil kilómetros que me separan de la gran ciudad, el olvido de los jueces de ejecución en velar por los derechos y garantías de las personas que tienen a su cargo, la desidia de los defensores oficiales que se justifican por el sin numero de causas que cada día les llegan a sus despachos olvidando que dependemos de ellos para resguardar esos derechos y garantías, todo eso conspira en mi contra y allano el camino para que agentes, corruptos, de la administración carcelaria armaran esta causa en mi contra para cubrir sus espaldas, para deslindar responsabilidades, aplicando el concepto de que: “…el hilo se corta por lo más fino…” y sabido es que el preso es el hilo más fino dentro del sistema carcelario.
Se equivocaron señores: no voy a bajar los brazos, no voy a correr. En cambio les prometo que voy a pelear de pie y con la verdad y esa verdad los pondrá a los corruptos de verdad en el banquillo de los acusados.