Gendarmería y la Federal reprimieron a niños y adolescentes en Bajo Flores por ensayar para el carnaval

El viernes 29 a la noche, un grupo de vecinos ensayaba con la murga en la manzana 9 de la villa 1.11.14 de Bajo Flores cuando Gendarmería se hizo presente para “retirar un auto abandonado del lugar” con una supuesta denuncia por robo en las inmediaciones del barrio. Sobre la calle Bonorino entre Riestra y Ana María Janner alrededor de las 21 horas, la gendarmería, sin previo aviso y sin causa, interrumpió con disparos de balas de gomas el ensayo de la murga “Los Auténticos Reyes del Ritmo”.
Los vecinos explicaron que no existió motivo ni provocación alguna que explique el accionar irracional de los gendarmes, todo lo contrario. La murga agredida es reconocida por la comunidad por su mensaje de paz y alegría. La gran cantidad de niños participantes confirma esta descripción.

El saldo de este “exitoso operativo de seguridad” fue de 16 personas gravemente heridas, de los cuales cinco de ellas son menores y 2 se encuentran internadas con múltiples lesiones.

La versión de los efectivos de la Gendarmería intenta justificar la reacción oficial y el uso de armas de fuego, alegando un supuesto operativo en marcha. Sin embargo, la situación donde resultaron heridos dos agentes fue posterior a los hechos aquí denunciados.

Prueba de ello son las filmaciones obtenidas de los celulares de los vecinos, que muestran como el director de la murga intenta entablar un dialogo con los oficiales y es recibido con catorce impactos de goma en su cuerpo.

El sábado, las legisladoras del FPV Paula Penacca y Lorena Pokoik se hicieron presentes en el lugar junto a funcionarios de ATAJO, la oficina de acceso a la justicia de la Procuración General de la Nación para reunirse con los damnificados, relevar información y poner a disposición las herramientas legales para esclarecer los hechos y buscar respuestas ante los posibles excesos.

Tres niños quedaron muy mal golpeados, de los cuales dos se encuentran internados en el Hospital Piñeiro, uno de ellos con heridas de un disparo arriba de un ojo.

Este recibimiento prematuro y nada feliz del inicio del carnaval por parte de esta fuerza se seguridad nacional reafirma nuestra preocupación por el avance del estado policial en que se ha sumergido al territorio porteño desde el dictado de la emergencia en seguridad y el anuncio del traspaso de la Policía Federal a la Ciudad de Buenos Aires. Represión, gatillo fácil, detenciones arbitrarias, y criminalización de la pobreza parecen ser la nueva moneda corriente de un cambio que propone retroceder el futuro hacia el pasado.