Justicia para el “Rey del Colegio”

Alejandra Camilo

Carlos había crecido en un campo –cercano al Lago Lacar, en San Martín de los Andes, 400 km al sur de la ciudad capital- en el seno de una familia humilde. Allí realizó sus estudios primarios. Se trasladó a Neuquén capital para continuar con el secundario en una escuela industrial. Se recibió de técnico químico.
Trabajó en diferentes lugares: en un laboratorio, en un supermercado y en una fábrica de jugo. En los ´80 lo empleó el sindicato de la construcción (UOCRA). La directora del secundario donde Carlos era profesor de química (en el Centro Provincial de Enseñanza Media Nº 69 de la Cuenca XV, uno de los barrios más pobres del oeste de Neuquén) comentó que: siendo adolescente había sido empleado como administrativo en la UOCRA. Empezó a involucrarse en las luchas por mejores salarios y condiciones de vida. Así, trabajando, se recibió de docente recién en 2005, cuando contaba 38 años y comprendió que tenía que involucrarse en la misma lucha con sus nuevos compañeros docentes, que inmediatamente lo eligieron delegado sindical. Centro Provincial de Enseñanza Media (CPEM) Nº 69 de la Cuenca XV, Neuquén.

En 2006, Fuentealba recibió el premio del “Rey del Colegio” como mejor docente, distinción otorgada por los estudiantes. Esto ocurrió en el marco de una huelga de la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén, integrante de CTERA. Ese 4 de abril de 2007 se había decidido hacer un corte de la ruta 22 a la altura de Arroyito como medida de protesta. La decisión fue tomada en asamblea por la mayoría de los docentes. Fuentealba no compartía la decisión de hacerla en ese sitio porque lo consideraba peligroso, pero era respetuoso de la voluntad de la mayoría. La policía provincial recibió la orden del gobernador Jorge Sobisch de impedir que los docentes cortaran la ruta, para “garantizar el libre tránsito” de la misma.

Antes de que se realizara el corte de ruta, los docentes fueron desalojados con balas de goma, gases lacrimógenos y un carro hidrante un par de veces. Algunos se refugiaron en una estación de servicio y otros eran perseguidos por policías a pesar de haberse retirado de la ruta. Tras una conversación entre dirigentes y policías en la estación de servicio, se detuvo el accionar policial y los docentes se retiraron en grupo, a pie y en autos, hacia la ciudad de Senillosa, escoltados por camionetas policiales. Sospechosamente las camionetas policiales se adelantaron a la caravana, encerrándola y reanudaron el uso de la fuerza injustificadamente.
Fuentealba se encontraba en el asiento trasero de un Fiat 147 que se retiraba, cuando el policía José Darío Poblete, integrante del Grupo Especial de Operaciones Policiales de la ciudad de Zapala, disparó una granada de gas lacrimógeno hacia el auto, que se encontraba a dos metros de distancia. El cartucho de gas lacrimógeno atravesó el vidrio del vehículo e impactó en la nuca de Fuentealba, causándole un hundimiento del cráneo, sabiéndose que nunca lograría su recuperación (por eso tomamos el día 4, como el de la muerte). Sometido a dos operaciones, Carlos murió al día siguiente. (Narración hecha por el Prof. Daniel Alberto Chiarenza en su blog.
Según palabras de su viuda: “En los 80, inició su militancia en el Movimiento al Socialismo (MAS) y su actividad en la seccional provincial del gremio de la Uocra.

Acercar el aula al trabajo
“Por ese entonces nos conocimos y empezamos a salir. El trabajaba en la construcción y militaba en el sindicato. Se acercó a varios docentes porque quería armar algo para capacitar a sus compañeros. Quería acercar el aula al trabajo”, apuntó Sandra Rodríguez.
Sus alumn@s, especialmente l@s adult@, siguen agradeciéndole sus estímulos para progresar. Una de ellas,Ruth, escribió hoy en el facebook:“Es justamente esta mirada la que tengo grabada en mi retina; tu mirada y nuestras charlas sobre la realidad y los sueños. En esa aula del 69, nos enseñaste que la dignidad en los seres humanos, no es utopía, es real. Y en la ruta, a la altura de Arroyito, Nos enseñaste que nadie te dará jamás, esa dignidad, si la quieres, debemos levantar la cabeza, y salir a buscarla juntos. La lucha colectiva es la única salida, eso me quedo claro gracias a ti Carlos. Lamentablemente, dejaste la vida en esta última clase. El necio que creyó que eliminándote dejarían, tus pares, de luchar, Se equivocó!!! No sólo tenemos más fuerza, para luchar por nuestra dignidad. Te multiplicaron Profe!!! hoy, somos miles los que exigimos juicio y castigo a tu verdugo!!!”
Por esos días de abril de 2007, Sobisch afirmaba que había dado “la orden de desalojar la ruta, pero no se responsabilizaba de los excesos cometidos por la Policía”.Han pasado 7 años y sigue sin hacerse cargo.
Las marchas multitudinarias de cada año (quizás la más numerosa en Neuquén) le refrescarán la memoria, sin descanso: Una y otra vez.