Luciano en los libros de historia

Oscar Castelnovo

MÓNICA
“Lo busqué con el pensamiento, lo busqué con el corazón, cuántas veces me bajé del colectivo porque vi a un pibe con gorrita, la vida sabe cómo lo busqué. Pero no quiero hablar de mi caso, porque hoy Luciano nos convoca todos. (…) A todas nosotras nos matan a nuestros hijos y, como dicen ellos, somos ‘negritos”, ninguna vive en La Recoleta, todas somos de barrios bajos, somos laburadoras. Y cuando nos demos cuenta de cuántas somos nos vamos a asombrar de lo que podemos hacer. (…) Y no vayamos solo por la condena o la perpetua, ¡Nosotros acá estamos haciendo Justicia!”. Con esta desgarradora contundencia, Mónica puso el rumbo hacía un horizonte que no se halla en los juzgados, sino en la lucha popular y en los cambios que ella prefigura.

VANESA
La hermana de Luciano definió a la represión “como una política de Estado, que han llevado adelante todos los gobiernos constitucionales, que se expresó en gatillo fácil, torturas en los sitios de encierro, armado de causas, desapariciones forzadas, desapariciones de mujeres y niñas en las redes de trata y todo lo que vinimos visibilizando desde Familiares y Amigos. (…) Y vamos a construir desde abajo, con los familiares, con el encuentro de verdades que debemos escuchar entre nosotros, así vamos a entender la lógica que está presente en todos los casos. (…) Los grandes medios han instalado en nuestra sociedad la figura demonizada del pibe chorro y junto a ello los pedidos de mano dura y leyes más regresivas. La represión actúa como una política de control social sobre todo a los jóvenes y sectores humildes. Tenemos que defender los derechos de nuestros niños, niñas y adolescentes. Nosotros no hablamos de violencia institucional, sino de represión estatal”.

De este modo, Vanesa Orieta daba en el punto exacto donde se refugia el gatopardismo eterno: El concepto de “violencia institucional” desliga a quienes gestionan el Estado de la ferocidad represiva que despliegan. “Fue la Gendarmería”, “fue la Prefectura”, etc, son verdades. Pero medias verdades. Porque todas las fuerzas de Seguridad tienen sus mandos en el Poder Ejecutivo que los condecora, asciende y/o jubila con prosperidad. “El Estado es responsable”, es una clara verdad. Tanto, como que ese Estado está gestionado por hombres, mujeres, fuerzas políticas, mediadores de las clases sociales y fracciones de ellas, que eligen las armas y los blancos represivos, para sostener el capitalismo donde “no encajan” millones de seres humanos. Por eso mismo, la jornada culminó con la quema de un patrullero de Gendarmería y un muñeco con la figura del presidente Mauricio Macri.

LUCIANO
El espacio de Encuentro que impulsó Luciano Arruga sumó otro logro a su valiosa vida. Algún día, los libros de historia de este país hablarán de un héroe popular de 16 años para que millones de pibxs sepan cómo pudo vivir, enfrentar la muerte y renacer, con la bandera de la dignidad en lo más alto del horizonte.