“Si caigo yo, caen todos”, amenazó a los empleados un funcionario de la Secretaría de Derechos Humanos en la ESMA

Es sabido y conocido el “fervor” hacia las bebidas alcohólicas que manifestaron siempre los marinos, forman parte del acervo histórico de los navegantes, y no para combatir el frio necesariamente, tal como quedó demostrado en las noches entre el 24 de diciembre y 1°de enero de 1979, cuando el Contralmirante Supisich (Director de la ESMA) se presentó, visiblemente borracho, en el sótano del Casino de Oficiales y se dirigió a los/as prisioneros/as y les dijo: “Señoras y señores, felices fiestas”.
Con grilletes en los pies, algunos esposados, otros todavía encapuchados, vivimos con espanto esa imagen en la que “el señor de nuestra vida y nuestra muerte” podía tomar una decisión según el dolor de cabeza que le produjese la ingesta de tanto alcohol.
Hoy, 38 años después, lo que pende sobre la cabeza de los que participaron de esta nueva “fiesta”, no es el traslado en un avión para ser arrojado vivo al mar. No, la amenaza de los borrachos, de esta ocasión, es la pérdida del trabajo.
En aquella oportunidad, varios de los que fueron “saludados” por Supisich (hoy muerto) fueron finalmente trasladados y nunca se supo más de ellos.
No les quepan dudas a los “amenazados” de hoy, que algunos serán despedidos y perderán sus trabajos, otros no.
La historia, si no aprendemos de ella, suele repetirse, al principio como tragedia y luego como farsa.
Una y otra vez hemos sostenido que los sitios de memoria deben dar cuenta no solamente de los horrores cometidos por la dictadura, sino también del proyecto económico y político por el que se llevó adelante el genocidio, los proyectos políticos que ese genocidio quiso destruir y los intereses económicos a los que ese genocidio benefició.
Durante años hemos planteado que la ESMA, Centro Clandestino de Detención y Exterminio por el que pasaron más de 5000 compañeros, no podía ser utilizado para fiestas, asados y prácticas de murgas. Ese sitio sigue siendo el lugar donde desaparecieron a nuestros compañeros, y repudiamos cualquier intento de cambiar el sentido y significados de ese espacio.
Hoy los funcionarios del gobierno que niega el genocidio, que pretende imponer una vez más la política de los dos demonios, bailan alegres y borrachos en el Centro Clandestino de detención donde miles de compañeros sufrieron las peores torturas.
Repudiamos este nuevo ataque a la memoria y a la historia del pueblo argentino.
Exigimos una vez más:

-Se instrumente el inmediato cese de actividades ajenas a su funcionamiento específico.

_Restitución del Casino de Oficiales y todo el predio a su condición original tal como fue entregado en 2004 a los gobiernos Nacional y CABA.
_Se integre en forma efectiva e inmediata el Campo de Deportes al Espacio Para la Memoria ESMA.

_Retiro inmediato de todas las oficinas públicas.

_Que se separe de su cargo a la máxima autoridad del organismo que organizó esta “fiesta”: el Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj.

PORQUE NO PERMITIREMOS QUE SE BANALICE LA MEMORIA, NI SE PRETENDA EL OLVIDO, NI SE INTENTE LA RECONCILIACION CON LOS GENOCIDAS, POR QUE EXIGIMOS JUSTICIA PARA TODOS LOS COMPAÑEROS DETENIDOS DESAPARECIDOS, DECIMOS COMO SIEMPRE:
NO HABRA OLVIDO, NI PERDÓN, NI RECONCILIACIÓN.
Contactos de prensa: Osvaldo Barros: 15 4447 6144/ Carlos Lordkipanidse: 15 6335 3979