Víctima de una causa armada reclama libertad

Al comenzar su relato Pedreño manifestó: ¨En el debate del Juicio oral y público, por así decirlo, no me permitieron demostrar mi inocencia, ¿dirán por qué? El mismo lo hicieron a puerta cerrada, sin ninguna garantía de que las cosas se iban a ser bien como supuestamente lo dicta la ley. Jamás existieron esas garantías. Mi abogado 10 días antes del juicio me hizo comparecer a la defensoría y me dijo: “Pedreño, el fiscal que nos toco es una persona dura, es por eso que te hice comparecer para legar a un acuerdo. Le voy a proponer al fiscal que por las dos causas te den 20 años”. Yo en ese momento tenía toda la fotocopia de la causa de la foja 1 a la 1360, y le dije: “doctor las pruebas de la causa demuestran claramente mi inocencia y como armaron la causa, que yo no aceptaba que me lleven a juicio que ahí se va a saber la verdad”.
Javier continúo su exposición: ¨El domingo 22 de febrero a las 14:30 horas del 2009 me detuvieron y me llevaron a la Brigada, apenas llegamos me esposaron y sin mediar palabra me tomaron una fotografía. En la oficina contigua se encontraba declarando una persona, la cual denunciaba que había sido víctima de un secuestro. En su larga declaración de más de cuatro horas, describió la fisonomía de las cuatro personas que supuestamente lo habían secuestrado, en ningún instante me describió a mí”.
Más adelante, Javier sostiene que: “En un momento de la exposición el personal policial que lo estaba interrogando le pregunta al damnificado si puede reconocer a alguien más, contestando este que no. Es allí cuando le muestran mi fotografía y dice recordar que yo manejaba el auto, el cual le parecía que se usaba como remís, que el mismo hacía mucho ruido y estaba muy sucio. Resalto esto último dado que solo los policías que me detuvieron sabían que estaba trabajando de remisero, transportando a una persona que viajaba con su hija de siete años, los cuales fueron llevados conmigo a la Brigada”.
Además, en el escrito Javier destaca que “la víctima en su exposición reconoce que el auto que lo había secuestrado era un WV senda color bordó y yo soy propietario de un Renault 11 color rojo, el cual estaba con problemas en el burro de arranque y para ponerlo en marcha había que empujarlo. Situación un poco engorrosa para ser utilizado el mismo en la producción de dicho delito. Pero para que la declaración fuese consistente y creíble se lo lleva al playón de la brigada donde se encontraba estacionado mi coche y se lo muestran para que en sus próximas declaraciones suene más reales y coherentes”.
Finalmente, Javier Pedreño indico que: “ Esto demuestra que jamás tomaron la causa con seriedad para poder llevar a una persona a una condena de 18 años , hoy me toco a mi. Estpy dispuesto a bajar con toda mi causa a demostrar todo lo que hay y todas las pruebas que tengo. Las pruebas periciales que se encuentran adjuntadas en la causa demuestran que en mi coche no se encontraron cabellos de la víctima y que las huellas digitales extraídas fueron negativas no coincidían con las mías”.
Al cierre de esta edición, Pedreño presentaba un nuevo ante el Consejo de la Magistratura, solicitando se deje sin efecto la sentencia ya que se vieron afectadas las garantías constitucionales de defensa en juicio y debido proceso.