(Por Meche Méndez/APL)Hoy por la mañana escuché – aunque presentía- la peor noticia: – Meche, se nos fue Julián. Del otro lado del teléfono, desde la ciudad de Corrientes, era la voz quebrantada de Gaby, su esposa, su compañera. Aun me resulta increíble pensarlo y estar escribiendo estas líneas. Conocí a Julián Segovia en esta especie de militancia por la Vida o de simple súper vivencia de todo ser vivo contra los agrotóxicos. En el año 2011 y posteriormente 2012 tres niños de la ciudad de Lavalle fueron envenenados por productores de tomates en la ciudad de Lavalle – Corrientes, dos de ellos fallecieron ‒ Nicolás y Kily – Celeste sobrevivió con secuelas. Y aunque no era nada fácil enfrentar al poder económico-político- judicial, él eligió ponerse la causa al hombro y ser su abogado. Tal vez su extracción humilde fue lo que hizo que abrazara la causa de Nico-Kily y Celeste con tanta convicción y pasión.
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