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  A los lectores:
  En tiempos donde se defiende la libertad de expresión y el derecho a la opinión independiente, quiero expresar y hacer pública una situación preocupante que gran parte de la sociedad ignora o prefiere ignorar.
  Soy una mujer, como tantas otras, en contexto de encierro, dependientes directamente de un sistema judicial burocratizado e influenciable hasta el amarillismo, sometidas a procesos desprolijos y eternos donde los jueces aplican la ley según el momento político y social, visionando quién ganará las próximas elecciones para asegurarse años y más años en su ansiado cargo. La sociedad demanda culpables y los candidatos dicen ¡perpetua para todos! Como pueden ser tan irresponsables al decir semejante cosa cuando los encargados de investigar son investigados.
  Mujeres en contexto de encierro, les llamara la atención y la vara comenzara a levantarse aunque antes de estar acá a nadie le haya importado el contexto en el cual muchas vivían, ahora ya estamos acá y luchamos por una nueva vida, por nuestros hijos los que tenemos acá y los que nos esperan en casa; una nueva y mejor vida sólo se logra con educación, con trabajo, con sentir que podemos superarnos y demostrarle a nuestra familia que todo puede cambiar, pero lamentablemente la cárcel no da esas oportunidades, este sistema se encarga de recordar que somos culpables aunque el 70% de la población carcelaria sea procesada y la presunción de inocencia este vigente.
  Somos jefas de familia que tenemos la urgente necesidad de estudiar, de aprender oficios, perfeccionarnos y reparar algo de los daños provocados para que no se repita esta historia. Tenemos hijos expuestos a un futuro incierto donde la escuela ya no es un lugar seguro, globalización: “si no tenes no vales” ropa, zapatillas, celulares, tecnología, música, droga más y más… el circulo vicioso termina acá en la cárcel.
  En esta década de DD.HH nos tienen que escuchar, somos mujeres madres, que a pesar de nuestras contingencias tenemos un rol insustituible en esta sociedad decadente. Nosotras decimos nunca más la cárcel en nuestra familia. Pero solas no podemos, tampoco somos chivos expiatorios de O.N.G que proclaman DD.HH y solo buscan un bien personal, político o quedar bien con algún funcionario de turno. Si un pañuelo puede más que un fusil por favor que se agite por estos lados, si tienen memoria no nos olviden, si están en contra de cualquier clase de tortura tengan en cuenta lo que estamos viviendo porque nosotras también tenemos el derecho a una justicia legitima y a dejar de estar bajo una sutil violencia institucional.
  ¿Será justicia?
  N.L.C
  Alojada en la Unidad 33
Con mi bebe de un año
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