No exageramos ni impostamos. La violencia carcelaria en Neuquén no es algo anacrónico, tiene patrones de actualidad política que se repiten en el tiempo de manera invariable. La violencia carcelaria en Neuquén poco se diferencia de aquella a la que eran sometidos los jóvenes que eran secuestrados y confinados en centros clandestinos de detención durante la última dictadura militar: tortura y muerte. Hoy como entonces, muchas de las personas privadas de libertad en la U11 ya están condenadas a la pena de muerte.Ya no hay nada que tolerar, mucho menos la intolerancia y el sadismo de los responsables materiales, intelectuales y políticos de estas barbaridades, cuya actualidad registra un pasado de raíces emepenistas. Una intolerancia y un sadismo propio de un gobierno que especula con el instalado sentido común de la “inseguridad”, tanto para poner en tela de juicio la crónica de estos horrores como la integridad psíquica y física de los presos que los padecen.Por eso creemos que, tanto el Poder Ejecutivo como el Legislativo y el Judicial son responsables de la instauración del terrorismo de Estado en las cárceles de Neuquén. Sus integrantes saben y conocen a la perfección todo lo que sucede adentro de la Unidad N° 11. Todos y cada uno de ellos están al tanto de la forma en que se tortura a los internos “depositados” allí adentro, donde los golpes, las vejaciones y los malos tratos hacia ellos y sus familiares que concurren a visitarlos son moneda corriente. Y por eso son responsables. Porque a pesar de todo permiten que esta situación persista sin alteraciones en el tiempo, y que las cárceles de Neuquén continúen siendo campos de concentración donde la muerte está a la vuelta del día.POR ESTO EXIGIMOS: RENUNCIA DEL MINISTRO DE SEGURIDAD GABRIEL GASTAMINZA, DEL JEFE DE POLICÍA RAÚL LASERNA Y DEL SUBJEFE DE POLICÍA RAUL LIRIA DESMILITARIZACIÓN DE LAS CÁRCELES. IMPLEMENTACIÓN INMEDIATA DEL MECANISMO DE PREVENCIÓN DE LA TORTURA LIBRE ACCESO A LAS CÁRCELES DE DIPUTADOS Y ORGANISMOS DE DERECHOS HUMANOS.
Z A I N U C O