Julius Fucik: “Hombres: os he amado. ¡Estad alertas!”

 
De familia obrera, estudió filosofía en la Universidad de Pilsen. En 1921 ingresó en el Partido Comunista y por entonces se inició como crítico literario y teatral. Luego fue redactor de las publicaciones comunistas Rudé Právo y Tvorba.
A comienzos de los años 30 realizó varios viajes a la Unión Soviética. Cuando el ejército hitleriano ocupó Checoslovaquia continuó publicando con seudónimo, recuperando las figuras clave de la cultura progresista checoslovaca.
En febrero de 1941 pasó a ser miembro del Comité Central del Partido Comunista en la clandestinidad, encargándose de las publicaciones ilegales.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército hitleriano ocupó Checoslovaquia en abril de 1942 y al año siguiente fue detenido por la Gestapo y trasladado a Berlín. El 25 de agosto de 1943, un tribunal nazi lo condenó a muerte.
En la madrugada del 8 de septiembre lo condujeron al patíbulo. Fucik entonaba “La Internacional”. Los SS lo amordazaron y otros detenidos continuaron la canción proletaria, que acompañó al periodista hasta el lugar donde fue ejecutado.
“Hemos vivido por la alegría; por la alegría hemos ido al combate y por ella morimos. Que la tristeza no sea unida nunca a nuestro nombre”. Con esas palabras se despidió de sus camaradas en su última obra, “Reportaje al pie de la horca”. Habló por él y su esposa, que estaba en un campo de concentración.
El libro lo escribió en la cárcel de la Gestapo, en Pankrác. Un guardián le llevaba papel y lápiz a la celda, y luego, de manera clandestina el hombre entregaba a distintas personas una a una las hojas manuscritas.
Después de la derrota hitleriana, Gusta Fuciková, la esposa de Fucik, fue liberada del campo de concentración y buscó los rastros de su esposo. Se enteró que había escrito el libro y fue recogiendo las hojas. En 1945 lo publicó, y “Reportaje…” adquirió resonancia internacional. Fue traducido a ochenta idiomas.
En 1950, como homenaje póstumo, el periodista checo recibió el Premio Internacional de la Paz.
Fucik sostuvo ideales de un partido político pero su vida y profesión estuvo al servicio de la clase obrera y de los sectores oprimidos. La celebración homenajea a todos los periodistas del mundo que honran la profesión y luchan por un mundo mejor.
Que el pueblo tenga presente la última frase del libro de Julius Fucik: “Hombres: os he amado. ¡Estad alertas!”.
Liliana Giambelluca