La pequeña está internada en una sala del Hospital Materno Infantil de esta capital. Aunque el diagnóstico de las lesiones sufridas no trascendió, al parecer las mismas serían producto de prácticas sexuales execrables o crueles.
Al respecto se supo que una familiar de la niña descubrió días pasados síntomas inequívocos de una infección generalizada en las zona genital de la pequeña, que había ocultado el suceso al encontrarse bajo amenazas del funcionario público.
La revisión médica en la cabecera de Anta reveló un abuso sexual de reciente data que habría lesionado al parecer las partes íntimas de la pequeña, la que además sufriría el contagio de una enfermedad de transmisión sexual cuya etiología no fue revelada por la fuente.
Ante el cuadro atroz, con inminente riesgo de vida, la niña fue trasladada desde J.V. González hacia esta capital, donde la víctima lejos de la presión de su victimario reveló el origen de sus dolencias. Tras su confesión, un familiar directo de la menor realizó la denuncia de rigor en contra del funcionario policial, que fue identificado con nombre y apellido por la víctima y cuya detención fue inmediatamente ordenada por la fiscalía penal a cargo.
Desde la cabecera de Anta, El Tribuno fue informado que el uniformado que responde a las siglas F.A. fue detenido de inmediato y conducido en calidad de imputado a la sede de la Brigada de Investigaciones de la ciudad del sur de Salta.
La fuente de Anta dijo que el policía el día de los hechos se encontraba bebiendo con otros uniformados y que en ese beberaje abundaba no solo el alcohol sino otras sustancias muy difundidas hoy por hoy en esa ciudad ubicada sobre la traza de la ruta 16.
En un momento dado y en la soledad de aquel alejado paraje, donde habitan solo 900 personas, el ahora detenido ingresó a la casa donde pernoctaba la niña y la sometió.
Además, dijo que al momento de ser sometida fue atada y que le introdujeron elementos extraños en sus genitales, los que a posteriori fueron el origen de un persistente malestar y una posterior postración.
Esa manifestación derivó en la consulta médica que a la vez abrió la puerta a una realidad cuya crueldad está manifiesta.
Así, supuestamente, lo entendió la fiscal actuante que con celeridad atípica dispuso la detención del policía.