Eduardo Soares
“Quería empezar con un homenaje a una luchadora latinoamericana que nos acaban de informar que fue asesinada, la compañera Berta Cáceres, compañera hondureña. Ha sido víctima, como tantas otras compañeras, de una ola de violencia fascista que viene asolando nuestra América en los últimos años, con la profundización del neoliberalismo”
“Las compañeras que están languideciendo presas en toda Sudamérica no tienen nada diferente de aquellas compañeras de los setenta, que lucharon en las fábricas, en los sindicatos, en los campos de concentración. Ese homenaje a estas compañeras tiene que ver con que el golpe del ’76 entre otras cosas lo que pretendió es que acá se rindieran muchos. La conmemoración del golpe en este contexto nos guía a un momento en el que algunos con orgullo decíamos que pertenecíamos a una identidad política. Y hemos pasado un tiempo donde pareciera que la nueva onda es levantar al que lucha sin identidad política. Es una discusión que nos debemos dar en el seno de los organismos de derechos humanos. Los muertos parecían entelequias, como si no hubieran vivido, militado y muerto de una manera determinada. No se dice que murieron siendo parte de organizaciones armadas, enfrentándose y combatiendo, llevando adelante el proyecto de la organización que integraban. Las compañeras en los penales, lo primero que nos dicen es que no son víctimas. No se consideran así, pelean en una guerra, con los métodos que definieron, en las estructuras democráticas de su partido, con el apoyo mayor o menor del pueblo, y fueron derrotadas. No víctimas”.
Karina Germano
“Soy hija de desaparecidos y no estoy de acuerdo en homenajearlos como si fueran héroes, pero tampoco victimizarlos o inocentarlos. Eran iguales que nosotros. Que se hayan animado a combatir no quiere decir que no sean seres humanos. La democracia es una dictadura económica y la crueldad en la que vivimos parecemos naturalizarla porque no es una dictadura asumida. Lo importante es que existen otras formas de vivir y de luchar”.
“Es muy duro para una presa política continuar con sus principios y sus valores cuando está sola. Mal o bien en la región latinoamericana los hombres presos políticos son más, están contenidos entre sí. Las mujeres estamos aisladas, olvidadas. Les tocas el culo y lo primero que hacen es freírte con una condena. Es muy difícil que presos políticos en democracia que consigan la libertad. Yo soy un exponente casi que excepcional dentro del contexto. Yo estoy condenada 30. Todas son condenas que te las mandan de por vida, se llamen como se llamen. Es un escarmiento”.
Alfredo Grande
“La cultura represora es aquello que organiza la amenaza, el mandato, la culpa y el castigo. Todo eso marca en la familia, en la escuela, en la universidad, en los posgrados, una matriz de sometimiento del sujeto. Me olvide de la catequesis, quizá porque no la hice, pero nada menor. Y yo creo en el héroe, no en el héroe trágico, como Oesterheld, cuando hablaba del héroe colectivo. Yo me aventuré una vez de hablar del colectivo del héroe. La cultura represora se maneja con la paradoja, que no es verdad ni mentira, o las dos, es verdad y es mentira. La paradoja genera confusión y parálisis, y hay que sumar mucho poder para destruir esa paradoja. Y la paradoja se rompe con violencia, que es diferente de la crueldad. La crueldad es la planificación sistemática del sufrimiento. La violencia es la partera de la historia. Y no solamente lo hemos olvidado, sino que lo hemos traicionado. Cuando uno cede en las palabras, cede en las cosas. Y nosotros preferimos amar al enemigo que odiarlo. Nos asusta odiar. A pesar que el Che dice que solamente del odio puede sacarse la fuerza para enfrentar a un enemigo brutal. No hay paz sin justicia, como dice Pérez Esquivel. Y eso es lo que ha hecho la cultura represora, porque para su pedagogía, es mejor la democracia que la dictadura”.
Nora Cortiñas
“Quiero hacer un primer homenaje a Berta Cáceres, luchadora, que estuvo presa, torturada, perseguida y cuando ya no pudieron con ella, la asesinaron. Pero nos deja toda una historia de vida y de lucha, de esa valentía de las mujeres. Yo escuchaba y me quedé pensando en el tema de la tortura, y traerlo a Obama el 24 de marzo es una forma de la tortura. Hoy cuando se hablaba acá de las claudicaciones y los cambios, todos somos seres humanos y a veces alrededor nuestro tenemos desilusiones de un cambio, pero tenemos que pensar que somos seres humanos y tenemos mucho para hacer. Yo siempre digo: juntos pero no revueltos. Tenemos que pensar que nosotros no concordamos con otra gente, que la lucha es con distintas opiniones, que algunos hemos sufrido la historia de una manera y otros de otra, pero no quiere decir que el que no piensa como nosotros sea un enemigo. Ahora tenemos que luchar contra un gobierno que quiere ser enemigo nuestro. Las medidas que toma son para hacernos sufrir a todos, porque el desempleo, cada uno de nuestros compañeros que se queda en la calle, sufrimos todos. Nadie puede ser indiferente con lo que pasa. Este gobierno se propuso torturarnos de esta manera. El 24 tenemos que salir a repudiar todo eso, lo que pasó y sigue pasando”.
Durante la jornada, hubo una comunicación telefónica con Paraguay y se leyeron cartas desde Perú. Las presas de otras latitudes expresando su solidaridad, acompañando la jornada. Protestar es un derecho, reprimir es un delito, se lee. Así, el lanzamiento de la campaña se inscribió en el marco del protocolo de intervención en las protestas sociales anunciado por el gobierno nacional y avalado por gran parte de las provincias. Una etapa complementaria en la criminalización de la pobreza. Una nueva herramienta para la imputación, el procesamiento y la condena de militantes sociales, políticos y sindicales.