Con los intensos calores reinantes, temperaturas de 34-36 ºC con térmicas que ascienden a 40ºC y más en las celdas, con un bidón de agua diario tienen que abastecer las necesidades de consumo de agua para beber, para higienizarse, higienizar sus utensilios y prendas y el lugar donde viven.
Desde su inauguración (año 2005) en un predio que nunca tuvo acceso adecuado a este servicio fundamental, recurrentente la población penal reclama por el derecho vital y humano al agua potable.
Hoy, 12 años después se sigue en la misma situación, bajo un sol quemante, los familiares tienen que trasladar, en moto, en colectivo o como sea que lleguen hasta San Cayetano, bidones con agua limpia y potable para compartir o para dejar a sus allegados privados de la libertad.