Tres presos del Penal de Ejecución Nº 2 de la localidad de General Roca, decidieron hoy coserse la boca en señal de repudio frente a la policía de las autoridades judiciales y penitenciarias. Hace algunas horas recibimos nuevamente reclamos de los detenidos en General Roca. Uno de ellos nos decía: “Últimamente el poder judicial de la localidad de Bariloche utiliza las instalaciones del Penal de General Roca como depósito de detenidos. Preso que reclama, que pretende ser escuchado y demanda la correcta aplicación de la ley es silenciado y sancionado con la ya conocida calesita”.
Otro nos manifestaba: “Yo tengo más traslados que las camionetas del penal, mientras que violadores con más de 18 años de condena gozan de beneficios que pagan con muchos pesos”.
Por su parte, el más comprometido e indignado es Adrián Garcés, quien denunció a su juez de Ejecución Juan Martin Arroyo por querer cobrarle para “frenar” su traslado: “Me dijo o pagás o viajás a la tumba. Yo le respondí: estoy estudiando acá en Bariloche, pero nada le importó”.
Por lo tanto, son muchos y justos los fundamentos del reclamo de los detenidos: inminente atención médica y asistencia legal, urgente esclarecimiento de los motivos de los traslados infundados y regreso a su lugar de origen, o sea San Carlos de Bariloche, ya que con “la calesita” al infierno de Roca, se ven agravadas sus condiciones de detención.
A pesar de las numerosas denuncias que llueven sobre el Arroyo, ningún fiscal ni funcionario político investiga a quien prospera revolcado en un mar de dolor y la sangre de los cuerpos y las almas de los más vulnerables.