Núñez denunció que durante la requisa del lunes 27 de julio pasado, a la tarde, en el Hospital Penitenciario Central, del Complejo de Ezeiza, varios agentes entraron desparramando violencia, sin preocuparse por la existencia de cámaras de seguridad. El joven, de 24 años, sostuvo que fue maltratado. Y que mientras unos le pegaban otros dijeron que habían encontrado un cuchillo entre sus cosas.
Bastó que lo acusaran para que lo arrojaran de la cama, le volvieron a pegar y patear en el piso y rompieron todas sus pertenencias. Después le inyectaron algún sedante para lo que le ataron las manos.
La familia está realmente asustada por esta situación y teme por la vida de Brian dado que las torturas no cesan y él está cada vez peor a nivel corporal, le duelen mucho las rodillas y las piernas producto de las golpizas.
El martes, la madre de Brian, Liliana Valenzuela, se comunicó con la defensora general de la Nación, Stella Maris Martínez, y con miembros de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, en el marco de la firma de convenios para un patrocinio gratuito a víctimas de Violencia Institucional, entre los organismos que los dos funcionarios dirigen.
Valenzuela le reveló a Martínez las últimas torturas, y la funcionaria se comprometió frente a los coordinadores de la Campaña Nacional contra la Violencia Institucional y familiares de víctimas a hacer inspecciones diarias al penal de Ezeiza, donde se encuentra alojado Brian Núñez.
En julio de 2011, Brian Núñez y otros detenidos reclamaron a los penitenciarios que les permitieran ver el partido que jugaban las selecciones de fútbol de Argentina y Uruguay por la Copa América. Pero al momento del partido, los hicieron entrar en las celdas. Brian gritó y golpeó los barrotes, hasta que el jefe de turno, Juan Martínez, apareció con el grupo de la requisa. El guardia Ede Vallejos abrió la puerta y Javier Andrada, Víctor Meza, y Roberto Cóceres lo agarraron y lo trasladaron ante Martínez, quien lo insultó y le aplicó un golpe. Núñez se defendió golpeando a Martínez en el rostro. A partir de ahí, Brian Núñez fue aplastado contra el piso y su cuerpo transformado en una bolsa de papas. Cuando lo sacaron del lugar lo hicieron tomándolo de las axilas y arrastrándolo porque estaba completamente incapacitado para caminar.
Pese al marco escasamente favorable, Núñez decidió denunciar a sus agresores. Y siguió detenido en el mismo lugar. Cuatro años después, el Tribunal Federal 1 de San Martín condenó a Martínez a 9 años y medio y a Cóceres y Meza a 8 años y medio.
Al terminar el juicio, Brian Núñez fue trasladado al mismo penal. Ahora su denuncia indica que hay más manzanas.