Luego de tomar contacto con los familiares de algunas de las chicas privadas de la libertad y telefónicamente con varias de ellas, FAVISIC pudo conocer que las mujeres- muchas embarazadas y otras tantas ya madres y detenidas con sus chiquitos dentro del penal, viven hacinadas. El lugar donde están alojadas no tiene la ventilación adecuada lo que produce un caldo de cultivo para todas las enfermedades infectocontagiosas (muchos de los niñxs padecen bronquiolitis). También comprobaron que el SPB no entrega elementos de higiene necesarios y suficientes para todas y para la limpieza del lugar y tampoco pañales.
“Nosotros apuntamos a que se tome conciencia que la población carcelaria más vulnerable es la conformada por las mujeres y lxs niñxs, por las mujeres embarazadas. Tienen que tener todos los derechos asegurados. Para que eso sea posible, creemos que deberían crear en la Unidad de Batán un centro de contención para ellas y lxs niñxs. Hay que salir de esa lógica de institucionalización, del encierro y de las rejas por todo lo que eso implica para las madres y para lxs niñxs principalmente”, expresa Natalia Sarraute en entrevista con ANDAR luego de la presentación del habeas.
“Estamos hablando de una población carcelaria diezmada. Mujeres que están solas, con sus hijxs. Muchas están presas porque se han dedicado al menudeo de la venta de droga y lo han hecho porque no tienen recursos para vivir con sus hijos dignamente sin caer en la pobreza extrema. No las justificamos pero entendemos los diferentes grados del delito. Vienen de vivir situaciones muy complejas y creemos que el Estado provincial debería poder ampararlas en vez de vulnerarles todo.”
Para ir al jardín de infantes, lxs niñxs que viven con sus madres en el Complejo de Batán son trasladados todos los días por el Servicio Penitenciario hasta la municipalidad de Mar del Plata. Dentro del complejo no cuentan con recursos educativos ni de salud pediátrica. Frente a cada urgencia sanitaria, lxs niñxs deben ser llevados, previa autorización judicial, papelerío burocrático por medio, al hospital materno infantil en la ciudad de Mar del Plata, a unos 10 km aproximadamente. Una consulta simple por fiebre, diarrea, bronco espasmo, puede tardar varios días en autorizarse y en general terminan sin atención médica pediátrica en tiempo y forma.
“El niñx termina siendo rehén de la situación procesal de la madre” afirma Natalia y a las claras sus derechos son violados sistemáticamente por el servicio penitenciario.
“Si en vez de estar alojadas en ese pabellón húmedo, estuvieran en un lugar donde pudieran desarrollar micro emprendimientos o proyectos productivos, estando con sus hijxs y al mismo tiempo capacitarse para satisfacer sus necesidades y proyectarse, sería otra la salida que les daría el Estado, de otro modo siempre es lo mismo. Ese es nuestro proyecto”, agrega esperanzada.