Mucho se discute en los estrados judiciales acerca de los alcances del término tortura. Pero son sólo los relatos de quienes la padecen diariamente los que pueden dar cuenta de lo que la tortura realmente es: “me colocan una bolsa de nylon y comienzan a propinarme golpes de puño, patadas y con un palo” “me colocaron contra la pared y me golpearon con un elemento que no puedo describir, pero era duro, en lado derecho de la cara” “me tiraron al piso boca abajo y me patearon la espalda y las piernas”.
Uno de los principales denunciantes de estos hechos fue Cristian Ibazeta. Aquel 22 de febrero de 2009, 5 policías ingresaron en la celda en la que Cristian se encontraba: Lo hicieron poner de pie contra la pared, le efectuaron un cacheo, le hicieron sacar la ropa y lo esposaron. Luego uno de los policías ordenó a los demás que lo golpearan. Efectivamente lo golpearon, lo sacaron al pasillo, le colocaron una bolsa de nylon en cabeza produciendo asfixia, y mientras Cristian se encontraba tirado en el piso con la bolsa puesta en su cabeza, los policías intensificaron la agresión con patadas y bastones. Cristian denunció e identificó a los 5 policías que lo agredieron. Y es a raíz de esta denuncia que estamos a días del comienzo de un nuevo juicio por torturas en la ciudad de Neuquén. Pero Cristian no va a estar presente es este nuevo juicio para prestar su declaración (como lo hizo en el 2010).
A Cristian lo mataron para acallarlo y se pretendía que con esa muerte su testimonio quedara silenciado. ¿Quiénes lo acallaron? La policía, que actúa corporativamente en su propia defensa, o quizás alguno de los imputados en esta causa, que a pesar de estar denunciados e imputados y procesados por un delito cometido en sus funciones, siguieron prestando servicios en la Unidad de Detención nº 11.
La propia defensa de los policías imputados quiso que la declaración de Cristian no fuera escuchada durante el juicio, pero seguimos insistiendo en su incorporación, hasta que finalmente fue admitida.
Estamos convencidxs que hacer justicia por Cristian es impulsar esta causa, es denunciar la impunidad incesante otorgada hacia estas prácticas, es exigir que los organismos de derechos humanos puedan ingresar a inspeccionar todas las unidades de detención. Y pese a las dilaciones, pese a la falta de acusación fiscal, pese al desgaste generado por la propia burocracia judicial que no investiga hechos de torturas, estamos dispuestos a seguir con la lucha que Cristian inició desde adentro de la cárcel.
En la primera causa por torturas, cuando logramos llevar a juicio a 27 policías, 21 fueron sobreseídos y solo seis condenados, de los cuales únicamente dos fueron sentenciados a cumplir penas de prisión. Esos hechos ocurrieron en el año 2004 y todavía no se hicieron efectivas las penas.
El juicio por las torturas de 2009 comenzará este lunes 20 a las 8:30 en Irigoyen 177 de Neuquén. Invitamos a todas las organizaciones de derechos humanos, políticas y sociales a acompañarnos.
Por la dignidad de todas las personas privadas de su libertad. Por la memoria de Cristian Ibazeta y en honor a su incansable lucha.
Zainuco, en las calles y en las cárceles