Desde el año 2010, cuando los Qom deciden atravesar las largas distancias que separan su comunidad en el norte de Formosa y acampar en pleno centro porteño para reivindicar una lucha ancestral que los ha despojado y vejado, en el intento de aculturarlos, a pesar de las leyes que este mismo gobierno sancionara en favor de los pueblos originarios, mucho ha sucedido.
Por su parte, el Carashé Félix Díaz ha tomado conocimiento universal. El líder de la Comunidad Pigalá ha brindado conferencias en Universidades, fue invitado por Organizaciones por los Derechos Humanos Internacionales y acompañado luchas a lo largo del planeta. Sin embargo, en su propia tierra, sobrevive junto a muchos de sus hermanos, en el acampe de la Plaza del Quijote azotados por el destierro, humillados con el silencio, desprovistos de reparo y mínimas condiciones de salubridad pero con la firme convicción de continuar “…por los ancestros y los niños que están y los que vendrán”.
Anoche se cortaron las Avenidas Rivadavia y 9 de Julio para rezarle al Abuelo Fuego, acompañados de hermanos de otras comunidades, personajes de los Derechos Humanos y representantes de Organizaciones Ambientalistas y mucha gente solidaria que se refleja representada en el combate por la Vida y la igualdad.
Faltaba el gran jefe quien, por razones de salud, se encuentra en reposo. Muchos Hermanos partieron por haberse enfermado pero otros han venido a reemplazarlos. La esposa Amanda y sus hijos Eduardo, Abelardo y Jorgelina, pospusieron las actividades y estudios para dar calor a ese fuego que mezcla dignidad y rebeldía pero que se muestra paciente y sereno, ardiendo siempre.