De ese modo, Núñez indicó que: “Los golpes más violentos fueron aplicados con las culatas de las Itakas utilizadas por los policías, que le produjeron graves heridas en la zona torácica superior. Diego, luego de ser sometido a golpes, castigos y severidades que provocaron su muerte fue llevado por el personal policial al citado nosocomio público. Su hermano, Julio Cesar Honorato, también fue sometido a una severa golpiza y a disparos efectuados con escopetas Itakas”.
El Centro Mandela anunció que comenzó la investigación social, adelantando “la fuerte preocupación que deriva de la arremetida policial contra los carreros que trabajan en el área metropolitana, notándose el recrudecimiento de los procedimientos a partir del mes de octubre de 2014, profundizándose de ese modo con la violación de los Derechos Humanos de los sectores más pobres y excluidos”.