Hay un criollo que están rondando en el Barrio La Matanza que han ingresado dos casas, donde está el vivero en lo de Héctor y Cándido Alonso. Este hombre camuflado con remera negra y encapuchado portando en la mano un hierro. Golpeó la puerta de Cándido, vecino mío, una semana atrás. El mismo que atacó a mi hija y a la mujer de Cándido. Todas las denuncias han sido presentadas a las fuerzas de seguridad.
El gendarme Murdoch nos controla siempre, nos pregunta qué hacemos, qué pensamos sobre el futuro. Preguntas que no tienen nada que ver con la seguridad. Y se presentó como nieto de la viuda de Saucedo, el criollo instalado en nuestra comunidad.
Denunciamos también la circulación de Máximo Pinto, criollo de la zona, portando rifles arriba de una moto acompañado de otros. Vive dentro de la comunidad. José Saucedo circula de noche armado y a caballo.
Las maderas que venimos denunciando que estaban en el sector donde está el criollo Pablo Spaini han desaparecido. Estaban en medio del monte en sector de la Media Luna. Los criollos habían talado los árboles y nosotros detuvimos que se los llevaran. Sospechamos que han sido trasladados por estos criollos que entran de noche a caballo. Estos ingresan por la zona oeste por ruta 2 y cruzan el campo hacia la casa de Spaini y ahí se juntan los criollos de noche.
La gendarmería no hace nada pues dicen que carecen de movilidad. Los que están controlando mi familia no tienen energía eléctrica solo una pequeña linterna. De noche no usan caballo. Hacen muy poca recorrida.
Cuando el intruso visitó la casa del hermano Alonso hablaba por celular pero su tonada es del guaraní de la zona, se cruzó con mi hija, quien lo miró y tenía en la mano un hierro. Los gendarmes lo vieron pero no hicieron nada.
Lo que queremos es que la justicia funcione, que nuestras denuncias no sean un mero documento que se firma y se deja arhivado hasta que haya otra muerte producto de la dilatación de la burocracia.
Venimos denunciando en la secretaría Derechos Humanos de Martín Fresneda. El CELS tiene conocimiento, la Defensoría General de la Nación pero no tenemos novedad. También el doctor Langevin tiene conocimiento sobre el tema.
Nos preocupa sobre este silencio que nos genera mucho miedo.
Queremos que se garantice nuestra seguridad física para que podamos estar tranquilos como familia y como comunidad. Queremos que se cumplan las medidas cautelares que dispuso la Comisión Interamericana de DDHH y el protocolo de seguridad firmado por la provincia y nación.
Félix Díaz, Qarashe comunidad qom Potae Napocna Navogoh