Testimonio de Natalia Medina
Después de la visita, nos encerramos en el baño y trabamos con madera la puerta, porque estamos desesperados, hace meses que pedimos un fiscal para que le resolvieran la situación del cómputo y nadie nos pasó cabida, él lleva 122 días en huelga de hambres y sin atención médica, y no da más de verdad necesita un médico urgente.
Y al decirle los penitenciarios que yo no me iba hasta que mi marido le dieran una solución, que yo estaba por propia voluntad, al toque empezaron a patear la puerta y me golpearon en la cabeza y la espalda, tengo moretones por todos lados. A mi marido lo sacaron a tirones cuando yo le estaba diciendo que está débil, que necesita ir a un hospital. Ahí, lo sacaron a sanidad pero después lo volvieron a buzones y a mí me hicieron retirar.
Ayer, sábado a la mañana, fui a visita y me dijeron que no podía entrar que estaba sancionada por un mes y que él tampoco podía tener visita. Tengo miedo de que a mi marido le pase algo, él no se quiere suicidar ni lastimarse. Tenemos miedo que ellos se manden alguna y después salgan diciendo que mi marido se suicidó. Mi marido quiere vivir y no piensa bajar los brazos”.