Los convenios internacionales firmados entre los estados peruano y argentino no son respetados, ya que Perú no garantiza el cumplimiento de los artículos e incisos que debe respetar una extradición ajustada a derecho. Oswaldo ya fue absuelto en la máxima instancia de la justicia peruana , y la causa ni siquiera da lugar al pedido de extradición, pero la Sala Superior Antiterrorista que es un órgano dirigido por el Ejecutivo, claramente inferior a la Corte Suprema le dictaminó abrir el proceso contra el periodista Quispe.
El Perú no respeta las garantías mininas requeridas en el debido proceso ni las condiciones básicas ajustadas a los derechos humanos: Las condiciones carcelarias son de trato inhumano, aislamiento e imposibilidad de vínculos con familiares y amigos, por citar algunas características.
Asimismo, las pruebas que quieren hacer valer son testimonios arrancados bajo tortura a las personas que imputan a Oswaldo. Además, cabe destacar la campaña instrumentada por los medios amigos del gobierno contra la Revista Perspectiva Internacional, dirigida por el compañero. Junto a estos hechos se halla el inminente acoso anunciado por el cónsul peruano en la Argentina, meses antes de la detención.
Por su parte, el actual gobernante Ollanta Humala, represor especializado, evidenció la persecución a la revista Perspectiva y a Quispe. Como se recordará, en 1992, con el apodo de “Capitán Carlos”, el actual presidente realizó – dentro de la dictadura de Fujimori -, un Informe de Eficiencia del Oficial (IEO), detallando en su anexo explicatorio” de “operaciones sobresalientes”, donde él participó en las “OPNS” Operaciones Especiales, en marzo de ese año, en el marco de la denominada Operación Cuchara”.
Llamamos a todos los compañeros a luchar contra este indigno “Proceso de extradición”. El brazo reaccionario del estado peruano pretende condicionar el ordenamiento jurídico argentino para extraditar, sea como sea, no solamente a Quispe sino también a Carranza y Echarri. Estos estados canallas y represores pretenden sentar precedentes para la persecución internacional. No lo permitamos.