En un fragmento del texto, el prisionero afirma que: “Ese día yo estaba preso enfrente de la celda en que estaba preso Hernán Céspedes y escuché reiteradas veces, en muchas ocasiones, presencié y vi como le pegaban brutalmente (el) policía López, Mariano, y una mujer policía que venía de Puerto Esperanza, entre otros”.
Más adelante, el detenido detalla que: “Las sesiones de torturas eran constantes contra el preso. La distancia de mi celda a la de él era aproximadamente de dos metros y medio. Y la celda de él, la tenían con la luz apagada. Estaba acurrucado sobre un tipo de banca de cemento. Y venían constantemente, lo sacaban y lo traían de (regreso) al calabozo (…) La policía no le daba agua ni comida. El viernes a la noche, entraron cuatro policías a golpearlo dentro de su celda, y ahí andaba siempre la mujer policía de la provincia de Misiones (…) Le insultaban, le gritaban, lo amenazaban y le decían que era mejor que él se mate, que no se merecía vivir y que le iban a dar 25 años de cárcel.”
El testigo tras las rejas, cuya identidad es reservada para preservar su integridad, aseguró también que el domingo en que Hernán fue encontrado muerto en su celda no se hizo el recuento de presos correspondiente. Y que una vez que retirado el cadáver de Hernán: “La policía me sacó a la oficina y me obligaron a declarar a su favor. Después me llamaron del juzgado de Iguazú y me tomó declaración una chica y nunca más me llamaron (…) Creo en mi manera de pensar que, a raíz de la constante paliza que recibió, horas antes, pasó lo que pasó. No puedo afirmar que se ahorcó solo. Durante toda la noche, vi hasta la madrugada, que lo golpeaban brutalmente y nunca dije nada en el juzgado de lo que pasó, debido a la persecución de la policía”
El pretendido cierre de un caso criminal
El testimonio brindado ante la Comisión de Derechos Humanos de la OEA viene a sumarse a numerosas pruebas e indicios ya señalados por la familia Céspedes de que la muerte del muchacho no se trató de un suicidio. La familia vive en Puerto Esperanza y Hernán fue llevado detenido a Puerto Iguazú. Poco antes de que Hernán apareciera suicidado según la versión policial, su familia se había presentado en su lugar de cautiverio y había logrado verlo por pocos minutos. Hernán, muy angustiado, llegó a decirle a su madre que los policías lo golpeaban reiteradamente y que querían matarlo.
Luego del supuesto suicidio de Hernán, la causa correspondiente quedó en manos del mismo juez interviniente en el caso abierto por el asesinato de Taty Piñeiro, Juan Pablo Fernández Rizzi. El juez pretendió dar por cerrado el caso con un veredicto simple: Taty había sido violada y asesinada por Hernán y luego este se suicidó en el calabozo. No habían pasado ni dos semanas del asesinato de Taty, su cuerpo no había sido peritado debidamente y la Justicia ya tenía una solución conveniente.
Solamente la determinación de la familia Céspedes, a la que luego se sumó la de la familia Piñeiro y la colaboración de vecinos y familiares que los acompañan, se interpuso al cierre de la causa.
El periodista Dany Ortigoza, de FM Imperio de Puerto Esperanza, entregaría meses después, un CD con fotos del cadáver de Taty que fue dejado en la radio de forma anónima.
Tanto este periodista como las familias Céspedes y Piñeiro han denunciado amenazas reiteradas, además de las numerosas inconsistencias del caso. El cadáver de Taty presentaba restos de piel bajo las uñas, indicio de haber arañado a su agresor: Hernán no presentaba rasguños. En las fotos podía verse que tenia cabellos rubios en las manos: Hernán no era rubio. Además, el testimonio presentado recientemente del preso que compartió sus últimos jornadas, confirma que hasta su último día proclamó su inocencia.
La lucha de las familias logró el cambio del juez a cargo de la causa y que se ordenen nuevas pericias sobre los cuerpos, que fueron realizadas por el cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, de las cuales no se conocen aún los resultados.
Sin embargo su camino no ha terminado. Aun no hay ningún imputado por el crimen de Taty, y el periodista Dany Ortigoza realizó una nueva denuncia: las fotos que había entregado no se encuentran en el expediente judicial.