SPB – Buenos Aires – La Provincia
En los últimos tiempos la corporación Daniel Scioli & Ricardo Casal, otorgó a las fuerzas de seguridad y penitenciarias, el derecho de asesinar a los pobres. Con los años el Complejo Conurbano Norte de San Martín, ha sido escenario de terribles debitos, torturas e incluso muertes y violaciones. Repugna ver el terrible desprecio que existe por los seres humanos allí cautivos, y el gran olvido social que representan las cárceles en nuestra sociedad.
Hoy se cobro la vida: la del interno Jonathan Fernández Vera. Quien vino desde la Unidad 24 de Florencio Varela, hasta la unidad 47 de San Martín. Lo hizo para asistir a un juicio oral y público, que se realizaría en el Tribunal Oral en lo Criminal nº 6 del Departamento Judicial de San Martín. Por una causa interna, es decir por una causa que se origino durante su detención en la unidad 48 en el mes de marzo de 2011. Donde también había involucrado penitenciarios acusados de ser responsables del delito de violación. Cabe destacar, que dicha causa fue de público conocimiento, y consta en Internet, publicó el Diario ´´Tiempo Argentino´´ y ´´Página 12´´. El asesinato de Jonathan está muy claro, y con datos corroborantes: sin embargo la Justicia todavía no lo puede resolver.
“Jonathan debía estar solo”
Su muerte sucedió el 18 de noviembre de 2012 en horas de la noche. La versión oficial dice: “Nadie sabia que el interno Fernández tenia problemas de convivencia con los demás internos. Al interno Fernández le pasó, lo que le pasó, porque el había agredido a varios internos«, así manifestaron las huestes penitenciarias. No obstante, en su legajo figuraba un oficio que impedía, en forma clara y precisa, que Jonathan debía estar solo con el fin de resguardar su integridad física. La versión que sostienen los detenidos es: que los penitenciarios sabían que Jonathan tenía problemas de convivencia con otros detenidos, y lo mandaron a matar porque tenía que declarar contra el SPB.
Los pusieron juntos para que estos se peleen y asesinen a Jonathan. Los asesinatos con estas características ocurren asiduamente en todas las cárceles del país. Es de conocimiento público que los penitenciarios usan sus estrategias. Para sacar del camino a los detenidos que no son funcionales al sistema perverso de aniquilación sistemática, que ellos implementan para sostener a las personas y desarrollar la tiranía y la opresión.
Cabe destacar que al día siguiente, 19 de noviembre por la mañana se hizo presente en la Unidad 47, la Fiscalia nº 1 de San martín. La Procuración de la Corte Suprema de Justicia de la provincia de Buenos Aires, y una de las Secretarias del Ministerio de Justicia. Por lo cual, como es esperado socialmente, deberían haber iniciado una exhaustiva investigación, para comprobar si el crimen fue producto de los problemas que tenían los detenidos, o si los penitenciarios lo mandaron a asesinar.
Ciudadanos les comunicamos aquí, que hoy sus vidas valen lo mismo que la de cualquier pobre y preso, y es culpa de la falta de honestidad institucional que aqueja a nuestra provincia.
La vida en juego
Las cárceles no son más que una creación, de unos pocos privilegiados de nuestra sociedad que oprimen y atormentan al pueblo. Estamos hablando de esos que mienten a la sociedad por los medios televisivos en todo momento. Haciéndoles creer que la solución esta en construir más cárceles y reforzar la seguridad policial. Los primeros eslabones de seguridad social son: la educación, la cultura, el arte, el trabajo digno para todas las personas. Pero eso hoy no se fomenta, no se invierte cómo se pretendía que invertir. De este modo, juegan con las vidas de las personas que viven en los sectores más pobres, vulnerables e indefensos de nuestra sociedad. La inseguridad no se combate con represión, armas poderosas, y patrulleros por doquier, todo esto sólo genera más violencia de la existe en nuestra sociedad.
Ellos, los poderosos, viven en las grandezas de las riquezas, mientras los trabajadores excluidos perseguidos y prisionizados vivimos en las grandezas de las miserias, y nos han sometido a un perverso estado criminal. Por que todos los seres humanos cometen delitos, pero sólo se condena el delito que cometen los pobres. No hay delito que se justifique, ninguno es mejor que otro.
Todos los delitos que asiduamente cometen los penitenciarios cuentan con la protección de sus superioridades, apoyados por el Ministro y el Gobernador. Por ese motivo es que no se produce un cambio. Falta una decisión política seria al respecto, y lamentablemente todo seguirá así hasta que no se desmilitaricen los Servicios Penitenciarios del País. La represión culmino en 1983, eso dicen… pero en las prisiones perdura intacta. La Constitución de 1994 y la Ley 24.660 de 1996 de Ejecución de la Pena ordenan que el Servicio Penitenciario sea un órgano de educación y no de represión. Por ello es necesario que los penitenciarios puedan discutir sus condiciones de trabajo por medio de sus sindicatos. Si esto no sucede. De que moral ética o dignidad les pueden hablar a personas que no tienen derecho a discutir sus condiciones de trabajo. Esto genera corrupción, la coima, el soborno, la extorsión, el secuestro extorsivo dentro de las cárceles.
“Las mujeres jóvenes deben pagar con sexo y degradarse a la esclavitud sexual en busca de la libertad”
Los penitenciarios terminan transando drogas, cobrando extorsiones, prostituyendo mujeres reclusas, pues una jovencita reclusa tiene menos posibilidad de obtener la libertad que una mujer adulta. Las mujeres jóvenes deben pagar con sexo y degradarse a la esclavitud sexual en busca de la libertad. Los penitenciarios trabajan vendiendo el derecho a la vida digna en las cárceles. No escapa a ello que las propias mujeres agentes penitenciarias, medicas, psicólogas y demás mujeres que trabajan en las instituciones penitenciarias: sean sometidas a constantes acosos sexuales e intimidaciones por parte de sus superiores.
Para brindar tratamiento a las personas cautivas en el sistema penitenciario, primero tienen que brindar tratamiento a aquellos que están a cargo del tratamiento de las personas que viven en cautiverio. La gran mayoría de los penitenciarios tienen más problemas para vivir en la sociedad que las personas que habitan las cárceles. Hablan de respeto y no son respetuosos. Hablan de educación y no son educados. Lo único que hacen bien es, disfrazar la verdad para conformar a la justicia. Estos penitenciarios son responsables directos de crímenes, torturas, vejámenes, y violaciones, de lo más aberrante que el ser humano es capas de imaginar. Sin embargo para ellos no hay cárcel.
En el Centro de Estudiantes Universitarios “Azucena Villaflor” de la sede CUSAM, dependiente de la Universidad Nacional de San Martín, no hay subversivos como dicen los uniformados. Hay personas que estudian y creen en las instituciones, éstos sólo pretenden una sociedad mejor. Es por ello, que hoy nos solidarizamos con los familiares y allegados del joven Jonathan Fernández Vera, quien fue victima de este sistema corrupto y perverso, que año a año asesina a nuestras compañeras y compañeros que viven en cautiverio. Porque las cárceles no funcionan con el propósito que fueron creadas.
No obstante, en las instituciones penitenciarias se somete a las personas a claro estado de etnocidio, eliminando todos sus valores sociales y culturales. Tratan de convertir a las personas en mutantes y sicarios sociales, para que salgan de las cárceles y vayan más allá del robo y también cometan homicidios. Luego las estrategias políticas. Que consisten, en que los familiares de las victimas y la sociedad en general, sean quienes pidan: que las penas sean más duras, que refuercen la seguridad y construyan más cárceles.
Cabe destacar, que el etnocidio de las personas es un delito de lesa humanidad condenado por todos los Estados de la tierra. Sin embargo en las cárceles de nuestro país los penitenciarios lo practican cotidianamente. Es por todo ello, que las personas no logran capitalizar su tiempo de cautiverio en forma positiva. Porque la Institución penitenciaria no les brinda las herramientas mínimas e indispensables, sino todo lo contrario, son victimas del etnocidio y el sometimiento. Las personas son sometidas a un estado de torturas físicas y psicológicas diarias y constantemente, por ende reinciden en el delito y este sistema perverso se reproduce cada vez más. Cuanto más cárceles peor estamos como sociedad.
“Publicar esta nota me costó un feroz ataque” Es de vital importancia comunicar a todos los lectores, que publicar esta nota me ha costado un feroz ataque, que quedó registrado en las cámaras de la Unidad. A las cuales supuestamente los penitenciarios no pueden acceder para adulterar sus contenidos. Por parte de un detenido que trabaja para los jefes de la Unidad 48 de San Martín: les hablo del sub-jefe de penal Germán Zauli, el sub-director Fernando Pirali y el sub-director Pablo Vera. Todos ellos denunciados por quien suscribe repetidas veces, públicamente y judicialmente, quienes intentaron de todas formas que no publique la presente nota. Fue por ello que los que compañeros de la ´´Agencia Walsh´´ tomaron cartas en el asunto. Para darme tiempo, para que pueda escribir la presente, y que todos tomen conocimiento de lo que está sucediendo, y todos quieren tapar así sea silenciando a las personas.
De hecho, exigimos que el crimen de Jonathan Fernández Vera, no quede en un simple reclamo, y que la ´´Scioli & Casal Corporation´´, deje de asesinar y encarcelar a las personas pobres. Que saben que no van a reclamar, porque no tienen las herramientas para hacerlo, y si lo hacen, ellos los poderosos, se encargan de silenciarlos. Los pobres tienen voz, pero no son escuchados, porque a lo largo de los años, se han ocupado exclusivamente de callar la voz del pueblo, a través de la represión. Fundamos nuestra denuncia y nuestro reclamo en la cita de autoridad que nos lo permite, y debe ser escuchada por los juristas, invocamos el ´´vox populi´´.
Jesús CabralDiplomado en Ciencias Sociales y HumanidadesUniversidad Nacional de San Martín