Escribo estas líneas desde mi prisión, la más inhumana quizás de todo el continente: la cárcel de Tacumbú de Asunción, Paraguay, para traer a la memoria que hoy hace 10 años fuimos entregados por el Estado argentino en extradición al Estado terrorista del Paraguay. Sostener la dignidad en medio de la barbarie no es poca cosa queridas/os lectores, no sucumbir ante la injusticia, el abandono, el olvido, el ocultamiento y hasta el desprecio de ciertos sectores de la sociedad engañados por la propaganda del enemigo que busca aislarnos de todo el mundo.
En respuesta escribo estas breves líneas cargadas de dignidad, emocionado de saber que traspasamos los muros de esta maldita cárcel que busca quebrarnos y mi respuesta junto a mis compañeros ha sido la esperanza y la organización de todos los que estamos de estos lados del muro. Todos estos diez años en esta prisión lo hemos convertido en una feroz escuela de dignidad, trabajando, estudiando, enseñando y organizando a muchos de los acá privados de libertad al igual que nosotros.
La prisión no ha sido un obstáculo para seguir soñando en la revolución, la práctica cotidiana en este rincón de lucha en la que he convertido mi prisión habla por sí sola.
Prueba de ello es esta publicación, nuestros enemigos de clase podrán privarnos de nuestra libertad, pero de nuestra dignidad jamás.
La revolución es construcción colectiva y no se detiene, no para, se construye en medio de la adversidad de la lucha de clases.
Los pueblos de todas del mundo necesitan encender las llamas de la esperanza por la revolución para transformar las injustas relaciones de producción capitalista, hago un llamado desde mi prisión a la construcción de herramientas políticas que busquen quebrar las estructuras de la opresión hegemónica del capitalismo global.
Organicemos, eduquemos a todas/os de nuestra clase a luz de la historia de lucha de todo el mundo desde una perspectiva del marxismo.
Desde mi prisión que solo podrá ser comprendida por mi compromiso con la historia de nuestro pueblo.
Les dejo un abrazo inacabable cargado de ternura y cariño.
Atentamente
Agustín Acosta- Preso político
Asunción 02 diciembre de 2018