Rejas, cadenas, golpes, esposas, gritos, soledad, silencio, celdas frías, muertes tapadas con injusticia, mil y una noches de lágrimas atrapadas en cuatro paredes, condenas injustas, camas de sujeción, calabozos, traslados, y una almohada que seca mis lagrimas. Cada una de estas palabras forman cada eslabón formalizadas por un aparato represivo que jamás fue desmantelado, donde un servicio totalmente deshumanizado viola nuestros derechos y cuando hablo de derechos, hablo de derechos que tenemos privados de libertad, y me voy a uno muy importante de los tantos como el Artículo 18 de la Constitución, donde parte de ella dice lo siguiente “Las cárceles de la nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas, y toda medida que a pretextos de la precaución conduzca a mortificación mas allá de que aquella exija, hará responsable al juez que la autorice y hoy me pregunto algún juez tiene conocimiento del modo de vida que se vive aquí dentro con el consentimiento de la señora directora Ale?
Una pregunta sin respuesta.
Ahora les vamos a contar algo de lo que vivimos acá y el modo de castigo que utiliza el servicio.
Cuatro(4) salas con camas de sujeción, cuatro(4) calabozos de aislamiento para aislar a las internas con dificultades en el comportamiento. Estos métodos utilizan para castigo de las mismas. Algo totalmente ilegal, y el mismo modo de uso de castigo que tenían en los centros clandestinos de 1976 tiempo de la dictadura militar por eso cuando hablo de servicio, me refiero a un aparato represivo que jamás fue desmantelado.
Por otro lado, vamos a los pabellones de alejamiento de las internas, uno de los tantos el pabellón donde hoy nos encontramos alojadas “B2” con 24 celdas de 2 personas por cada una y de tamaño 2 por 3 metros, incluyendo dentro un inodoro, donde no solo se utiliza para ir al baño, sino también para sentarnos a desayunar, almorzar, merendar y cenar. Aparte hay un comedor con un televisor, una mesada con 2 bachas donde se lavan los platos, recipientes, etc. Una de las (2) sin uso por la cañería rota por la cual pierde agua por debajo de la mesada. Luego una cocina anafe y dos (2) baños deshabilitados y cuatro (4) duchas, tres (3) de ellas rotas, eso nos brinda el servicio para 48 personas.
Quisiéramos que nos ayuden a difundir el abandono de persona que hay en las cárceles más que cárceles las llamamos centros de castigos, torturas y exterminio y el exterminio que nombro me refiero del exterminio de las internas. Como el caso de Érica cortes quien falleció en el 2016, pabellón “B1” donde se quito la vida, unas horas antes que Érica se ahorcara. Ella estaba pidiendo que la sacaran al hospital a ver a su madre la cual estaba agonizando de cáncer.
Esto es un derecho propio que tenemos las privadas de libertad dentro de la ley 24.660 ejecución de pena . Art 166 donde dice “El interno será autorizado en caso de enfermedad, accidente grave o fallecimiento de familiares o allegados con derechos a visita o correspondencia para cumplir con deberes modales” y hay me hago otra pregunta ¿Dónde quedaron nuestros derechos, y donde está la contención que nos brinda el servicio? Otra pregunta sin respuesta.
Muchas veces el servicio nos lleva a tomar decisiones malas como la de Érica por no brindarnos el apoyo y la contención que ese día esa interna necesitaba, por su resguardo físico para que no sucediera lo que sucedió con ella, pero acá la contención es un psiquiatra que cree que la solución es darnos pastillas como la famosa tritanol una pastilla para caballos, nuestro objetivo es difundir y visibilizar los mecanismos y prácticas que el servicio penitenciario vulnera y viola como los derechos de los privados de la libertad y entiendo y somos conscientes de los errores que cometimos.
Pero queremos cambiar y dejar el pasado atrás y que ya no nos vean como delincuentes y negras de villa, si no como una persona más de la sociedad permitiéndome buscar un buen futuro. Pero necesitamos que nos ayuden a derribar muros de injusticias y si piensan que vamos a callar, eso jamás lo vamos a hacer porque si seguimos callando seremos olvidadas.