Los pibes masacrados y “la gente”

Oscar Castelnovo

El vozarrón de Diego Filiberto nombró uno por uno a los 7 pibes y el ¡presente!, emanó en un coro enérgico. A su vez, justo en el momento de arrancar la marcha, Silvia Rosito –mamá de Fernando – gritó el nombre de los responsables y se estableció un nuevo intercambio en la peatonal: “¡Carolina Denise Guevara!”. “¡Asesina!”. “¡Comisario Alberto Sebastián Donza!”. “Asesino prófugo!”. “Alexis Miguel Eva!”. “ ¡Asesino!”. “¡Sergio Ramón Rodas!”. “¡Asesino!”. “¡César Brian Carrizo!”. “¡Asesino!”. “¡Matías Exequiel Giulietti!”. “¡Asesino!”.

Precisamente, sobre la situación de los ex policías Andrea Filiberto explicó a la APL que “hace unos pocos días la Sala 4 de la Cámara de Casación Penal de La Plata confirmó el arresto domiciliario para cuatro de estos asesinos que fueron exonerados. Cuestionamos la medida porque la ley impide este beneficio para quienes pueden entorpecer la causa y/o profugarse. Donza está prófugo al amparo de los suyos y, si nos fijamos, ¿cuántos presos sociales acceden a este beneficio? Se trata claramente de un privilegio”.

Sobre la etapa oral del juicio próximo, Andrea sostuvo “esperemos que sea lo antes posible, en los primeros meses de 2019. Nuestros abogados – de la Comisión Provincial por la Memoria y otros – irán por más, por el cambio de carátula que por ahora es “Abandono de persona seguido de muerte”. Pero hay evidencias profusas de que se trató de homicidios dolosos, con voluntad de los policías de que mueran los 19 detenidos en la comisaría. Si no hubiera sido por los mensajes de los pibes fallecidos y por la llegada rápida de los familiares, todos estarían muertos”.

COMO A LOS NAZIS
“Cómo a los nazis les va a pasar/ adonde vayan los iremos a buscar”, entonó el gentío en una peatonal casi desierta por la tormenta.
Una enorme bandera de Justicia x los 7 marchaba sostenida por algunas madres, hermanas y abuelas, y, singularmente, en esta ocasión estuvo también elevada por un hombre: “Cachín” Pizarro, papá de Franco.

“Yo sabía/ yo sabía/ a los pibes/ los mató la policía/ ¡Asesina!” gritaron los asistentes.
Entre los presentes, se hallaban militantes del Encuentro Memoria Verdad y Justicia, Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos, Partido Socialista de los Trabajadores Unificado, Partido Obrero, JP-Evita, Bachillerato La Grieta, artistas de “Kumbiemos el sistema” y anónimos acompañantes que rodeaban a las familias.

APRIETE ´POLICIAL A CASA PUEBLO
Allí también estaban Romina y Estefanía, integrantes de Casa Pueblo, espacio de contención de pibxs con problemas de adicción, entre otras vulnerabilidades. Ellas denunciaron a la APL que “el pasado 27 de abril, integrantes del equipo de Casa Pueblo y vecinos de Barrio Kennedy fuimos víctimas de violencia por parte de la policía motorizada bonaerense. Alrededor del mediodía estábamos por ingresar a nuestro espacio para llevar adelante tareas de refacción en el lugar, cuando se hicieron presentes cuatro oficiales masculinos y uno femenino que, sin mediar palabra y sin explicaciones, nos tomaron nuestros datos, los datos de una de nuestras motos y empezaron a revisarnos llegando al punto de bajarle los pantalones a uno de los compañeros, y dejándolo en ropa interior en la vereda. Se excusaron diciendo que estaban tras el seguimiento de la denuncia de una moto que había sido robada y, acto seguido, abandonaron el lugar”.

Luego, las militantes dijeron que “esta situación es una clara representación de la persecución por “portación de cara” a la que estamos expuestos todos los días las pibas y pibes de las zonas más postergadas de la ciudad, donde nuestro barrio, nuestra vestimenta, nuestros hábitos y hasta nuestra cara representan un delito. Nos hicieron vivir una escena en la que nos sentimos no sólo humillados, sino también violentados, cuando únicamente estábamos por comenzar a trabajar en nuestra Casa Pueblo”.

Como se recordará, varios de los 7 pibes asesinados en la Masacre tenían problemas de adicción, pero el Estado eligió no hacerse cargo de su situación, prefirió encerrarlos y luego ultimarlos. Y ahora, cuando surgen proyectos de contención, La Bonaerense al amparo del poder político embiste contra éstos para desplegar la barbarie represiva hacia los más débiles.

HIJOS
Al llegar a la ex comisaría 1°, un nudo de emociones resquebrajó los rostros y las almas de los familiares. “Acá está mi papá”, dijo llorando Abigail, de ocho años, hija de Franco. Con claridad, la niña expresó algo que sintieron todos: “¡Fernando, te extraño”, aulló Silvia. “Te quiero, hijo” susurró Pizarrro. “Te mataron la sonrisa, hijo”, gritó Cristina, mamá de Fili. Y de similar modo emitieron su dolor, Ana – Abuela de Fernando y Claudia – abuela de Fili-.
Banderas con las caras de los 7 y otras que pedían justicia, fueron colgadas en el frente del ex Centro Clandestino de Detención, ante el silencio eterno que talló la tarde gris en Pergamino.
Antes de desconcentrar, explotó el grito de ¡Justicia!, y Silvia se digirió a los presentes en pleno llanto bajo el chaparrón: “Gracias a todos por venir y darnos fuerzas y aliento. Sin ustedes no seríamos nada. Nosotros vamos a seguir marchando, ni la lluvia ni nada nos va a parar. Nunca”, prometió.

“LA GENTE”
La tarde cedió el paso a la noche oscura de Pergamino. Los televisores del gran negocio de la peatonal siguen brindando los golazos de Messi. De golpe, en una pantalla gigante aparece el ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo, afirmando muy suelto de boca que prefiere que “los delincuentes estén adentro, aunque estén apretados, y no afuera perjudicando a la gente”.
En su reciente informe “El sistema de crueldad”, la CPM denunció una superpoblación y hacinamiento de más del cien por cien en los sitios de encierro bonaerenses, con una cifra que supera los 43 mil detenidxs. La propia comisaría 1°, donde estaban todos procesados, superaba ese porcentaje en el momento de la Masacre. Claro, que el tema no preocupa ni a Ritondo ni a la Gobernadora María Eugenia Vidal, responsables políticos de la matanza. ¿Y por qué?, se sabe, lo confirmó Ritondo, los pibes masacrados no son “la gente”.