Entre el 4 y 22 de noviembre, más de 13 mil jóvenes — que pertenecen a 1.126 grupos de trabajo de escuelas y organizaciones sociales, culturales y políticas de distintos lugares del país y la provincia de Buenos Aires— se encontrarán en Chapadmalal para presentar y compartir sus investigaciones que, desde una perspectiva en derechos humanos, recuperan las historias asociadas al terrorismo de Estado y la lucha por el presente. Con cada uno de estos trabajos, a 34 años del fin de la dictadura cívico-militar, las nuevas generaciones siguen marcando la agenda de la democracia.
Como sucede desde el año 2002, el programa de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) les da centralidad a los jóvenes y se consolida como un espacio de lucha contra las injusticias, de participación e intervención. Este año, bajo la consigna Hagamos la historia. Activemos el presente, Jóvenes y Memoria vuelve a reforzar ese sentido pedagógico con el que fue pensado el programa desde el primer momento: los derechos humanos como una praxis para la construcción de una sociedad más democrática.
“Siempre decimos que la democracia no se recupera un día y perdura, que la democracia no pasa sólo por votar cada dos años: la democracia se construye en cada presente, se construye con el compromiso por la verdad, la justicia y la memoria, y también con el compromiso de luchar contra las violaciones a los derechos humanos hoy. En esencia, los desafíos que se enfrentaron tras el retorno de la democracia siguen vigentes”, sostuvo antes de comenzar este nuevo encuentro la directora general de la CPM, Sandra Raggio.
Dictadura, políticas de memoria, violencia institucional, género y diversidad, militancia juvenil, desigualdad social, desocupación y pobreza. Las historias y memorias del pasado reciente y las problemáticas del presente que ellos mismos perciben en sus escuelas, barrios y localidades. Las luchas populares como génesis de los derechos conquistados y la participación de los jóvenes.
“Jóvenes y Memoria es un espacio de compromiso y militancia, un espacio de libertad para exponer esos deseos de transformación”, dice la Madre de Plaza de Mayo—Línea fundadora e integrante de la CPM, Nora Cortiñas. Y agrega: “Nosotros tenemos la obligación de seguir escuchándolos y aprendiendo de ellos porque, en sus luchas, nos muestran el camino, nos enseñan a seguir construyendo la democracia”.
El encuentro de cierre en Chapadmalal es el último momento de un largo camino. Durante todo el año, los jóvenes pensaron y discutieron sus proyectos de investigaciones que plasmaron en documentales, obras de teatro, música, murales, intervenciones urbanas; Chapadmalal es el espacio donde todo eso confluye, donde cada una de las escuelas y organizaciones presentan su trabajo y conocen lo que hicieron otros.
Esa experiencia compartida refuerza, año a año, el espacio de Jóvenes y Memoria como un territorio de militancia colectiva y solidaria. La continuidad del programa durante todos estos años es un reconocimiento al valor político y pedagógico de esta experiencia, y es un reconocimiento a los jóvenes como protagonistas y actores centrales de la democracia.