“Queremos justicia por los siete y vamos a movilizarnos para que estos hechos no se repitan más”, dijeron los jóvenes durante el acto de cierre en la Comisión de fomento Desiderio de la Fuente. Durante tres encuentros, más de 100 estudiantes y docentes de Pergamino se encontraron en espacios de trabajo para acompañar el reclamo de justicia por los jóvenes asesinados en la Masacre de Pergamino y reflexionar sobre las situaciones de violencia institucional que vienen sucediendo en la ciudad.
“Me llevo el compromiso de ustedes con nuestra lucha por justicia. Sé que no dejarán que nuestros hijos se olviden”, dijo Cristina Gramajo, la mamá de Sergio, uno de los jóvenes muertos en la Comisaría 1ra.
A 75 días de la Masacre de Pergamino, la justicia procesó con prisión preventiva a 5 policías, mientras que el comisario Donza sigue prófugo. El incendio en la Comisaría 1ra fue el emergente de una política criminal que viola sistemáticamente los derechos humanos y que tiene como principales víctimas a los jóvenes de los sectores más pobres. Fue el hecho más grave, pero no fue el único.
“La policía cree que, por llevar una visera, sos sospechoso y te pueden llevar. Tampoco te dejan estar en una plaza”, dice Homero del ICADE. Mucho de los jóvenes que participaron de la jornada sufrieron o tienen un amigo que, alguna vez, fue víctima de hostigamiento policial. “Estos encuentros sirven para que los chicos piensen de manera crítica esas prácticas naturalizadas y desmontar los discursos que los criminalizan”, expresó Natalia, docente de la EES N10.
“Tenemos problemas en las escuelas para generar estos espacios de reflexión aun cuando esta problemática atraviesa a los jóvenes”, cuenta Jimena, profesora del Colegio Urquiza. Y agrega: “Necesitamos pensar, en estos encuentros, herramientas para que los chicos sepan cómo actuar frente a estas violencias”.
Marcada por la masacre de Pergamino, la jornada “Basta de violencia policial” fue también una jornada de memoria. “El relato de Cristina, su dolor, fue muy fuerte. Esos chicos no tendrían que haber muerto”, afirmaron Agustín y Marcos, estudiantes del Colegio Urquiza.
La denuncia de estos casos de violencia y el reclamo de justicia por los siete jóvenes asesinados en la Comisaría 1ra, el rol de la escuela y la participación de los jóvenes. Estas discusiones se dieron en los talleres durante los encuentros y hoy, en el acto de cierre, se plasmaron en forma de mural, música, teatro, video y manifiesto.
“La Comisaría fue un centro clandestino de detención y ahora siguen sucediendo las mismas prácticas. Queremos que sea un espacio de memoria para que no vuelva a pasar”, cerraron los jóvenes el manifiesto elaborado en los talleres.