Privilegios para los responsables de la Masacre de Magdalena
(Por Hugo Cardozo/ APL) La noche del 15 de octubre de 2005 el destino de 33 personas las marcó el Servicio Penitenciario Bonaerense en el penal de Magdalena. Una brutal represión, fuego, abandono y muerte se abalanzaron sobre sus vidas.
El viernes 9 de marzo de 2018, de 17 imputados por aquellos crímenes solo 3 fueron condenados por el Tribunal Oral 5 de La Plata. Para quien fue jefe del penal por mantener las terribles condiciones que derivaron en las muertes, Raimundo Héctor Fernández, dispusieron la pena de 25 años de prisión. Luego, Rubén Alejandro Montes de Oca a 10 años y, por último, al ex jefe Daniel Tejeda, 5 años.
Más allá que repudiamos la benevolencia del tribunal, es más repudiable saber que estos asesinos gozan hoy y desde su llegada a la Unidad 26 de Olmos de un sin fin de beneficios que ningún otro detenido aun por delitos menores tiene.
Cualquiera podría pensar que con esas terribles imputaciones estos sujetos tienen que estar purgando una verdadera condena, pero no es así ya que la doble vara de la justicia con la complicidad de la directora de la Unidad 26, Andrea Manzolido, el jefe de la unidad, Darío Calandra y, el prefecto Gustavo Peñalva, ellos están viviendo casi mejor que en sus casas: bebidas alcohólicas, celulares, visitas intimas de toda la noche, plasma, heladera, coca con fernet y más.
Y, para terminar con este festival, con ellos está el alcalde mayor Juan Ignacio Tocci responsable de los tormentos seguidos de muerte del interno Narciso Gastón Ayala Aquino quien sufría epilepsia, que, en agosto de 2018, fue brutalmente golpeado hasta su fallecimiento. Así, se exhibe la doble vara que descarga su furia hacia los más vulnerables.