Dos de mayo de 2019: Día histórico en la Plaza de Mayo.
(Por Oscar Castelnovo/APL -Fotos: Juan Cicale) El exterminio de un grupo humano y el disciplinamiento de los sobrevivientes en un nuevo orden social que pulveriza sus valores y los sustituye por calamidades, – conceptos constitutivos e inseparables del genocidio-, poseen plena vigencia en la Argentina y en la mayoría de los países de América Latina. Por caso, al genocidio de los 30 mil para imponer el neoliberalismo en nuestro país, le prosiguió el genocidio de lxs más vulnerables para mantener este ordenamiento oprobioso, disciplinar mediante el terror a los nuevos sobrevivientes y aumentar la tasa de ganancia para los sectores del privilegio. Lo hicieron todos los gobiernos, diszque constitucionales, a partir de los ’90, cuando hizo eclosión la millonaria cantidad de seres humanos lanzados a la desesperación según el plan pergeñado durante la dictadura cívico-militar y continuado por la casta política. Así, ésta acudió a eficaces dispositivos represivos orientados a los excluidxs: Gatillo fácil, tortura y muerte en sitios de encierro, secuestro de chicas para la prostitución, perpetua matanza de originarios, asesinatos laborales, femicidios, exterminio por «paco», entre otras formas de devastación para el dominio. Ayer, jueves de ronda, – como todos-, Nora Cortiñas y Mirta Baravalle, entre otras Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, marcharon junto a Silvia Rosito, Cristina Gramajo y dos decenas de militantes de Justicia x los 7 pibes masacrados en la comisaria 1° de Pergamino, el 2 de marzo de 2017. De ese modo, convergieron luchadoras surgidas en etapas distintas de la Argentina. Aunque sus razones asumen la misma esencia y un solo faro ilumina el horizonte. Dos de mayo de 2019: Día histórico en la Plaza de Mayo.