Fórmula

(Por Oscar Castelnovo/APL) ¿No era que adónde vayan los iríamos a buscar? ¿No era que jamás habría ni olvido ni perdón? ¿Acaso algunx de lxs candidatxs que gerenciaron el genocidio encubierto pidió perdón o explicó algo a la mamá de Luciano o al papá de la «China», masacrados por el estado en 2009 y 2012? ¿Y a las 7 madres de Pergamino, cuyos pibes fueron exterminados en 2017? ¿Y a las diez de Esteban Echeverría, devastadas en 2018? ¿Y a las 6500, por los menos, de lxs asesinados en las calles y la tumba en la etapa, dizque, constitucional? ¿Y las miles de chicas desaparecidas en las redes de prostitución?¿Y Julio López? ¿Y el genocidio a los pueblos originarios que nunca se detuvo desde la llegada de la corona española en 1492? ¿Y lxs laburantes que mueren unx cada 20 horas en «accidentes» de trabajo?¿Y los que sucumbieron de hambre o fumigación?¿Y los femicidios? ¿Y los travesticidios? ¿Y los millones cuyas consciencias arrasó el sistema y aplauden la matanza y el disciplinamiento en una hecatombe de la valores? Costará mucho dar vuelta esta derrota axiológica, pero llevará mucho más tiempo y más dolor si no vociferamos por su nombre a los hechos. ¿Qué unos matarán menos que otros? Sí, pero sucede nadie tiene que morir así. Nadie. ¿Todxs tienen derecho a lanzar su fórmula? Entonces, va la mía. Para no perder el rumbo y ahogarme en un insondable pantano de mierda.