El informe contempla los delitos cometidos por el propio Estado en sus difersas formas de manifestación represiva: gatillo fácil, muertes en contexto de encierro, represión en manifestaciones y otras causas de violencia estatal dentro de los que se han incluido a los femicidios. Los datos son alarmantes aun teniendo presente que la información correspondiente a la década del 80 es escaza y la existencia de casos que quedan sin denunciar: desde diciembre de 1983 a la fecha se registran 4960 muertes a manos del Estado. Entre las razones, se destacan considerablemente los fusilamientos de gatillo fácil (46% del total) y las muertes – por cualquier razón cuya que implique responsabilidad directa del Estado– de personas detenidas (39%). Queda evidenciado lo que no se expone en los manuales acerca de las bondades de las democracias modernas en nuestra región: se persigue y se asesina al humilde, especialmente joven, dado que del total de asesinatos cometidos por el Estado, el 49% tiene como víctima a un joven de entre 15 y 25, llegando al 86% si se eleva el rango a los 35 años.
Las estadísticas que componen el informe de Correpi exponen también el nivel de represión de cada gestión de gobierno, encabezando la lista por amplia diferencia la anterior mandataria Cristina Fernández de Kirchner, con 2132 muertes entre diciembre de 2007 y diciembre de 2015. Representa el 43% del total de muertes registradas. Luego, la gestión de Néstor Kirchner fue responsable de 991 muertes, el 20% del total. Llaman tristemente la atención dos detalles: el breve lapso del período 2001–2003 con Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saá y Eduardo Duhalde se cobró 269 víctimas –6% del total– y lo que lleva de tiempo en el gobierno la derecha encabezada por la Alianza Cambiemos registra 259 muertes en 10 meses y 10 días y ya alcanzó a representar el 5% de las muertes causadas por el accionar represivo.
Se destacan también los períodos de 2001 y 2009–2010 como los de mayor concentración de hechos represivos y surge con claridad la escalada de la violencia estatal en períodos de crisis que requieren una participación activa de los custodios del statu quo, las fuerzas de seguridad que en sus distintas representaciones ejercen la fuerza brutal contra quienes, como regla general, no cuentan con suficientes armas para dar batalla en este sistema desigual. Como se señaló, el pronóstico no es alentador teniendo en cuenta la cantidad de muertes que se cobró el ajuste impuesto por la derecha disfrazada de cambio necesario. El gobierno de Mauricio Macri es el que más muertes registra en relación al tiempo en el poder ejecutivo: una muerte cada 25 horas –0,75%-. Resalta la hipocresía del discurso kirchnerista en tanto en 2 gestiones alcanzaron un promedio diario de muertes de 0,73%.
De las 481 víctimas mujeres, 291 fueron homicidios motivados por el género. Estos femicidios, denominados “de uniforme” son la primera causa de muerte de mujeres a manos del aparato represivo estatal.
Frente al panorama planteado por lxs compañerxs de Correpi, se impone la consigna de Organización y Lucha contra la represión, que no se detiene sino que se incrementa a cada momento: sin haber alcanzado al cierre del acto de presentación del informe, ya quedó desactualizado: dos nuevos casos de gatillo fácil contra jóvenes, en Burzaco, en el sur de la provincia de Buenos Aires.