El comienzo y la expectativa
Uno de los primeros que dialogó con Fernando Tebele en la transmisión en vivo de la reunión fue Alfredo Grande del programa Sueños Posibles y valoró la impronta de la radio: “Estoy muy contento de esta inauguración oficial de la sala Cachito Fukman que muestra que la autogestión no sólo es posible sino también necesaria. Hay muchos amigos, compañeros y compañeras con esta impronta placentera que tiene la tarea compartida. Una gran felicitación para todos, es un esfuerzo de varios años. Nuestro programa tiene la virtud de un nombre profético porque hay sueños que son posibles, y este es uno”, aseguró. También, integrantes del colectivo Red Eco Alternativo ofrecieron su aporte: “Es bueno que las radios y los medios comunitarios nos encontremos en festejos, de eso no hay duda”.
Ángel Fernández Schejtman, del programa Paraguay Vive, avanzó en la reflexión: “Estoy alegre ¿Cómo puedo definir esta situación? Con agradecimiento. Agradecimiento porque nos encontramos con un grupo numeroso, familiar y amistoso, amoroso, y cada uno de los que están acá son próceres en su medida de una lucha que tiene que ver con la defensa de los más vulnerables. Hay un tema, además, que es intergeneracional. Tenemos, desde Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora como Norita Cortiñas, pasando por las compañeras de La Plata que acompañan la causa por Julio López, Víctor Basterra, un héroe de la ESMA y un pilar imprescindible para poder tener los juicios de lesa humanidad que hoy tenemos, cada uno con su historia, algunos vienen del marxismo, la mayoría -que no lo quiere reconocer – viene del peronismo”, se rió ante la negativa de Tebele, que bromeó con la falsedad de esa afirmación. “Sabemos que cada uno tiene su historia, por ahí algunos con una mirada más amplia, más abarcativa, con pie a tierra en lo que hace al movimiento de masas”, avanzó entre risas Fernández Schejtman.
Además, se refirió a sus sentimientos por la radio: “Tenemos un espacio para comunicar, donde poder empezar a hacer realidad esa consigna zapatista de un mundo donde convivan todos los mundos. Tenemos la lucha encarnada y esto es global en los pueblos que resisten tanto en Estados Unidos, en Europa, en África, nosotros acá luchando contra el neoliberalismo que arrasa la Patria Grande. Estas son las trincheras que valen porque, justamente, lo que le molesta al abusador, al golpeador, al violento, es que se sepa. Ellos manejan, como el que caga a trompadas a su mujer, como el que le pega a los chicos, siempre la incitación al silencio, es un blindaje que los transforma en impunes”, declaró.
También intervino en la primera etapa de la transmisión especial Diego Corbalán, conductor de Ventana Abierta por FM Millenium y docente en ETER. Corbalán es el locutor institucional de Radio La Retaguardia y repensó a los medios: “Lo interesante cuando cambian los gobiernos es ver dónde está cada medio parado. La Retaguardia está siempre en el mismo lugar. Los medios están en una situación de desgaste. Incluso eso se ve en Estados Unidos después de las elecciones y en muchos casos tiene que ver con haber jugado. Hace rato que hay periodismo militante en EE.UU., hace mucho tiempo, hay confesos demócratas y republicanos, con lo que ellos entienden por esos conceptos. La política partidaria implica condicionamientos a posteriori y desgaste en la credibilidad. Yo no creo que sea una utopía ir detrás de la verdad sin una bandera partidaria. Además hay cosas que si no no se saben. Por ejemplo, yo me enteré hoy que el actual gobierno está queriendo hacer un registro a nivel nacional de todos los teléfonos celulares”, señaló y avanzó en el análisis de esa noticia: “Es un dato que surgió en el boletín oficial, muy escondido, es una resolución. Ya hay algunas voces críticas porque se trata de que todos los teléfonos celulares de la Argentina tengan nominación, tengan nombre y apellido. Uno podría entender que se trata de armar una guía, como se hacía con los teléfonos fijos, pero el tema es que detrás de eso puede haber usos que uno no sabe cuáles son. Además es una resolución que ni siquiera pasó por el Congreso de la Nación. Imaginate si La Retaguardia y tantos otros espacios que buscan un periodismo social o independiente, mirá si no hay cosas para difundir, derechos para defender. Estamos en un momento complicado”, consideró Corbalán.
Además, con emoción y congoja, el Sueco Lordkipanidse ofreció una primera reflexión antes del comienzo del acto de inauguración de la sala: “A pesar de que tendría que retrotraernos al recuerdo de lo que fue Cachito, y que sería doloroso y triste, encontrarnos acá con los compañeros lo revierte, nos hace bien. Nos reencuentra con él en su mejor faceta. Siempre sonriendo y cagándose de risa de la peor de las desgracias. Sobre todo, comiendo y chupando, que era una cosa que a Cachito le encantaba”, se rió.
Entre carcajadas y llanto se inauguró la sala Cachito Fukman
Por parte de Radio La Retaguardia, Fernando Tebele compartió las sensaciones del grupo: “Es una mierda tener que ponerle el nombre de Cachito a esta sala, porque preferiríamos haber hecho lo que hicimos con Víctor Basterra. Tuvimos la máxima de hacerle su homenaje en vida. Cuando inauguramos el estudio con su nombre nos propusimos no hacerlo cuando la gente ya no está. Cada tanto viene alguno y ve el cartel del estudio y pregunta ‘¿pero le pasó algo a Víctor?’ (Risas). Cuando pensábamos esta sala, obviamente, pensamos en ponerle tu nombre, Norita, y unos días antes de que pasara lo que pasó con Cachito, él se vino acá al programa de la Red Nacional de Medios Alternativos que se hace todas las mañanas desde un lugar distinto y los jueves desde aquí. Se vino con los docentes de Tierra del Fuego, a traerlos para difundir. Le mostramos lo que estábamos haciendo. Él estaba obsesionado, cada vez que nos veía nos decía que teníamos que armar una reunión entre organizaciones sociales y políticas y medios de comunicación alternativos y trabajadores de medios de prensa porque él creía que se venía una época que es la que estamos viviendo y que era necesario aunar fuerzas”, recordó Tebele. Sobre la concreción de la propuesta de Cachito, avanzó: “Le mostramos lo que estábamos haciendo, le dijimos ‘terminamos la sala y nos juntamos’ y él dijo que no, que la hiciéramos igual en obra, que la organizáramos para la semana siguiente. Después Cachito falleció y a nosotros se nos fue la vida en otras cosas, pero ya que hay muchos compañeros de la RNMA de diferentes medios aprovecho para decir que tenemos esa deuda con Cachito. Recorríamos hace un instante la fiesta, estaban todos contentos, vimos algunos encuentros estremecedores y algunos abrazos estremecedores”, compartió.
La primera en intervenir en el micrófono fue Nilda Eloy, quien fuera amiga de Cachito y actual integrante de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos: “Gracias por invitarme a participar, a los que están compartiendo esta fiesta. Nombramos este lugar de la manera más coherente: ¿Cómo un lugar de encuentro no se va a llamar Cachito Fukman?”, interrogó. Para Eloy: “Pasó gran parte de su militancia tratando de generar y provocar estos encuentros. Lo hacía en cada lugar donde iba. Y hablaba. Decía: ‘Una cosita, seré breve, dos temitas compañeros’ y agarrate. Los dos temitas compañeros son dudosos en una persona como Cachito que casi se generaba el don de la obicuidad, estaba en La Plata, en Santa Cruz, en Formosa, en Chaco, en Jujuy, en Santiago o Mendoza, Neuquén o Córdoba, ni hablar de Rosario, Santa Fe, Rafaela. Estaba. Estaba con ese doble mensaje. El de el maestro, porque nunca dejó de ser un maestro, y el de miembro de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, aquello que discutimos cada cosa de forma furiosa muchas veces, enojándonos, con toda la pasión posible, pero para llegar a demostrar que podíamos tener un criterio tomado por consenso. Para lograr un consenso hay que tener la enorme capacidad de respetar el disenso del otro”, definió la militante. “Esa capacidad es la que también tenía Cachito. Escuchar a los otros sin dejar nunca de decir lo que tenía que decir, y de estar. Desde la Asociación no solamente agradecemos el lugar sino que seguiremos levantando esas mismas banderas de construir con el otro y de apoyar esa propuesta que Cachito había hecho. Que transformemos y demos vida a este lugar como no solo la Sala Cachito Fukman sino un lugar donde nos encontremos para discutir”, planteó.
El Sueco Lordkipanidse, que también fue amigo y compañero de militancia de Cachito durante cuarenta años, recordó una anécdota “para no llorar”. “Es muchos años atrás en la historia, antes de la Asociación, porque con Cachito cumpartimos más de cuarenta años de militancia. Militábamos juntos en el barrio, en San Cristóbal, en una época muy jodida. Estoy hablando de 1977. Ya había muerto en combate el hermano de Cachito que tenía 17 años, Jorgito. En esos años, salir a la calle a hacer cosas era muy difícil, así sea una pintada. Una noche con Cacho fuimos a pintar. Éramos los dos. Esto fue en la intersección de México y Jujuy. Él pintaba y yo hacía de campana desde la vereda de enfrente detrás de los árboles. La orga era impresionante. Hacíamos pintadas muy cortitas porque era muy peligroso. ‘Fuera Martínez de Hoz’, alguna así”, recordó Lordkipanidse. “Resulta que se piantó un auto, era fuera de lo común para ser milicos, un Chevy anaranjado. Cachito estaba contra la pared pintando, el auto se para en doble fila, eran como cinco tipos adentro y parecía un erizo, había fierros por todos lados. Los tipos frenan y no la pueden creer, un loco solo en la calle pintando en pleno 77. Ya estaba a la altura de la firma, tengo el orgullo de haber compartido la militancia en la organización Montoneros con Cachito. Uno amagó como que iba a salir y yo le pegué el grito desde atrás del árbol: ‘¡Váyanse o los cagamos a tiros!’. Ahí, Cachito que estaba con el aerosol, los apunta y salió cagando el Chevy. A mí nunca me vieron. Los corrió con un aerosol. Cachito es lo más grande que había”, cerró el relato entre carcajadas de los asistentes. “Ni siquiera se puede decir que los haya intimidado con su cuerpo”, agregó Tebele.
Osvaldo Barros, otro integrante de la AEDD se acercó al micrófono para hacer una invitación: “Les quería comentar que vamos a presentar un número nuevo de nuestra revista ‘Tantas voces… tantas vidas…’. Los queríamos invitar a todos, es el jueves 24 de noviembre a las 18 en el Sindicato de Empleados de Farmacia en la calle Rincón al 1000 entre Estados Unidos y Carlos Calvo. Por supuesto, también vamos a hablar de Cachito porque sobre él es buena parte de la revista que estamos preparando”.
Nora Cortiñas empezó con un chiste por cómo bajaron el micrófono a su estatura “No disimulan eh, cómo me bajan la altura del micrófono, ¿qué necesidad tienen?”, bromeó. Haciendo referencia al relato de Lordkipanidse, reflexionó: “La anécdota del Sueco a mí me viene bien, me hace bien, porque yo me lo imaginaba a Gustavo. Soy un poco egoísta, quiero hablar de Cachito y quiero hablar de Gustavo. Porque estoy con ustedes y es buen momento para recordar. Además, con Cachito, con Nilda, con el Sueco, con todos ustedes, lo que tengo es el orgullo de que no se olvidaron de los compañeros y compañeras que quedaron soterrados en el infierno. No me va a alcanzar la vida, no me queda mucha, quédense tranquilos”, dijo y un barullo le respondió, entre risas, que sí, le queda mucho. Continuó: “Ja, mentira. Yo digo: ‘Para lo que me queda’, pero nadie sabe qué pienso adentro”. Nora avanzó en la anécdota: “Ese recuerdo que nos traen en cada testimonio de todos los que quedaron y no pueden, para nosotros, las Madres, para mí, personalmente lo quiero decir, tiene un valor inmenso. Cada testimonio es solidaridad, es generosidad. Así nosotras tenemos la fuerza de todos los días. No estuvimos solas las Madres, estuvimos acompañadas de todos ustedes. Cuando nosotras estábamos en la Plaza, ustedes estaban adentro soterrados en ese infierno o donde podían, preservándose para seguir la lucha. Todo eso forma parte de esta historia. El caso de Cachito, era el vocero de todos ustedes. Cada mañana:
-Nora, tenemos que ir a Tierra del Fuego.
-No, Cachito…
-Sí Nora, tenemos que ir a Tierra del Fuego.
Pasaban tres o cuatro días:
-Nora, tenemos que ir a Jujuy
-No, Cachito…
-Ya está todo preparado, conseguí pasaje.
Ese motor es inolvidable. Haberle puesto su nombre a este lugar es tan importante para todos nosotros y seguro que ninguno de nosotros lo va a olvidar nunca, pero también quiero decirles a todos ustedes que son el motor nuestro de todos los días. Sin ustedes, las Madres no podríamos seguir. Además, cada anécdota que ustedes cuentan, nos ayudan a imaginar al hijo en esa esquina, en esa pintada, en esa volanteada. Ustedes nos dan la vida de todos los días para el recuerdo. Infinitamente gracias a todos, sigan empujándonos con su fuerza y con su hermoso recuerdo de todos los días. Gracias, gracias, gracias, gracias”, dijo Nora haciendo una primera despedida.
Luego, Tebele el entregó una foto con la que la homenajeó Luis Angió: “Te la tendría que dar él, pero él te quiere sacar la foto mientras yo te doy la foto que él sacó. Entiendo que esto es en el Puente Pueyrredón un 26 de junio que Norita había venido a Virrey Ceballos a hacer Oral y Público con Víctor, Silvina y Euge y de ahí Luis la llevó al Puente”, recordó.
Nora, entonces, volvió a tomar el micrófono: “Sólo me queda decir: 30.000 detenidos desaparecidos, ¡presentes! Ahora y siempre ¡Venceremos, carajo! Ah, y los quiero invitar a la marcha de la resistencia el 8 de diciembre en Plaza de Mayo. La idea de Mirta y mía, porque esta marcha como siempre está muy organizada, es hacerla de 8 a 20 llevando cada uno los carteles con lo que quiera decir, con nuestras consignas. Ustedes verán que hay gente que ahora quiere hacer 24 horas de marcha, cuando nosotros queríamos seguir no se podía. Alguna gente dejó unos años porque se olvidó, no es nada malo. Se olvidaron que había una marcha de la resistencia porque no había nada para resistir: sabíamos dónde estaban nuestros hijos, los niños apropiados ya tenían su identidad, había pasado todo, así que cómo íbamos a hacer una resistencia a un gobierno que nos había dado absolutamente todo. También a Julio López y Miguel Bru. Bueno, entonces nos vemos de 8 a 20, y creo que hay mucho para decir de antes y de ahora. Hay gente que quiere que de antes no recordemos nada. Yo pierdo la memoria, pero hay cosas que no las puedo perder. Lleven amigos, parientes, el perro, el gato, todos en la Plaza de Mayo”, cerró la convocatoria a la histórica Marcha de la Resistencia.
Víctor Basterra, sobreviviente de la ESMA intervino para recordar cómo lo conoció: “Cachito es un pedazo nuestro, tuvo mucho impacto en nosotros su partida, pero como está siempre en nosotros, está vivo. Como recordaba algunas cosas el Sueco, Norita, Nilda, uno no deja de recordar algunas cosas de él. Yo lo conocí bajando la escalera en la ESMA. Una noche extraña. Estábamos secuestrados. Era un personaje, aún en ese sótano que bajaba. Nosotros habíamos estado en capucha muchos meses. Los otros compañeros que eran mano de obra esclava la tenían un poco más liviana, pero sabíamos lo que habían pasado. De pronto nos bajaron a todos, y veo entra a un niño. Era un nene, peladito, hablaba y gesticulaba. Llevaba los grilletes y el tabique -una venda -, siempre digo, más alto de lo que correspondía. Hablaba con dos guardias y los hacía cagar de risa”, recordó del tiempo de cautiverio.
También Basterra quiso compartir un recuerdo risueño: “Ya liberados, viajábamos juntos buscando a alguien, a represores, éramos como perros de presa. Cachito siempre fue el mismo aturdidor con su palabra, no paraba, y tenía mucho espíritu de empuje. Cuando fuimos a declarar en el juicio a las juntas él pasó después de mi, y yo estuve casi seis horas que se bancó esperando. Entonces, cuando fuimos a España en 1997 ante el juez Garzón, diez años después, me dijo: ‘No me vas a cagar, hijo de puta’. Y entró primero, así que me tuve que bancar yo su declaración. Yo lo recuerdo con un inmenso cariño, un profundísimo dolor nos provocó su partida. Al primero que llamé fue al Sueco, y lloriqueamos juntos. Seguirá cumpliendo un rol importante, como siempre cumplió Cachito”, concluyó.
En el intervalo siguiente, Tebele aprovechó para mencionar a algunos de los que acompañaban la jornada: “Hay unos cuantos compañeros que están ahí (entre el público), pero que deberían estar acá con nosotros, como Paulo Giacobbe. Como no pudimos conseguir que Nora viniera a hacer su programa acá, mandamos a alguien a que la persiguiera en Plaza de Mayo, y es Paulo. Así que para él pedimos un aplauso, y también sería un aplauso para el asador, porque hizo el fuego. Rosaura Barletta también está allí, Cecilia Litvin fue mamá hace poco y no pudo venir. Luis Angió del programa Otras Voces, Otras Propuestas, la gente de Fuerza Centrífuga, Tengo Una Idea, Medioambientemos, Sueños Posibles y otros medios como Red Eco o La Colectiva”, enumeró entre olvidos, la larga lista de compañeros y compañeras que participan de La Retaguardia.
Luego de un pequeño intervalo, se animó a intervenir Oscar Castelnovo, integrante de Agencia para la Libertad. Castelnovo recordó la crisis que atravesó la Agencia Walsh cuando se enteraron del infiltrado de la Policía Federal Américo Balbuena y los cruces entre compañeros acerca del direccionamiento político que había tenido esa infiltración. Lo primero que hicieron fue convocar a una conferencia de prensa “Fue un verdadero desastre. Todos los que están acá nos ayudaron, y nadie nos dijo nada de que fue una conferencia desastrosa donde nosotros, que hace 33 años que cubrimos conferencias de prensa, no supimos armar la nuestra porque estamos acostumbrados a estar del otro lado. Dijimos las cosas como pudimos, como nos salieron. Algunos nos palmeaban, otros desconfiaban, nosotros estábamos enojados, encima de que éramos nosotros los infiltrados éramos sospechosos. Yo tenía ganas de matarlo a trompadas a Balbuena, pero el Negro Soáres me desalentó porque me decía ‘mirá, es la Policía Federal, no podés cagarlo a trompadas’”, bromeó Castelnovo. Sobre la intervención de Cachito, recordó: “En un tono severo pero siempre sin chapa, sin subirse arriba del caballo incluso teniendo razones como para. Me dijo: ‘Ustedes no hicieron una conferencia de prensa, ustedes hicieron una asamblea, y una asamblea se hace entre compañeros, cuando uno enfrenta a los medios es distinto’. Yo le agradezco esa sinceridad, porque con esos compañeros podemos ir ajustando qué decir, postergar las peleas. En un sentido es una mierda que la sala se llame Cachito Fukman, pero en otro está bueno porque está en nuestro corazón y siempre estará”.
Por último, Juan Carlos Sánchez del medio Gacetillas Argentinas compartió: “Me quedan profundos recuerdos de Cachito. Su sentido de la obicuidad, claro. Solía saldar discusiones que parecían imposibles. Se estaba preparando la presentación para la Campaña Nacional contra las Detenciones Arbitrarias por el aniversario de la muerte de Walter Bulacio y se desató una pequeña controversia en la que él intervino y delineó con total claridad cómo se debía continuar”, contó. Además, Sánchez dio un ejemplo personal de la generosidad de Cachito: “Además, yo nunca pude asistir a las reuniones del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia porque coinciden con mi horario de trabajo y una vez me acerqué a comentarle y me dijo: ‘Lo sé, compañero, quédese tranquilo, no hay problema’. Esa era la humanidad de Cachito. Comprendía al otro, estaba para el otro, era para el otro ¿O nos olvidamos de las jornadas por Luciano Arruga? Siempre estuvo, no faltó nunca”, aseguró.
Con Nora Cortiñas en primera fila, Catriel Fernández compartió su trabajo payasesco con la identidad de ‘Tornillo’. Ya de madrugada, se sumó a la jornada la locutora Victoria Torres, con la que Tebele compartió varios años de trabajo en la AM750. Torres sorprendió cantando varias chacareras acompañando los teclados de Agustín y el bombo de Marcelo “El Sacha” Piza.
Fue una jornada larga e intensa. Planeada desde hace meses. Quienes hacemos La Retaguardia, solo podemos decir gracias y nos ponemos a trabajar para llenar la Sala Cachito Fukman de debates, charlas, espacios de formación, alegría y sueños, como el que concretamos la noche del sábado.