Todos fuimos testigos de la conmoción ciudadana que esta absurda muerte generó, y de una u otra forma acompañamos y comprendemos el reclamo de sus familiares, amigos, las movilizaciones de la comunidad universitaria y el dolor por una vida arrebatada violentamente. Nos parece una sana reacción, especialmente por parte de los jóvenes, que el dolor se movilice en acompañamiento, en solidaridad y en reclamo de justicia y respuestas a todos los poderes del estado.
Pero JUSTICIA, justa, justa. Así, con mayúsculas. No marcada por las urgencias mediáticas, sesgada por los prejuicios, por el odio, por el miedo o por la presión de las fuerzas vivas( léase familia, comunidad, iglesia, universidad, tiempos electorales)
Y, seamos honestos, llegamos al debate sin que la justicia haya esclarecido el hecho: ha encontrado, si, un culpable, de esos que son “cantados”, fácilmente vulnerables … Todo el tiempo nos han puesto como zanahoria delante del burro, el contraste entre el presunto victimario, (Josele) mallonero, pobre y con antecedentes, (¿Eso ya de por si lo hace condenable?) y la víctima (Maxi) un estudiante universitario.
Maxi, su familia y sus amigos, reclaman Justicia, y lo que de momento hemos visto en los estrados no lo es. Creemos, con firme convicción que hasta ahora no han surgido evidencias claras, testimonios contundentes, un juicio justo, equilibrado e imparcial.
Marcamos acá para que el lector comprenda lo que decimos, algunos de los muchos interrogantes que nos deja esta causa, que tendrá sentencia el próximo 3 de Octubre. Con esto solo queremos hacer un aporte respecto a la necesidad de que el crimen de Maxi Aquino no quede impune y se busque, con responsabilidad, rigor científico y verdad, los responsables. Señalamos con mucha sinceridad y respeto para con sus familiares, que nos parece que aquí no se investigó a fondo, se siguió la única hipótesis con vacíos y deficiencias (¿armada?) que estableció una policía muy sospechada de irregularidades, apremios, y encubrimientos.
Efectivos de la DIC (Dirección de Investigaciones Criminales) de la policía lo detienen por dichos de personas del Barrio Cichero de las cuales no develaron su identidad, y por lo tanto nunca prestaron declaración testimonial (¿existen?,) Tampoco se permitió que los policías que hicieron este acta circunstanciada y esta instrucción fueran citados a declarar en el Juicio.
La causa refiere a un homicidio en ocasión de robo. Un arrebato desde una moto. Pero nunca se pudo comprobar que a Melisa y a Maxi, el sujeto que bajó de la moto les exigiera entrega de pertenencias: celular, cartera, zapatillas…. Alguien bajó y atacó directamente a Maxi…. ¿Tenemos certeza que era un robo? ¿El atacante conocía a Maxi y bajó para increparlo, hacerle algún reclamo y allí pelearon? ¿Viendo que perdía la pelea, sacó un arma y lo mató? ¿No serán los verdaderos autores quienes para desviar la investigación incriminaron a Josele?, estas y otras dudas se hubieran develado si llamaban a esas personas a prestar declaración testimonial.- Y si estas personas no existen, ¿la DIC las dibuja, con la finalidad de incriminar “ilegalmente” a Altamirano?. De todas formas es ilegal su detención e insuficiente para fundar una imputación, aunque sea en esa etapa inicial.
Esta detención motivó que personal de la DIC “Brigada” ingresara en un primer término, sin orden al domicilio de Altamirano a revisar todo, y luego obtuvieron una orden de allanamiento, sin precisiones y motivaciones, por parte del juzgado – siendo que las ordenes de allanamientos deben ser fundadas-, ingresan al domicilio y revisan el dormitorio de Josele ( sin presencia de familiares y testigos) y recién después que colocan prendas de vestir y otros objetos sobre una mesa, llaman a testigos y les hacer firmar un acta donde registran lo allí encontrado. Así aparece un pantalón, principal prueba de cargo, con supuestas manchas de sangre. Ese pantalón ¿Era el del Josele, o fue plantado? Es un jean y todos declararon que el victimario estaba con ropas deportivas. Tanto los testigos como la perito química fueron llamados luego que la brigada pusiera sobre la mesa entre otras ropas, dicho pantalón. En el debate no se permitió que se los citara a declarar, para comprobar que no fueron testigos del allanamiento.
En dependencias de la brigada y a las pocas horas de ser detenido, aparece un video donde se lo ve a Jose ‘Josele’ Altamirano sentado en una silla de madera con la muñeca izquierda esposada y un ojo violeta hinchado por los golpes. El dialogo filmado reproduce una declaración auto incriminatoria claramente ilegal, que se difundió en diarios y redes sociales, logrando así una construcción social de autoría del delito contra la persona detenida y sobre la cual hasta ese momento no existían elementos de carga que lo vincularan al hecho.
Independientemente de lo ilegal del allanamiento y del secuestro del pantalón con supuestas manchas de sangre, el análisis del laboratorio de Corrientes no pudo determinar, en ese pantalón debido a la insuficiente cantidad de sangre cual era el grupo y factor, sin embargo sin controlar la defensa y sin tener una legal custodia de la cadena probatoria, el gabinete forense de la Provincia del Chaco afirma que “entre otros aportantes la sangre pertenece a la victima de autos”.
La principal testigo, Melisa Arrúa, quien acompañaba a la víctima, no lo identifica en prueba de reconocimiento y sobre la moto dijo textualmente “es similar”. Tampoco reconoce claramente las prendas que vestía el atacante con las secuestradas del domicilio de Josele. Tampoco se pudo asociar el cuchillo secuestrado en la casa de Altamirano con el arma que le provocó las heridas a Maxi Aquino.
En relación a la ropa los testigos que pasaron por el tribunal, incluyendo Melisa Arrúa afirmaron que los atacantes tenían ropas deportivas. ¿Por qué entonces el secuestro de un jean y las manchas de sangre en el mismo?
Los videos de las cámaras de seguridad de la cuadra advierten que pasan una moticicleta, pero no se aprecian quienes circulaban en ella.
Entonces cual es la prueba que mantiene detenido, imputado, procesado y en este juicio a Josele Altamirano?
La única prueba que sostiene el juicio son esas pequeñas manchas de sangre en un pantalón que secuestraron en la casa de Altamirano. El peritaje de ADN se hizo sobre un pantalón jean que tiene dos manchas de sangre pequeñas. Aquino fue muerto de múltiples puñaladas en un forcejeo cuerpo a cuerpo con su atacante, quienes acudieron a su auxilio declaran que el cuerpo expulsó mucha sangre y el pantalón.¿ y el supuesto pantalón de Josele tiene solo dos pequeñas manchas de sangre? . El ADN de Aquino es la única prueba que sostiene este juicio, pero nunca se realizó un perfil genético del imputado, como para comprobar si ese pantalón es de él.
A esta altura percibimos que la presión social y la condena mediática están ya cien por ciento resueltas contra Josele Altamirano. .. Son las últimas audiencias del debate. Proceso de celeridad inusitada en tribunales. El hecho sucedió hace un año, el 1ro de agosto de 2015 y tendremos sentencia el 3 de octubre de 2016. Tan rápido como la necesidad de demostrar el gran desempeño policial y judicial ante la inseguridad…..
¿Estaremos verdaderamente juzgando al culpable de este homicidio que la sociedad clama por esclarecer, o solo habremos condenado a un pobre infeliz, por la sola necesidad social de incriminar a alguien por este terrible hecho?.-