Algo huele mal en el Taragüí

Aunque el subsecretario Bravo se enoje, estos hechos son crónica de violencia anunciada….. El problema de ayer, es la replica, aumentada, del que se suscitó hace menos de un mes, casi en el mismo escenario y con los mismos protagonistas. … El subsecretario bien habla de problemas de dinero, pero lo que no dice es que este dinero paga la circulación de drogas…. Esto es lo que se viene denunciando sistemáticamente desde los organismos de derechos humanos, y todos hacen oídos sordos. Y el problema de la corrupción., de las adicciones y de la violencia sistémica en los penales es un tema del que tiene que responder en primer termino el ESTADO que consideró necesario retirarlos de la vida libre y arrojarlos a estos verdaderos depósitos de residuos humanos. Las personas que han delinquido y están cumpliendo condena, están BAJO LA CUSTODIA Y RESPONSABILIDAD del ESTADO ( SERVICIO PENITENCIARIO- PODER EJECUTIVO-) por decisión del PODER JUDICIAL que es GARANTE DE SU INTEGRIDAD FISICA. Por lo tanto, la mayor dependencia a tóxicos (en lugares que están custodiados por el estado y donde se requisa a personas y objetos que ingresan) es de última responsabilidad de la acción u omisión en el rol de custodia y vigilancia de los funcionarios. Los hechos de violencia y las lesiones no son solo un problema de los presos, es principal responsabilidad de las instituciones encargadas de su custodia. Se continua con una política de negación del problema, (del cual la corrupción y la connivencia de los agentes del estado es esencial para que ocurra) minimizando estas reyertas sin ir al fondo de la cuestión (drogas y corrupción). No es un problema solo de hacinamiento, de violencia porque si, ni se soluciona con mas cárceles. Con este esquema de corrupción, es casi seguro que los “negocios” se trasladaran a cuanta nueva cárcel inauguren. En este caso puntual, en el penal 1, todos saben quienes “transan”, como ingresa y circula la droga, y hasta cuales son los movimientos de personas o reformas estructurales mínimas que hay que hacer en un corto y urgente plazo, para que el problema no termine en tragedias irreparables. Estos hechos se agudizan en estas épocas del año, donde hay receso de las pocas actividades educativas, o productivas, y el ocio improductivo, el hacinamiento y la violencia reinan por doquier. Ni que hablar de que estos hechos de violencia, corrupción y drogas nada tienen que ver con el “supuesto fin resocializador” de las cárceles. El Esado Interviene para detener, para privar de libertad, y hacer cumplir una condena, pero no hay políticas de estado que verdaderamente busquen alternativas de formación para el trabajo, para la educación, para el afianzamiento de lazos sociales positivos.
Hilda PresmanRed de Derechos Humanos