Apremios y palizas en la Unidad 1

 
Cristian Albornoz denunció que en la mañana del 13 de octubre la guardia de los oficiales Villanueva, Hidalgo, y Molina y el sargento González (supuestamente para evitar que agreda a otro condenado) le propinaron una feroz golpiza que le fracturó un dedo, y le dejó marcas  en diversas partes del torax y muslos.
Estos oficiales en otros oportunidades habían agredido a  Albornoz, quien tiene precisamente una orden judicial de resguardo, por lesiones y malos tratos por parte del servicio penitenciario. Lo llevaron a las patadas y golpes hasta su celda, donde rompieron efectos personales y de estudio. Ante esta situación, sus compañeros, Mario Escobar y Juan Valle, intentaron parar la agresión y también recibieron golpes y patadas. Albornoz puso en conocimiento de esta situación y del hostigamiento penitenciario al que es sujeto a las autoridades judiciales de ejecución de condena; por orden de estas,  fue revisado por el cuerpo médico forense, que constató las lesiones. Además reafirmaron los hechos y avanzaron con denuncias por sus propias lesiones Escobar y Valle. 
También pusieron de manifiesto que las notas con pedidos de audiencia, para denunciar hechos de esta naturaleza, son sistemáticamente “cajoneados” en la oficina de seguridad interna; como se pudo constatar en esta oportunidad ya que había más de cinco pedidos de Albornoz que nunca llegaron a sede  judicial.
Esta situación es recurrente en ámbitos penitenciarios y no  se toman medidas de fondo contra la violencia penitenciaria hacia las personas privadas de su libertad.- Nunca hay exoneraciones, ni condena judicial, solo sumarios y traslados de una unidad penitenciaria a otra, hechos que no hacen mas que  proporcionar  impunidad a los agresores y  garantizar la reiteración de estos hechos, penados por la Convención Internacional contra la tortura, y otros  tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes (Ratificada por la Argentina el 5 de septiembre de 1984)
Hilda Presman – Red Provincial de Derechos Humanos