“¡La tierra es nuestra vida!”

La jornada – que se realizó en vísperas del 1 de Agosto, Día de la Pachamama, Madre Tierra – comenzó a las 15 en la Torre de los Ingleses, frente a la terminal de ómnibus y trenes de la estación de Retiro, donde diversas organizaciones de derechos humanos, políticas y sociales recibieron con banderas whipala a los 60 integrantes de los pueblos Qom, Pilagá, Wichí y Nivaclé, que llegaban en varios micros a Buenos Aires para reforzar la lucha por sus tierras ancestrales. Una vez allí, alrededor de una hora después comenzó el largo peregrinar de la “Caravana Qo.Pi.Wi.Ni”, que ingresó al microcentro de la Ciudad de Buenos Aires por la ancha avenida 9 de Julio, mientras en los medios de comunicación masivos tradicionales se empezaban a hacer eco de la jornada de lucha a través de títulos como “vuelta complicada a casa” o “tránsito complicado en microcentro”, pero sin detallar las motivaciones y reclamos que sostenían la medida de lucha.

En ese marco, la Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA) realizó una transmisión especial que siguió desde el comienzo, a través de móviles desde el lugar, los avatares de la caravana y fue recogiendo diversos testimonios de las organizaciones y personalidades participantes, como Irineo Palomo. qom de la comunidad La Primavera de Formosa – e integrante del acampe en Buenos Aires -, Patricia del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) en COB-La Brecha, la madre de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Nora Cortiñas, Pablo Pimentel de APDH La Matanza, y Eduardo Díaz, hijo del qarashe Félix Díaz.

Un poco más tarde, mientras la amenaza constante de nuevas lluvias (por la mañana del viernes 31 hubo lluvia torrencial en Buenos Aires) se despejaba y se veían los primeros rayos de sol, la Caravana QoPiWiNi caminaba frente al edificio del Teatro Colón y se acercaba a la zona del Obelisco porteño, punto neurálgico de la ciudad. La encabezaba una inmensa bandera

Luego la columna tomó por Diagonal Norte hacia la Plaza de Mayo, donde se encuentra la Casa Rosada. Una vez allí, en el centro político del país, protagonista de tantos momentos históricos, los integrantes de los pueblos originarios en lucha junto a las organizaciones sociales y políticas acompañantes, pasaban frente a la Catedral Metropolitana, casi confirmando eso de que “Dios está en todos lados, pero atiende en Buenos Aires”, y se aprontaban a llevar una vez más sus reclamos del reconocimiento del derecho ancestral a sus tierras, por la no persecución, ataques y asesinatos a sus familias por parte del gobernador kirchnerista Gildo Insfrán, y el repudio a la inacción del Gobierno Nacional al estar en conocimiento de la situación que se vive en esa zona, y en otras, del interior del país.

Finalmente, la marcha se dirigió por Avenida de Mayo hasta el Acampe QoPiWiNi, donde esta nueva delegación de 60 integrantes de los pueblos Qom, Pilagá, Wichí, y Nivaclé llegados a Buenos Aires se sumaron al acampe para reforzar y continuar su lucha ancestral, que lleva más de 500 años. Como dijo Pablo Pimentel, de APDH La Matanza, en medio de la transmisión de la RNMA: “La pelota ahora quedó picando en el área del gobierno nacional”.