Repudio al despido de la periodista Mariana Mamaní

Como trabajadores y trabajadoras de prensa, no nos incumbe qué clase de acuerdos realizan los responsables de los medios en los que nos desempeñamos. Sin embargo, notamos que, tal como lo advertimos en el Manifiesto de PUAJ hace más de un año, existe la tendencia a eliminar la polémica, anular el debate y quitarle entidad a cualquier pensamiento o análisis que proponga alguna idea de cambio de la realidad.

Es en dicha tendencia en la que inscribimos el despido arbitrario de Mariana Mamaní, una periodista que cualquier medio de comunicación querría tener en su equipo, pues no se advierte que los motivos estén vinculados con el ejercicio de su profesión.
Los lectores habituales de El Tribuno Jujuy sabrán que nuestra colega ha incluido en su trabajo cotidiano temas relacionados con los derechos humanos y sociales, como por ejemplo los juicios por delitos de lesa humanidad, las reivindicaciones de los pueblos originarios, los reclamos sindicales y las problemáticas de género, niñez y adolescencia, entre muchos otros.

Y si los lectores habituales de El Tribuno Jujuy no lo habían advertido, seguramente lo harán luego del despido de Mariana.
Esos y otros temas sobre los cuales se ocupaba nuestra compañera en su tarea, son los que desde los sectores de poder se intentan acallar y llevar a su mínima expresión, reduciendo así las ventanas a través de las cuales la ciudadanía pueda mirar la realidad y reflexionar sobre ella.

Volvemos a recurrir a nuestro Manifiesto: Defendemos nuestro derecho a dar a conocer los hechos que incomodan a gobiernos, empresarios y organizaciones, cuando se trata de cuestiones de interés público.
En esta línea, expresamos nuestra solidaridad con Mariana Mamaní, reivindicamos su trabajo y repudiamos las acciones persecutorias y las presiones de las que ha sido objeto, que no se subsanan con dinero.