Camas de humillación

A estos elementos utilizados como “calmantes”, lo avalan, no sólo el servicio penitenciario, sino que también lo aprueba el estado nacional mediante su consentimiento al artículo 75 de la ley 24660 (ley de ejecución de la pena privativa de la libertad), y la legislación provincial mediante el decreto 343/08, en su artículo 40. Hace siglos se utiliza la inmovilización como castigo, como instrumento para la subordinación, de sometimiento.También era mayo, hace dos años, cuando en la cárcel de Bouwer, se encontró a Elvira Calderón, estaqueada en enfermería. También hubo todo un revuelo, que no duró más de una semana, hasta que todos volvieron a olvidarse nuevamente, por lo tanto hoy en el lugar de Elvira, seguramente hay alguna otra mujer “nerviosa” que puede estar atada hasta más de una semana, sufriendo estos tormentos. Con estas camas las “apaciguan” si se les ocurre reclamar algún derecho.Aquella vez, la justicia federal, declaró inscontitucional el inciso “c” del artículo 75 de la 24660, y el inciso “c” del artículo cuarenta del decreto ley 343/08. Pero dejó vigentes los incisos que le permite a estos psuedos médicos, firmar estas recetas de tratos crueles inhumanos y degradantes, y que le permite al poder judicial ampararse por permitir este tipo de torturas.Este es sólo uno de los métodos utilizados por el estado, para “resocializar”, mediante el aislamiento y la tortura. Se quiere “reintegrar”(lo que nunca se integró) a la sociedad. De esta manera el retorno a la sociedad es casi imposible, y el regreso a la cárcel, casi seguro. ¿será ese el objetivo ?En el módulo M x 2 también de Bouwer, justo al lado del pabellón donde están los genocidas torturadores de ayer, se encuentra la sala de los torturadores de hoy, allí están las camas de humillación. Unos pibes allí encerrados, comentaban sobre la hipocresía del estado, que enjuicia a los verdugos de ayer, pero que no hace nada con los verdugos de hoy. Y se hacían varias preguntas clave: ¿será por qué todos los que estamos aquí somos pobres? ¿Se habrá quedado la dictadura sólo para nosotros? ¿Por qué tan pocas voces reclaman por nosotros ? ¿Por qué los organismos de derechos humanos, no denuncian lo que aquí adentro sucede? Solo se ocupan de los desaparecidos de ayer, ¿y de los desaparecidos de hoy ? Quién se ocupa?Y creo que tienen razón, hay un consentimiento mudo a que este tipo de prácticas se utilicen a lo largo y ancho del país.Parece que no sólo para el gobernador De la Sota, los derechos humanos son para los “decentes”, sólo que él lo dice, y el resto lo practica. Parece que están convencidos de que los que están en la cárcel, ya no son personas, por lo que se les despoja de todos sus derechos.
 
Adriana Revol