Mi nombre es Andrea Casamento, mi hijo mayor estuvo preso en el complejo de Ezeiza en el año 2004, acusado de un delito que no cometió y del cual salió absuelto en el juicio. Allí conocí a mi marido preso hasta la actualidad en el mismo lugar por un delito que sí cometió. Nos casamos en la cárcel de Ezeiza hace 8 años.Desde el 2004 vengo recorriendo juzgados, cárceles, defensorías, hablando con organismos, compartiendo con presos y familiares situaciones similares, intentado encontrar alguna repuesta de parte del Estado.La repuesta más concreta que encontré fue señora ármese una ONG. En el año 2008 únicamente el CEPOC (Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos) nos escuchó, nos acompañó y junto a un grupo pequeño de familiares eso hicimos.Soy madre de 4 hermosos hijos, esposa de un preso y ama de casa, trabajo en un programa de prevención comunitaria destinado a la inclusión social de presos y familiares en convenio con el Municipio de Morón, y además soy presidenta de la Asociación Civil de Familiares de Detenidos en Cárceles Federales.No debería hacer falta dar antas explicaciones sobre mi vida privada pero los familiares de presos siempre somos sospechosos por lo tanto una vez más me siento obligada a desnudar mi intimidad delante de desconocidos en esta ocasión intentando dar legitimidad a mis palabras.En este largo recorrido desde la Asociación tenemos registro de haber escuchado y acompañado más de 4000 historias de vida. Muchas tienen cara otras son solo voz en el teléfono desde la distancia de las unidades penitenciarias de todo el país. Todas y cada una de estas historias tienen nombre propio al menos para nosotras.Lamentablemente solo pudimos entrevistarnos con el Dr. Víctor Hortel (titular del Servicio Penitenciario Federal) y Laura Lopresti (Jefa del Gabinete de Asesores del SPF) una vez muy brevemente al principio de su gestión en esa oportunidad fuimos invitadas a participar en una mesa de diálogo, invitación que con mucho gusto aceptamos pero no sabemos por qué al día siguiente la Dra. Laura Lopresti canceló esta invitación.Desde ese momento hemos intentado reunirnos una y otra vez sin poder concretarlo hasta el día de la fecha. Sabemos de sus ocupaciones, él es el único Director Nacional que recorrió todos los penales 3 veces cada uno y no queremos quitarle tiempo, es prioritario para nosotras que él esté adentro de la cárcel recorriendo una realidad que obviamente desde la oficina es imposible de conocer.A veces nos encontramos en algún evento o actividad generalmente con poco tiempo para poder expresar alguna inquietud. Por lo tanto al leer en la invitación “charla abierta en la escuela de gobierno” convocada por el Vatayón Militante pensamos que esta sería una buena oportunidad para celebrar las actividades recreativas y talleres culturales que realiza el Vatayon adentro de las cárceles y también para hablar sobre algunos temas que nos preocupan y que tienen que ver con todas las violaciones a los derechos humanos que todavía ocurren dentro de las cárceles.“Callada en reiteradas oportunidades“Lamentablemente otra vez no hubo oportunidad. Una señora sentada adelante mío a quien no conozco pero bien podría ser miembro de nuestra asociación intentó con mucho respeto introducir el tema una y otra vez contando lo que ella y su familiar padecían en Devoto, pero fue callada en reiteradas oportunidades seguramente por falta de tiempo para ser escuchada era más importante claro, contar las cosas que sí se hicieron y no las que faltan.
Con todo respeto me permito decirle al Dr. Hortel y al Vatayon que sabemos muy bien lo que se está haciendo, en este año de gestión se hizo mucho pero mucho más de lo que otros hicieron por décadas y como dije acompañamos y lo celebramos con total honestidad. Pero los familiares y los presos nos preguntamos:Cuando se hará algo para que se termine definitivamente con las torturas, los golpes, la falta de comida en algunas unidades, los tratos inhumanos, las sanciones arbitrarias, la manera violenta en la que se realizan las requisas, las reglamentaciones absurdas que nosotras conocemos en detalle porque las padecemos al momento de ingresar a cada unidad, la burocracia sin sentido que solo quita tiempo a los empleados y entorpece cualquier intento de acercamiento familiar, las celdas sin vidrios en las ventanas, la forma en la que son trasladados los presos que viajan horas encadenados en un camión sin ventilación a veces orinados encima o vomitados.Los médicos que no llegan a tiempo al pabellón y los presos que mueren por falta de atención medica, consejos correccionales que repiten una y otra vez la conducta arbitrariamente incumpliendo con la ley sin ningún miramiento haciendo caso omiso a lo que dice el reglamento, trabajadoras sociales y psicólogos haciendo tareas de administración que bien podría hacer cualquier empleado ellas trabajar de su profesión y mucho pero mucho más.En rigor de verdad debo decir que en varias oportunidades nos hemos comunicado con personal penitenciario del mismo modo que lo hacemos con jueces, defensores, o la Procuración Penitenciaria, y resuelto casos puntuales pero esto no es para todos, es excepcional lo que debería ser una regla general.Me preocupa que el Vatayon se presente en este contexto como una fuerza de choque no sé exactamente contra qué o quiénes se deberían chocar? Esto me hace acordar a otros tiempos donde no se podía usar la palabra, ahora se puede por lo tanto nosotras siempre preferimos dialogar discutir, debatir, disentir pero nunca chocar.Me pregunto por qué cualquier sugerencia es tomada como critica mal intencionada. Esta actitud tan prepotente hace que se genere la misma violencia que todos aborrecemos, no todo aquel que disienta en algunas cosas es enemigo. Les pregunto qué sentiría cualquiera de ustedes si uno de sus hijos estuviera preso? conocemos bien desde adentro los intrincados laberintos de este sistema tal vez algo podríamos aportar si fuéramos escuchadas.
“Luego de una soberana paliza de bienvenida les espera lo más oscuro“Pienso en los pibes que durante décadas el Estado nunca vio, ellos no tuvieron nunca fiesta de disfraces cuando por edad la merecían; las madres que se acercan contando el recorrido sin repuesta que han hecho pidiendo tratamiento para sus hijos porque el paco los consume. Son los mismos que al tiempo ya mayores veo en un tribunal frente a abogados bien trajeados definiendo con palabras difíciles de entender para alguien que apenas fue a 3er grado cuántos años de encierro les corresponde. Y después de todo este recorrido los que logran llegar vivos hasta aquí son recibidos en Devoto, entran a otro infierno por la puerta ahora pintada de rosa y con corazones, luego de una soberana paliza de bienvenida les espera lo más oscuro, la violencia, el miedo, el sometimiento, la incertidumbre. Conozco a estos pibes y a otros ahora no tan pibes, sé sus nombres, acompaño el derrotero de sus vidas, sé de los intentos por insertarse en una sociedad que los expulsa una y otra vez. Nadie los prepara para eso, solo saben vivir detrás de esa puerta.A título personal, mi hijo tiene a su padre preso es un hombre integro por donde se lo mire que intenta a diario salir de ese lugar lo más entero posible para ser él quien le alegre la vida. Mi familia necesita mucho más que superhéroes que disfracen la cruda la realidad que nos toca vivir. Nosotros estamos intentando criar a nuestros hijos en un ámbito de responsabilidad y compromiso social asumiendo los errores y respetando los derechos de los otros con total libertad. Quedo a disposición: Andrea Casamento