Bi-Reyes, Castillos y plebeyos

Marcus Tiberius

Acá estamos en el 57 después de Cristo, pero estoy seguro que para el dos Mil este tipo de cosas no van a existir. Este tiempo de locos delirantes queriendo perpetuarse en el poder, o robando desde los altos cargos, seguro la justicia del dos mil los mantendrá a raya, y la justicia será justicia pulcra y honorable, sin ninguna macha por el roce con el poder. Ahora aquí en el 57, esto parece utópico, pero halla en el dos mil esto seguro será todo más justo, menos corrupto y sin fosa entre los que piensas así y los que piensas asa.
Peeero ahora lo que tenemos es esto, bah este… Bi-Rey. Adicto a la extrema seguridad del castillo y a la militarización del pueblo que habita dentro de los muros.

El tema que me trae a estribar estas líneas de pluma y puño en estos firmes renglones, son unos comentarios que le oí al herrero decir mientras clavaba una herradura a un asno, pertenencia al vendedor de esclavos. Al parecer en el Castillo, y esto no sabía (es que yo me la paso mucho tiempo en mi atelier leyendo y creando música); desde hace no mucho tiempo se paga peculio a la plebe por ser plebe. Cosa rara si las hay, o por lo menos sospechosa la maniobra de pagarle al pobre por ser pobre, al bruto por ser bruto y al oprimido por ser víctima. Pero quien soy yo para discutir las políticas del Reinado de Colombo corazón de Yaguareté.
En síntesis, la maniobra al parecer es común en todos los castillos del reino, y esto se da entre los días diez al quince de cada mes.La verdad no sé qué pensar del tema, el pueblo necesita ese peculio… ¿EN REALIDAD EL PUEBLO NECESITA ESE PECULIO? O necesita medidas que posibiliten el trabajo y el cobro por algo realizado. La cosa es que casi todos cobran el diez y para el quince no queda nada, tampoco es que ser un pobre diablo valga mucho para el reinado. Lo sospechoso es que entre esas fechas los ánimos se caldean en el castillo, las reyertas entre vecinos aparecen espontáneamente y todo el que haya cobrado su peculio es pasible a tener problemas por el mísero monto.

Cuando la miseria es grande, proporcional es la miseria de los malditos que olfatean las monedas de cobre en las sacas de extraños y familiares. Y la atmosfera bulle de desenfrenadojolgorio por un par de días; más aún el día mismo del cobro del peculio en el Castillo. Todo se alborota de repente, por las ventanas de las construcciones se puede ver el gentío que viene y va desde la mesa de cobro a los sitios más ocultos del castillo.Las colas se extienden por metros y metros por todo el castillo, y las murmuraciones de la plebe anuncia lo que deparara los días sucesivos, donde los burdeles, las licorerías y las casas de empeño estarán trabajando sin tregua. El estar narcotizado y desendeudado solo se da entre el diez y el quince, a veces… ya que otras veces casi siempre, no dura tanto. Algo que jamás le había prestado atención es que justo por esos días, siempre ocurren cosas muy extrañas y rutinarias; por un lado la presencia de los guardias del Bi-Rey es casi nula en las callejuelas del castillo, los burdeles y las cantinas de golpe desbordan de insumos, y siempre ocurren hechos violentos y a veces trágicos alcanzando lo fatal. Haciendo un reconteo de los enunciados gráficos del Bireinado, siempre entre el diez y el quince de cada mes en el castillo hay problemas, heridos o muertes. Y hasta si mal no recuerdo, siempre hay requisas en los burdeles, las cantinas y los demás negocios después del movimiento, claro… Cualquiera sospecharía que les dejan recaudar y luego les caen por su tajada, pero eso ya es mal pensar, no… seria como decir que los guardias del castillo suministran al burdel y las cantinas, o que alguien superior lo hace… equivaldría a decir que un Lord de tupido bigote – Bravo y valiente- a sabiendas de que en el castillo entre el 10 y el 15 a la plebe se le da en concepto de peculio más de cien mi monedas de cobre, este Lord articulase que este beneficio dictaminado por el Rey “el peculio” por la simple transacción en los burdeles y las cantinas, sumando las requisas intempestivas y brutales, retornen a las arcas del Rey, el Lord o el Bi-Rey. “Quien sabe…” Cien mil monedas de cobre seguramente valdrían la estratagema, y las pérdidas humanas en el proceso. Ni quiero ponerme a pensar que entre el Rey el Bi-Rey y el Lord suministran las monedas para el peculio, y también los insumos para recuperar los cien mil cobres; eso sería muy perverso, no… aunque si mal no recuerdo hace un par de años, la mujer de un soldado sufrió un accidente yendo caballo a otro castillo lejano, cuando una víbora se le apareció de golpe y asusto al cuadrúpedo y la tiro de la montura para caer y golpearse bastante; esta mujer fue socorrida por una escolta real que pasaba casualmente por el camino, y al asistirla colocándola en una carreta con mucho cuidado, el dueño de carro un monje le pidió que entregase un bolso al que se aferraba con fuerza prensil y que protegía a pesar de su frágil condición, la persistente negativa obligó al monje a pedirle a la guardia real que le incaute el bolso, y para sorpresa de todos, dentro del mismo se encontró, monedas de cobre (muchas) cuchillos y hachas así como bebidas prohibidas y especias prohibidas.

Cuando un guardia le pregunto de donde había sacado eso, la dolorida mujer respondió: “Son frutos de las requisas del castillo del Bi-Rey, me lo dieron para que lo lleve a otro castillo lejano donde le darán uso.” Aquello fue todo un escándalo. Duro poco eso sí, pero la víbora el caballo y la mujer del soldado es una anécdota muy conocida de la corrupción entre castillos.

La vida entre los muros del castillo es dura, y si sos la plebe, todo es tortuoso. Ayer trece justamente murió alguien a metros de la guardia real. Se cree que fue un asalto, alguien le enterró el cuchillo en el abdomen y huyo con las pocas monedas de cobre que este pobre diablo contaba en su bolsillo izquierdo. Todo sucede entre el 10 y el 15, las omisiones, los permisos, las transas, los negociados, los trueques, los arreglos, las requisas, las muertes, los lastimados, los aprietes, y vaya uno a saber cuántas otros atrocidades más.

Si uno se pone a rascar entre el 10 y el 15, con seguridad aparecerán más que los números intermedios.

“El valor es el inicio y el horror un final anunciado”.