Chamamé, hechizo, magia y payé en la luna del jueves

Suave armonía oigo cuatro voces, talentos intactos, Opus 4 y el coro polifónico. La última vez que estuvieron en Corrientes fue en 1970, “cuando todavía no existía el puente”, dijo uno de los cantantes. Temas que erizaron no solo mi piel sino la de mucha gente tal como fue “Viejo Caa Cati”. Por primera vez están en la Fiesta Nacional del Chamamé. Invitaron a tocar a un bandoneonista de lujo, el joven Alejandro “Tato” Ramírez del grupo Tajy.

Hermosas voces, correctos y prolijos hacen coros que erizan la piel que genera calma y tranquilidad. Opus 4 continúa cantando un tema de Pocho Roch dedicado a Ramón Ayala que se hizo presente en la noche. Cuando el locutor de turno ya casi despedía al grupo, uno de sus integrantes se acercó al micrófono y dijo: “Por favor les pedimos que nos dejen cantar el sexto chamamé, porque mucha gente vino y no ha cantado chamame”. La gente deliró y apoyó lo dicho, aplaudió y pidió que hicieran ese sexto chamamé. Así finalizó la actuación de Opus 4 que después de mucho tiempo volvió a tocar en nuestra provincia.

Pasada la media noche, subió al escenario, oriundo de Santa Fe, Coquimarola y su conjunto, quienes desde el primer segundo invitaron a todos a ponerse de pie y a bailar chamamé.

Con un público emocionado después de escuchar a estos artistas, el escenario quedo preparado para recibir a los representantes del Instituto Nacional de la música(INAMU) quienes hicieron entrega de los derechos discográficos a las familias de los músicos chamameceros como Cocomarola, Avelino Flores y otros tan importantes. Las autoridades, como el Ministro de Cultura de la Nación Pablo Avelluto, se hicieron presente entre otros locales.

Luego subió al escenario el Ballet Folclórico Nacional cuyos integrantes representaron un repertorio integrado por cuadros coreográficos basados en mitos, historias, costumbres, leyendas y paisajes, reflejando en sus creaciones la expresión de las culturas regionales tradicionales argentinas.

El único número internacional que se hizo presente en esta oportunidad, fue el de Gilberto Mointerio, de Brasil, quien con un perfecto español, agradeció a la organización por estar en la fiesta. Y automáticamente comenzó a entonar sus chamamés.

Además estuvieron presentes representantes del interior: Ramón Ayala, conjunto Vera Monzón y Federico Peccia quien invitó a Nestor Acuña a cantar juntos un hermoso tema como lo es “Isidro Velázquez”. Cada cual con su estilo al cantar e interpretación y, por supuesto, ambos invitaron a los bailarines a “bailar con el corazón”.

MUJERES CHAMAMÉ
Entre las destacadas de la noche, el cuarteto formado por Elena Rogers, Soledad Villamil, Hilda Lizarazu, Valeria Gómez y el ensamble OFP. Estas mujeres llegadas de Buenos Aires, abarcaron un amplio repertorio como “Arrebol”, “Bajo la luna de abril”, “Lunita de Taragüí”, “Viejo Caa Catí”, entre otros. Cada una de ellas, a su manera, dividió su repertorio entre chamamés y guaranias.

La muy jovencita Jorgelina Espíndola también se hizo presente; lucía un vestido blanco muy elegante para su edad. Conmovió a la gente y dedicó a Ramón Ayala el tema “El rio vuelve”. “Sepan ustedes que en mi ADN tengo codificado un chamame”, dijo la calandria correntina.

Continuamos y el escenario siguió llenándose de juventud. Llegó el momento de los ganadores del Tekotalento. La niña Victoria Ledesma subió y expuso su voz con tal potencia que el público la respondió muy bien. Continuó Carolina Rojas y la saladeña, Belen Majul quienes conmovieron a todos: estas mujeres sí que tiene fuerza y talento.

AL RITMO TROPICAL
Llegó el turno de los esperados de la noche, Los Hijos de los Barrios. “Gracias por recibirnos en este ADN chamamecero”, dijo uno de sus integrantes. Y luego fue una sorpresa para todos: invitaron a Ángela Leiva, la cantante cumbiera oriunda de Buenos Aires. Sobre el escenario, ella recordó a su abuelo correntino y miró al cielo para dedicarle una canción.

EL cierre final estuvo a cargo de El chino y la Nueva Luna Chamamecera. Hicieron lindos chamamés. Con su voz particular la gente ovacionó al Chino y gritaba: “¡Luna, luna!”, para pedir así sus temas que no cantó por respeto a la fiesta de puro chamamé.

La noche se hizo larga pero valió la pena vivirla porque cada artista trajo su propia historia y un repertorio musical importante y eso se vio en esta nueva luna del jueves. “Enorme el placer de estar acá y que se hayan quedado con este frío. Ya me siento correntino, a pesar de ser porteño”, finalizó el Chino en una madrugada que se prestó para un abrigo.