En democracia, relato de la dictadura presente

Esta afirmación no surge de criterios pre determinados sino del testimonio en sede judicial del “principal sospechoso de la instigación de la toma de un predio” que llegó a la asamblea barrial para compartir las herramientas institucionales que tiene el municipio de Moreno, esto es la expropiación como herramienta que la gestión de West aplica en Villanueva. Dicho de otro modo, Marcelo Costas del Partido Obrero llegó a Santa Brígida para ofrecer un camino institucional, incluso habló telefónicamente con el concejal del Frente para la Victoria Carlos Benítez informándole lo que ocurría en ese lugar. Esa acción, contraria a la posesión misma de un terreno abandonado y limpiado por los vecinos, fue considerada por la policía como un acto de usurpación y resistencia a la autoridad. Desde ese llamado telefónico, la asamblea que se realizó en la calle adyacente al predio entendió la posibilidad, pero los efectivos de la Bonaerenses recibieron la habilitación para reprimir sin límites, violando domicilios particulares, disparando contra hombres, mujeres y niños, armando una causa judicial falsa, perversa, siniestra.

ENTREVISTAS A MARCELO COSTAS

Marcelo Costas relata el horror, el miedo, la impunidad que no ha merecido comentario alguno de los hombres y mujeres del gobierno local: “Yo tenía que estar a las 14 horas y llegué a las 15:30 horas a la reunión. Nos pusimos hablar con todos los vecinos para saber cómo venía todo eso, reorganizarnos y legalmente ir al municipio como corresponde para ver cómo estaban los terrenos”.

¿Vos querías llevarle información a los vecinos porque el Municipio tiene una politica de expropiación?
Exactamente. Hablé con Graciela Benítez (concejal Frente para la Victoria) y Carlos Benítez (concejal Frente para la Victoria) para ver si se podía realizar una reunión por el tema del terreno. Le dije a Carlos Benitez (concejal) que él tenía que saber de esto porque hace una semana que viene y el municipio tiene que saber de esto. Me expresó que no sabía, y le dije: “si no sabés estamos perdidos porque acá hubo represión, me comentan que hay seis compañeros que están presos, quiero que hagas algo, te fijes”.

¿Qué ocurrió en la Comisaría Moreno 2ª de Trujui?
Te digo sinceramente cuando me llevaron tenía temor. Me llevan a la Comisaria, me esposan, me vuelven a pegar tanto el canoso como el morocho.

¿Dónde te pegaron?
En la cara y en el estómago. Me decían “así que vos sos el que hablaba con el concejal, te dan plata para que hables con ellos”. En ese momento que me detienen me llama Carlos (Benítez) y lo que atiné a decirle es “me están llevando preso concejal” y me sacan el celular. Escucharon eso y después me decían que yo era el instigador que tomaba los predios ahí. Todo para sembrar terror a mi y a los vecinos.

¿A dónde te llevan?
A un patio, todos estábamos ahí. Los que estaban desde más temprano parecían encadenados, con ganchos en la pared, no te podías mover. Era de terror. Algunos estaban desde la mañana y el precinto le estaba comiendo la muñeca. Había un vecino que tenía un machete porque estaba cortando el pasto de la casa y decían que tenía un arma blanca. Fue mucho hostigamiento, burlas, violencia psicológica. A una rubia que le pedí un vaso con agua me contestó no estoy para eso. Me quedó tanto odio de la impunidad con la que se manejaba el canoso que lo miraba y me dijo “que mirás negro de mierda, hijo de mil puta, mal parido, vos esta noche te quedás acá y yo me voy a coger a tu mujer”. Con esa impunidad hablaba adelante de todos. Todo esto lo vamos a ver con los abogados, por eso ayer quería declarar y decir todo lo que viví. Lo que cuento acá es lo que declaré y no lo que dijo la policía.

¿Qué declaró la policía?
Qué los vecinos y yo estábamos en el predio, tomando todo el predio con armas blancas y mostraban los machetes. Es intento de usurpación y resistencia a la autoridad.

¿Esa violencia verbal, brutal y cobarde también se ejerció hacia las mujeres?
Cuando estaba en la comisaria la policía colorada, que no sabemos ni el nombre le decía a una mujer mirala a esta, paraguaya, calladita, no dice nada. Que podíamos hablar, ellos se manejaban con total impunidad, si pedías algo te golpeaban. Ninguno decía un nombre, todos se manejaban por códigos. Así fue durante todo el momento que estuvimos ahí.

Marcelo Costas recuerda, reflexiona, sentencia: “Estuve en las prisiones, pero nunca fue como ésta, esto fue terror. No sabías si seguías viviendo o te iban a matar. Los chicos lloraban, eso te parte, la impunidad para pegarte e insultar a las vecinas. Me daba asco de cómo le hablaban a las pibitas, me daba asco. Todo eso me da bronca.

¿Por qué te dejan detenido hasta el domingo?
Por orden del fiscal Buscaglia.

¿Buscaglia te toma declaración?
Sí, me pregunto si quería declarar. Y yo lo quería hacer porque quería sacarme de adentro lo que me pasó. Esa noche no pude dormir. Donde estaba había agua. Lo único que pedí fue una silla para estar sentado y levantar los pies. Tenía todos los pies mojado, húmedo, me dolían los huesos. Cuando le pedí un vaso de agua, una morocha me señaló el techo y me dijo ahí hay toma de una gotera que caía del techo. Toda la noche fue terrible.