Hasta la victoria siempre, “Ravino”

Rodolfo Grinberg

Ravientrevista

  • ¿Dónde se cruzan la poesía con Yacyreta, Kurdistán, los juicios a lesa humanidad, Osvaldo Soriano? En Alejandro Haddad, periodista, documentalista y poeta. En charla amena, compartiendo unos mates en la Asamblea de Villa Urquiza, nos contó sobre sus libros de poesía, algunas experiencias como documentalista y los proyectos que actualmente está llevando adelante.*

¿Quién es para vos Alejandro Haddad?

Es complicado, pero hay una día que nací y pasó mi vida pero después hubo diferentes situaciones que hicieron que haya cambios, no sé si en mis objetivos, pero por lo menos en mi vida cotidiana. Estudié para ser maestro de primaria, mi idea era trabajar directamente en el interior, porque yo veía cuando era más pibe que mucha gente se venía a Buenos Aires con tal de escapar a la pobreza o la falta de educación de salud y entonces yo dije, que eso no pase más, entonces antes de que vengan para acá, estaría bueno ir uno para el interior.

Alejandro maestro
Ahora tengo 35 años. Me recibí a las 21 años de maestro y me fui a trabajar a la provincia, a Villa Astolfi donde era absolutamente terrible porque la mayoría de los chicos, o sea sus madres, trabajaban en countries, limpiando y lo que fuera, y los hombres no trabajaban, entonces eran todas familias que las manejaban las mujeres. Una cosa que fue para mí muy fuerte en ese momento. Para poder ir a la escuela me iba en bicicleta de Urquiza hasta Devoto y en Devoto me colaba en el tren entonces no pagaba viaje. De esa forma era posible que yo pueda trabajar, me pagaban 20 o 25 patacones por semana lo cual no me alcanzaba siquiera para el viaje. Después en un momento me quedé a vivir allá y ahí pude ahorrar un poco de dinero. Con ese dinero fui al sur y me anoté, y después de un año de estar en Alstolfi me llaman del sur que había trabajo y me fui para allá. Estuve allá un año y medio más o menos en escuelas rurales y empecé a tener dolores de cabeza, problemas en la vista y demás. Cuando vengo a Buenos Aires, era la época de navidad, y me hago ver acá en una oculista. La oculista me ve el ojo, me dice hacete una tomografía ya, ese mismo día me hago una tomografía, el tipo ve que tengo algo raro, llaman a un médico y finalmente me internan y me operan de la cabeza. Y ahí cambia otra vez mi vida. No otra vez, pero cambia rotundamente.

Alejandro periodista
Yo me quedo ahí en Buenos Aires por el tratamiento y demás y empiezo a tener más vínculo con el periodismo porque mi tratamiento duró dos años. Entonces yo me empiezo a meter en el periodismo, finalmente me pongo a estudiar y al mismo tiempo entro en la Agencia Rodolfo Walsh. Ahí me meto en el tema de la escritura ya más separado de mi carrera profesional que yo había elegido que era el ser maestro. Yo creo que las dos cosas se complementaron porque en la Agencia Walsh, como Rodolfo y Oscar, me apoyaban y además tenía la suerte de haber sido maestro, entonces me daba la función de ser más pedagógico en las notas. Siempre queriendo volver a la educación pero nunca se da. Finalmente me voy al norte, ahí me empiezo a vincular con la idea que estaba bueno que el periodismo tenga algo de imagen, entonces me meto en la cuestión documental. En el 2007 ya estudiaba para periodista, que después dejé, trabajaba en la Walsh e hice un curso de documentalista.

Alejandro escritor
A escribir empecé de chico pero no sé si tiene mucha importancia porque es como cantar en la ducha. Pero comencé a prestarle atención cuando estudiaba para maestro y empecé a leer a algunos autores, como Osvaldo Soriano y Julio Cortazar. Me empecé a meter en su literatura y me di cuenta que Osvaldo Soriano, que para muchos escribía mal, para mí tenía una manera muy amena y podía entrar en su literatura muy fácil y además con mucha profundidad. Empecé escribiendo imitándolos a ellos. Ahí ya tenía 18/19 años. Empecé a darle importancia al cómo escribía que al sólo hecho de escribir.

Después con el tiempo todo eso se fue descartando hasta que empecé a editar poesía. Primero escribía cuentos. Lo primero que escribí fue una novela que fue para practicar y nunca vio la luz pública. Tengo un amigo que siempre ve lo que escribo y es como un genio, pero es un amigo.

Después hice un libro de cuentos que lo publiqué, pero lo que más ganas me dan de difundir son los libros de poesía que son los que publiqué. Son libros que además están vinculados entre ellos. La idea era hacer cuatro libros sobre mujeres, pero más que eso es sobre la feminidad. No sólo sobre la mujer como persona, sino todo lo que tenga que ver con lo femenino. Salió uno que es “Ella haciendo los días”, otro que es “Ella surcando los tiempos”, y después hay dos más, un sería “Ella que son y se hacen” y otro que no tiene nombre pero también está dedicado a la femineidad.

Hay dos publicados y hay otro que ya lo puedo publicar porque ya está terminado. “Ellas que son y se hacen” no porque es un libro que a mí me resulta más difícil porque son mujeres concretas. Por ejemplo, hay una poesía que está dedicada a la Sayo, que era la esposa de Mario Roberto Santucho, que era una mujer para mí increíble. Después hay otro que está dedicado a la hermana que fue una de las primeras desaparecidas por lo menos de la familia Santucho. Está dedicado a mujeres que meritan una investigación para poder hacer una poesía, como para no pifiarle en nada, entonces ese es como muy lento.

¿Por qué elegís el tema femenino como eje?
Cuando fui a trabajar a Villa Astolfi era eso. Todas las mujeres eran la escuela. Yo ahí me di cuenta que los chicos participaban de la escuela pero también estaban sus madres y siempre se hace la idea que el maestro es el dueño de la escuela pero yo ahí me di cuenta que estaba supeditado a lo que decían las madres y los chicos. Ahí cambió mi cabeza también en cuando a la educación. No puedo ir a una escuela y creerme el dueño de la escuela, uno tiene que escuchar también a las personas que van ahí, que llevan a su hijo a su hija, o que antes llevaron a su hija pero son parte de la escuela por la historia y demás. La escuela como parte del barrio y como parte de la sociedad. Cuando yo vi que las mujeres sostenían la escuela para mí fue una cosa increíble. Empecé a tomar más identificación con la cuestión femenina, con la cuestión de la mujer.

No sé si se refleja en mi actividad práctica, política y diaria. Ojalá que sí, pero… es una sociedad muy machista y yo siempre fui muy machista y como cambiar esa forma para mí es complicado, trato de hacerlo y ojalá en algo se haya podido lograr.

En que otra experiencia ves una posición de la mujer mucho más activa…
En todos lados. Cuando fui a Santiago del Estero, son todas mujeres, no hay ningún hermano ningún primo, son todas mujeres.
Cuando yo fui a (como posibilidad que tuve como periodista de la Walsh) hacer entrevistas a Kurdistán, todo lo que vos veías eran hombres, pero todas las que trabajaban eran mujeres y tenían una creatividad increíble. De hecho, yo hice un corto documental que me ayudaron dos mujeres. Hay personas hombres hablando en el documental, pero las personas que me ayudaron fueron mujeres. Son mujeres y niños, los niños también. Cuando yo estaba allá decía, todo bien con el movimiento kurdo pero acá las que son importantes son las mujeres y los niños. Porque si una mujer que tiene o tuvo 9 meses a su hijo en su vientre y de repente quiere que este hijo vaya a ser parte de una guerrilla o una marcha para liberar al pueblo kurdo de toda la opresión de Turquía quiere decir que esa mujer tiene una fuerza increíble, tiene un nivel de creatividad impresionante. El hombre en esas no se mete, y la mujer todos los días llora a su hijo o a su hija y es algo increíble eso.

Hablando de la intimidad de la escritura, ¿sos de inspiración o sos de laburarla, corregirla?

Corregir sí, mucho pero no de laburar la poesía. Pasa más por la cabeza que por el trabajo. Yo no puedo dedicarme a decir que soy escritor, puedo trabajar de periodista de maestro. Primero que nunca gané plata y segundo aunque ganara plata es más la vida que uno lleva.

Viste que hay gente que dice “se me ocurrió algo, servilleta de papel, lo guarda, lo escribe y después lo labura”
Son diferentes técnicas. Lo vi a Galeano que escribía y escribía. Vuelvo a Cortázar, él decía si a mí se me ocurre una idea, voy y la escribo. Yo puedo estar tres meses que no se me ocurre nada y en el momento de escribir uno se desespera porque tiene ahí una idea muy concreta. Yo trabajo la idea primero en mi cabeza y si me llega un papel lo escribo.

Referentes en poesía, escritores o no escritores
Siempre me gustó el focklore y el heavy metal, ja. Un poeta que para mí es un genio es Manuel J Castilla, y con la música del Cuchi Leguizamón. No sé si porque le da una unidad o qué, pero los dos fueron discriminados y poco a poco se van metiendo en la sociedad. Juan Gelman me parece un genio, hay cosas que no le entiendo nada pero me parece un genio igual por la rítmica que tiene. Siempre fui de leer mucha literatura en español. Primero porque siempre supuse que las traducciones no eran muy buenas y segundo porque supuse que tiene más que ver con lo que me pasa a mí todos los días. También los rusos, no sé por qué pero los rusos me gustan. Siempre traté de conocer mi propia sociedad con la cual yo crecí y después ver otras literaturas, inglesa o francesa. Después Machado y Quevedo también.

Alejandro documentalista: Golpes de agua
La primera fue un corto cuando estaba haciendo el taller de documental que se llama “Golpes de agua”. Lo realicé con dos chicas con el que hice el taller. Son grupos de familia que estuvieron en Lacroze al lado de la Mutual Sentimiento. Vinieron acá porque habían sido desplazados de Yacyreta. Yacyreta es toda una complejidad también porque en los años 50 se declara en Argentina que se iban a hacer 50 empresas hidroeléctricas en todo el país y uno de ellas es Yacyreta. La firma Perón en el contrato en el 74/75 con Paraguay. Había un planeamiento de hacerlo que supuestamente en el 83/84 tenía que estar cerrado todo. No se empezó a hacer. Para eso se hace un relevamiento de toda la gente, en Paraguay y Argentina, que iba a ser desplazada por la inundación de la represa. En ese momento eran 15 mil personas en la Argentina. Cuando finalmente hacen la represa, las primeras turbinas, se desplazaron 80 mil personas. Evidentemente, del año 75/76 hasta el año 84 la población aumentó mucho. La represa había firmado por el primer contrato, entonces a las primeras 15 mil les dieron vivienda y al resto no les dieron nada. A las que no les dieron nada, muchas vinieron para Buenos Aires, para cuestionar porque acá estaba la empresa. Entre ellas, algunas se quedaron acá. Son los que estaban ahí, en un galpón junto a las vías férreas en Lacroze. Encima todos los días llovía, eso le dio un marco al documental. Se habían ido por el agua y acá todo el tiempo había agua y era medio insoportable.

La queja de los cadáveres
En el 2007 me voy al norte, hago un documental que es el único que se grabó, lamentablemente, que es sobre los muertos en la cárcel de Santiago, en la cárcel de varones. Había leído que había habido un supuesto motín, y que por el motín murieron personas, y cuando voy allá me encuentro que nada que ver, que el motín se inventó por el gobierno para precisamente matar a los prisioneros. Dentro de esos prisioneros estaba un tipo que dos semanas después tenía que declarar por el doble crimen de la Dársena donde estaban involucrados hijos del gobierno de Santiago del Estero. Por ese doble crimen de la Dársena fue que se produce el Santiagueñazo, en realidad el segundo Satiagueñazo, que después Kirchner interviene la provincia. Fue un cambio importante en Santiago y no se le había dado mucha importancia, de hecho ahora tampoco se le da importancia porque precisamente el gobierno no quiere estar prendido de esos crímenes porque mucha gente de esos crímenes pertenece al gobierno de ahora. En Santiago el Juarismo se reciclo a lo que es ahora el Zamorismo. Ahí me empecé a involucrar en el tema documental.

No había ido a Santiago con la idea de ir a hacer un documental. Más que nada, yo conocía Santiago. Cuando yo estudiaba maestro una posibilidad era ir para el norte para trabajar en las escuelas del Movimiento Campesino de Santiago del Estero, escuelas que se hicieron diez años después de mi recibida. Siempre tenía la intención de ir para allá. Fui y me contacté con las mujeres como para hacer una nota y finalmente me gustaron tanto que tenía la cámara ahí y empecé a grabar. Salió un cortometraje y después al año siguiente directamente me fui a vivir.

Ap Su Mai
El tercero fue “Ap Su Mai” que se grabó en Kurdistán y que es muy parecido a “Golpes de agua”. “Ap” es agua en kurdo, “su” es agua en turco, y “mai” agua en árabe. Lo que pasó allá era que había una represa hidroeléctrica que quiere hacer el gobierno turco en la región kurda. Kurdistán está dividido en cuatro países, la más grande de esas partes está en la zona turca entonces para, obviamente generar energía eléctrica, pero además para sacar población que apoya la guerrilla kurda. La guerrilla kurda empezó luchando primero por la independencia de Kurdistán y hoy, hace 15 años en realidad, viene diciendo no queremos la independencia, queremos vivir en Turquía pero que nos respeten nuestros derechos, nuestra cultura, y demás. Pero como el gobierno turco no quiere siquiera eso, pensaba desplazar a 80 mil personas que son 200 pueblos y entre esos hay una ciudad que tiene 8 mil años de antigüedad. Los tipos están diciendo por favor no hagan esto porque van a matar a la cultura, la historia y además obviamente nos van a desalojar a nosotros. Esa represa, la Ilisu, también se declaró en los años ´50 que se podía hacer y en el año 2000 empezaron a hacer las tratativas para hacerla.

Cortometraje sobre Cecilio Kamanesky
Después volví a Santiago del Estero y se empezó a hacer un juicio, el primer juicio por lesa humanidad en la provincia que se hizo a Cecilio Kamanesky. Su juicio estuvo postergado 7 años. Cuando finalmente se da una fecha, todos los jueces que estaban ahí tenían algún vínculo con la dictadura entonces no querían que fuesen ninguno de ellos, entonces se posterga hasta que hubo un juez que los pudo condenar. Yo ahí dije, puedo hacer un documental para difundir en las escuelas, o en algunos lugares, entonces hice un cortometraje sobre Cecilio Kamanesky.

Largometraje con Nora Cortiñas en etapa de edición
Y después, yo había quedado con la idea de hacer un documental sobre las mujeres allá en Kurdistán. A Nora Cortiñas que había viajado allá para participar de un Congreso, la grabé con las mujeres de allá. Cuando volví acá le pregunté a Nora si quería volver y me dijo que sí, que estaba muy entusiasmada y planeamos un documental que ese fue o está siendo el primero por el cual recibimos dinero, que nos dio el Instituto de Cine Argentino con el cual pudimos pagar los pasajes y comprar algo de sonido y alguna cámara. La idea es que Nora Cortiñas, como había conocido a las “Madres por la paz” que son madres kurdas, ella vuelve para solidarizarse con ellas, es decir, se interioriza mucho más con su historia y se solidariza. La mayoría de “Las madres por la paz” tiene hijos muertos en la guerrilla o muertos por alguna actividad política en las ciudades o están presos o alguna cuestión así. Lo bueno es que Nora fue allá y hubo un intercambio que estuvo bueno, la cultura argentina con la cultura kurda y la cultura kurda con la argentina, y además, Nora pudo volver a 30/35 años atrás cuando estaba luchando contra la dictadura militar. Fue allá, y no es una dictadura militar pero es un gobierno civil, democrático, no sé qué, pero sigue persiguiendo a los kurdos. Era una relación que a ella le volvía un poco su mirada hacia atrás y a su vez las mujeres de allá pudieron ver la fuerza que tiene Nora que es una cosa increíble. También se pudo atender un poco a cuestiones que tenían un poco las madres acá como por ejemplo ir a instancias internacionales como la OEA y la ONU.

¿Por qué elegiste Kurdistán?
En realidad no sé por qué. Yo había leído una nota en resumen latinoamericano que hablaban las guerrilleras kurdas y a mí me llamaba la atención que mujeres en medio oriente o la Mesopotamia agarraran las armas y salieran a luchar por sus pueblos. Además, estas mujeres decían que luchaban por lo mismo que el Che Guevara y el Subcomandante Marcos, entonces digo, estas mujeres algo de idea tienen del mundo. Fui para allá para cubrir un encuentro de Mesopotamia, del foro social, y para conocer un poco más la realidad y cada vez que iba por un lugar las mujeres estaban solapadas por la presencia de los hombres pero siempre tenían una fuerza increíble. Son las primeras mujeres en toda la región que toman las armas para defender su lucha. Son mujeres que dentro de la guerrilla, dentro del PKK (el partido revolucionario de los trabajadores), dijeron bueno nosotros somos mujeres y estamos cansadas que los hombres nos digan qué tenemos que hacer. Armaron un ejército propio y dijeron ahora las decisiones las tomamos nosotras, dónde atacar, cuándo atacar, cómo atacar, etcétera. Cada tanto se juntan con los hombres porque es la misma organización pero tienen debates. Todo eso lo aprendí cuando fui para allá y me pareció que estaba bueno y además estaban estas mujeres que son muy similares a las madres de plaza de mayo.

Me dije por lo menos hay mujeres y se puede mostrar al resto del mundo, que no son lo que los grandes medios de comunicación nos quieren difundir. Hay otro tipo de mujeres, mujeres que luchan, que están con el hijo durante el día, trabajan la tierra y además pelean para que su pueblo sea conocido. Y además, toda esta cuestión que es importante, que empezó a evaluar el pueblo kurdo de no querer la independencia sino querer un federalismo, tal vez algo parecido a lo de Bolivia, o para mí más parecido a los Zapatistas. Nos juntamos, la mitad del gobierno son mujeres, la mitad son hombres. Empezar a convivir y gobernarse con el mismo pueblo, no con el gobierno de arriba, sino con un gobierno más horizontal.

Todo eso me fue enseñando y me fue dando material para poesía, ya que hay un libro que está dedicado a la mujer kurda por todas estas cuestiones que tiene. Las mujeres de allá tienen que convivir su lucha contra sus Estados que la reprimen y contra su propio pueblo. En la guerrilla dijeron bueno vamos a hacer una organización paralela, paralela pero dentro, son como autónomas. En la vida tienen que luchar contra la violación de los hombres, que si un hombre la viola a ella a la que matan es a la mujer no al tipo, porque ellos consideran que la mujer conversa el honor de toda la familia. Entonces como deshonró a la familia la matan a ella y no al tipo a tal punto que el gobierno de allá, de Irak, Turquía no le da importancia a ese asesinato a pesar de que es un delito. No le dan importancia porque está dentro del Islam. Hay toda una confusión y la mujer dice, esto se tiene que terminar, a mí no me mata ningún chabón porque yo no tengo nada que ver con el honor de la familia. Incluso quizás se la viola el tío, el primo, pero es lo mismo.

Proyectos documentales
Terminar este documental y ahora estamos con un amigo kurdo periodista y empezamos a armar un documental sobre los armenios. Con esta cuestión de la federación, muchos armenios que fueron perseguidos en Turquía, un millón y medio murieron, eso quiere decir que muchos pueblos que eran armenios en Turquía ahora no hay nada, pero muchos fueron a muchos lugares como a Grecia, Siria, Líbano, Irán, y obviamente Argentina y Uruguay y Estados Unidos, son como los tres países donde más armenios hay, y Francia. Dijimos vamos a trabajar, de por qué cuando vuelven los armenios, vuelven a la Armenia oriental, la que está protegida por la Unión de República Socialista Soviética. Los soviéticos dijeron, en la parte de Armenia que está dentro de nosotros pueden hacer un país y en la parte Armenia histórica que está dentro de Turquía no quedó nada. No quedó como límite, como nada, no es un país. Vuelven a la Armenia soviética pero ninguna era de la Armenia soviética, eran todos de la Armenia de Turquía. Eran todos de Van, de Bingöl, de Marash. La pregunta es ¿por qué no vuelven a la Armenia de ustedes, donde está su propio olor, donde la familia nació ahí? Se está armando una discusión que está buena porque todo el mundo dice “es la verdad, si yo no nací ahí, ni mis papás ni mis abuelos”. Es como volver a Turquía y nos parece interesante por esto, algunos dicen que un documental no puede transformar la realidad aunque yo creo que sí puede transformar, aunque sea de una pequeña manera. De hecho cuando Nora viajó allá, hizo una transformación porque en el documental aparecen cosas que las mujeres kurdas nunca se plantearon y en el momento hicieron. Y ahora también, porque es un modo de decir yo voy a volver al lugar de donde era mi familia, no sé dónde es, no conozco la tierra, no conozco el olor, pero tengo un montón de historias que me contaban que son de ahí, no son de la otra Armenia digamos. Creo que eso va a estar bueno como proyecto.

¿Cómo entra la poesía como transformadora de la realidad?
En primer lugar, cuando estudié para maestro me sirvió para ser periodista, ser periodista me sirvió para hacer documentales y todo eso tiene que ver entre todo, y entre todo está la poesía y la literatura. Entonces, hay cuestiones en el documental que tienen algo poético porque no son estrictamente de la vida real. Por ejemplo, en el documental de Nora hay una mujer que canta, no tiene absolutamente nada que ver con el documental pero es algo real de la vida. En todos lados vas por el campo de Kurdistán y las mujeres cantan, como acá, vas a Salta o Jujuy y la mujer canta. Eso tiene algo de poesía, porque metes en un documental algo que supuestamente es de ficción pero en realidad en toda la vida es verdad, es decir suele pasar. Nosotros tenemos algunos puntos de poner en el documental esta relación que uno busca entre lo que fue el genocidio armenio con lo que fue el genocidio en Argentina o en Uruguay. No es algo que uno lo pone porque le parece similar, sino porque es negar a un pueblo que piensa diferente a vos y perseguir a un pueblo que está en contra de tus pensamientos o tu forma de ser. Para mí es algo absolutamente absurdo porque si un niño le tira piedras a un policía que está armado y que tiene el chaleco antibalas, ese pueblo no va a parar nunca más de luchar, entonces es absurdo que vos quieras prohibir a un pueblo. Todo eso tiene una cuestión en mí de poesía. De buscar todo lo lindo que hay a pesar de la guerra, eso es importante. No hay ninguna poesía de una mujer que esté combatiendo con su arma, porque me parece que su arma más grande ahí es su corazón, su palabra, su lucha cotidiana, que está al margen de la guerra y porque el pueblo allá se sonríe todo el tiempo. Tiene a su hijo muerto, y no es que lo llora todo el día. Lo llora un sábado pero después toda la semana está luchando y está sonriendo para festejar que el hijo incluso murió y no porque murió sino porque estaba con una lucha firme y convencido, y porque el hijo no quería matar turcos tampoco. No es una lucha de pueblos, es una lucha de soberanía, es decir somos esto y queremos llevarlo adelante. Hay muchas cosas que para mí tienen poesía y el desarrollo del documental tiene que ver con eso.

Fuente: AW