La mesa de las ilusiones

Alejandro Pizarro

LA VISITA
9:30 de la mañana, puerta del Penal, dos penitenciarios apostados con ametralladoras, parecen clavados en la vereda para flanquear la entrada. “Arriba en el lindel del enorme portón en letras gigantes un enunciado – CARCEL -, como si la puesta en escena no fuese suficiente”. Un guardia apenas cruza los ojos para verme avanzar a la gran puerta de chapón y acero, como si me dirigiera a un portal sacrílego que divide con total hermetismo dos mundos. Con tres fuertes golpes de puño llamo. Una pequeña mirilla se abrió y solo una palabra se descolgó “¿Si?”. “Oscar”, me presenté y no alcancé a decir más…” Si, si”, de repente crujió el portal y apenas dejo una hendija para que pasara un cuerpo delgado – y no era el mío -. Detrás, como lo había supuesto, era otro universo otra realidad. Doce hombres me esperaban, pertrechados con cascos, palos y escopetas. Detrás de ellos otra puerta mas impenetrable aun. Una voz amable, se arrimo y dijo: pase, pase. Venga, necesito su documento, su bolso y que se quite la ropa, por favor.

9:45 mientras me ataba los cordones de los zapatos, un hombrecito con un puñado de estrellas en ambos hombros me pide que lo acompañe. Y así lo hice. No dijo palabra alguna más, jamás me miró y creo que le fastidiaba mi presencia. Me condujo por un laberinto interminable de recodos pasillos y candados, hasta un salón de techo alto y puertas largas, las paredes estaban maltratadas, la luz apenas se filtraba por unos ventanucos finitos que daban a la calle. Palomas anidaban en el cuarto, y sus pichones de lo alto gritaban de exigencia. Una mesa vieja y maltratada se hallaba en el centro y, cuatro bancos destruidos la rodeaban. Cuando me di cuenta me encontré solo, – giré y ya no estaba el tipito -. Miré mi reloj y pensé “llegué muy temprano”. En soledad me senté en uno de los bancos, de espaldas a la entrada a esperar.

10:00 en punto aparecieron los muchachos. Al escuchar los pasos que se venían en tropel por el pasillo, me puse de pie. Primero entro Claudio, atrás llego Marcelo, luego Edgardo, lo siguió Mauricio y detrás Daniel. Entre saludos y presentaciones se me acalambró la mano. Y según ellos aún faltaban otros. Los muchachos hablaban acaloradamente como si no estuviera allí. De vez en cuando me pasaba un mate Claudio. Hasta que de mi bolso saque una pequeña grabadora y la puse sobre la mesa. Todo se silenció abruptamente, – que hasta los pichones se callaron -. Me intimido semejante actitud,…y según note en sus rostros, mí actitud a ellos. Lentamente deje mi bolso en el piso, y por detrás una mano me tomo los hombros. No se asuste amigo, no están acostumbrados a que los graben, sepa entender. Además no pidió permiso. ¿O si? Por cierto soy Alejandro, ¿usted? Oscar. Creo que hable con usted por la visita. Si…si, es cierto. Estos dos que vienen conmigo son Pedro y David. Todos nosotros somos Yaja Pora. Este es nuestro grupo. Ande, encienda su grabador, aquí hablamos mucho y cuando comienzan a fluir las ideas el oído no da abasto.

10:15 gente… comienzo con informar que hemos comprado con el dinero recolectado, una impresora, tinta y una caja de hojas A4. Bueno, pasemos al punto pendiente de la semana pasada.…partiendo de la pregunta de Marcelo: Nuestra realidad (carcelaria) existe, ¿o más bien la construimos entre todos) ¿Que piensan?
-Mira Marcelo, yo creo que nada existe porque si. Y en este caso esta realidad, – La nuestra – la construimos entre todos. Nosotros, los penitenciarios, el juzgado y la sociedad.

-Yo creo que tienes razón “Hermano”. Mi realidad es consecuencia de un proceso (como se dice) In ter ac ti vo. Mi familia, el barrio, la policía, los jueces, la sociedad, el Estado, Yo. Todos somos culpables de quien soy. Yo el mayor culpable, – claro – pero sin los demás cercándome a esta miseria, quizás quién sabe que sería hoy en día. Quién sabe…

-La verdad que sí. Yo por ejemplo, no tuve ni la menor oportunidad. Mi viejo murió cuando era chico, mi vieja hizo lo que pudo y con cuatro hijos pequeños para criar, que mierda, le fue difícil a la pobre mujer. De clase media a pobres a casi indigentes, sin escalas. La más cruel miseria. Era el más grande, así que salí a la calle haber que traer para comer. Luego a traer lo que sea y al final a hacer lo que sea. Nunca nadie me tendió una mano, en el colegio ni se enteraron de mi ausencia. Los vecinos ni nos veían, la policía solo me reprendía, luego me golpeaba y al final me detenía, la justicia jamás me preguntó el por qué era así, solo me iniciaba causa y me mandaba al correccional. Claro siempre huía. Y entre malcriado por adultos, golpeado por adultos, violentado por adultos y olvidados por adultos, me convertí en adulto de Mierda (en lo que soy).

-La realidad es que “somos” el resultado de lo que dijo el compañero, La In te rac ción en la cual tienen que ver tantas personas e instituciones, para mal…claro.

-¡A ver! ¡A ver! ¿Entonces de quién es la oportunidad de resocializarse ¿Del preso o de la sociedad? Porque según entendí la sociedad, se encargo de desocializar con todas las herramientas adultas que pudo al preso. (El clasismo, la exclusión, la mala educación, lo vedado, el hambre, la desigualdad, la corrupción, la miseria, el desinterés, la imputabilidad, la sistematización y la deshumanización) Con eso ¿Que pretenden? Un santo. O un hijo de puta.

-Sino. Que esperan… Yo por mi lado caí preso de grande. Nunca robé, pero de que me sirvió, si al final borracho por las deudas acabe matando a un pobre diablo en un bar. Acorralado por la sombra del desempleo vivía borracho. (Hay que ver como a esos amigos de los bares jamás se les acaba el crédito) ¡Puta madre!

-Amigo, te entiendo. Yo por mi parte mantenía a mi familia a duras penas, cuando me vi en la necesidad de salir solucionar una gravedad, y como la necesidad y el trabajo casi nunca se equiparan viste, Salí a robar. Después perdí, y me hago cargo de mi desesperación, no podría llamarlo error; mi hija se pudo recuperar Gracias A Dios y aunque me odia por no estar con ella: “Existe para odiarme y con eso me alcanza”. Pero de eso no quería hablar, si de mi sensación, una que varias veces charlamos acá en este lugar. La justicia para LA JUSTICIA es injusticia para los demás. Porque para ser sincero, yo por lo menos acepto que me cabé el castigo (Y no vengan a decir que la condena no es castigo, esas pavadas no me van). ¿Pero se impartió justicia para mi familia, para el damnificado y para la sociedad teniéndome encerrado ya siete años? Donde yo perdí mi familia, mi familia a mí, el damnificado objetivamente no gano una mierda y la sociedad solo un inútil más que mantener. Porque voy a ser sincero gente, pongamos que robé dos mil pesos hace años, eso gastan por mes manteniéndome encerrado. ¿Qué justicia justifica gastar para castigar? A mí y a mi familia. Porque la verdad fue injusta LA JUSTICIA con mis hijos y mi mujer. El castigo fue mayor para ellos que no son correctamente alimentados, ni tienen un techo digno o asistencia como la tengo Yo en la cárcel.

-Encima amigo, ni te dejan ayudar. Digo con el aporte del trabajo que un hombre sano puede realizar, aún estando en estos lugares. Ese tema me carcome la cabeza la verdad. Saber que mis hijos necesitan de mí. De un plato de comida sobre la mesa y la asistencia básica. A veces no puedo ni tragar bocado, pensando que ellos quizás no comieron en el día. LA JUSTICIA es rápida para hacer justicia entre la víctima y yo, pero para las familias que justicia existe. La pena los trasciende los abraza y los asfixia. Marchita no solo a uno, sino también al entorno. Mi hijo por ejemplo, me contaron que ya anda robando y apenas tiene doce años. Culpa mía no es, no estoy. Culpa de mi mujer, imposible, trabaja en dos lugares, de la junta quizás… no sé, no estoy. Pero la justicia del Estado no piensa en la injusticia que acarrea “la Justicia por ser justo con las partes sin medir a quien daña por relación”.

-¡Que justicia ni ocho cuartos! Esos lame culos que se creen dueños de las vidas ajenas.

-Bueno… bueno… chamigo. Les leo: “No existe juez ni nadie que te quite la Libertad. Eso es inalienable porque uno solo es libre cuando quiere, no cuando lo dejan. La libertad nada tiene que ver con la justicia o los caprichos de esta. La libertad se halla fuera del alcance de una simple herramienta humana. “la Justicia” necesita hacerte creer que tiene el control sobre tu libertad, y está muy lejos de ser cierto, ya que la libertad no es un derecho, sino un “don” sin punto de veda. Hacer creer que la justicia o el Estado tiene potestad sobre la libertad, es una maniobra extorsiva por las malas políticas”. Muchachos, creí que este tema ya lo habíamos aclarado en la primer reunión, este es nuestro prologo de constitución como Grupo. El libre albedrío y la justicia son polos opuestos. Les queda claro.

-Si todo muy lindo, pero en la práctica yo quiero ser libre de ayudar a mi familia. De pese a esta condena hallar el mecanismo de recuperar mi hombría, mi persona, mi utilidad. Saben lo difícil que es tener las ganas y la fuerza y, que algo o alguien no te deje. Es difícil entender la frustración, que se provoca cuando oyes “buscamos recuperar un ser útil, a la sociedad” pero nos convierten en inútiles.

-Ahí estoy con vos. Jamás le halle sentido a este colectivo llamado Cárcel, que te alza en el camino de la miseria y solo te traslada, en el tiempo. Cuando veo a esos pibes nuevos, me veo en ellos, – ya hace tantos años – y sin embargo a pesar que he cambiado, solo lo hice para peor. Soy el mismo que fui, solo que más viejo y más mañoso y con menos paciencia. Qué sentido tiene la calle, si ya no es mi calle. Si el tiempo me quitó todo y apenas tenía mi alma.

-Es muy triste viejo. Y lo peor es que a más de uno nos va a pasar. Por eso, quiero que veamos la manera de poder ayudar a nuestras familias, que la condena no nos quite lo único que importa en la vida “La Familia”. No va a faltar algún boludo que diga: “Si tanto te importa tu familia para que saliste a hacer cagadas”. Por la familia mayormente uno hace cosas muy locas y casi nunca se miden las consecuencias. Y a veces algunos acabamos aquí, otros con más suerte no, bien por ellos… no.

-Yo propongo que en la próxima reunión se invite a medios, legisladores, entidades civiles y de derechos humanos a tratar, la flexibilización de los requisitos para hallar trabajo en esta provincia, teniendo en cuenta la alta desocupación y el trabajo en negro existente incluso en el plano estatal.

-Podemos sugerir alguna estrategia, para conjugar la parva de certificados de capacitación y formación profesional, con los diplomas de la escuela y, armar un currículum vitae. Yo leí en algún lado de la ley que se debe impulsar la reinserción social. Y que mejor para un adulto capacitado, que la posibilidad del trabajo genuino, dentro de lo posible.

-Porque no pensar en que se le dé, a los internos más calificados, salidas transitorias para salir a buscar trabajo, de dos horas diarias de lunes a viernes durante un tiempo pautado. Yo por ejemplo acá aprendí el oficio de maestro panadero. Y el pan compañeros se come todos los días y es trabajo seguro si tienes ganas de trabajar.

-La verdad que esta piola la idea, che. Yo creo sin desmerecer a la gente de la calle, tengo una capacitación de fácil, diez oficios y el de refrigeración que estoy haciendo por la noche; ósea que “este año voy a tener once Certificados”. Que tal…

-Si todo bien, pero fíjate que son todos oficios que te demandan una inversión inicial. Alguna herramienta, insumo, maquinaria o local. Decime como hago para iniciar algo. Si salgo con una piojera. ¿Qué hago?… ¿salgo a afanar?

-Y no… compañero, la idea es “Reformular las estrategias de trabajo” ó sea dejar de robar. Y salir a “trabajar” de algo legal, aunque mas no sea una changa, para juntar dinero para la familia y ahorrar para el proyecto de trabajo que uno elija. Sino la verdad, qué sentido tendría tantos certificados. Encima apenas te pidan el de la buena conducta, sonaste.

-Está claro gente que este debe ser el punto a discutir con la gente que invitemos la semana que viene. Anota Marcelo “Reformulación de estrategias de trabajos para personas presas” después vemos a quien invitamos.

-Bueno compañeros, el pito de la comida, así que nos estamos viendo. No se olviden de saludar al invitado. Gracias.

-Bueno nosotros nos vamos Oscar, seguro ya te vienen a buscar, espero te haya servido vernos, conversar. Como viste, no es nada del otro mundo. Si quieres venir para la próxima Reunión como PRENSA, date por invitado compañero. Adiós…

OTRA VEZ SOLO
11:30…Que locura. Fue un vendaval de ideas y vidas frustradas. Cuantas ideas y que claridad de la propia situación. Ojala yo la tuviese tan claro como estos locos. ¿Y ahora qué? Escribo, no escribo, ¿Que digo? Bah! Yo solo transcribo, y que sea lo que Dios quiera.

Señor: Vamos, ya es hora de que se vaya.