¡Libertad a los Seis!

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Estando en prisión empezaron a llegar junto a nosotros los abogados de Fidela, el Negro Soares junto a la abogada Liliana Mazzea y Fernanda Pereira, quienes nos representaron como defensa en el trámite de extradición. Y comenzaron las visitas solidarias de organismos de derechos humanos como la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, y numerosas organizaciones políticas y gremios de todas partes. Fuimos construyendo junto a las organizaciones una sola voz, y fuimos construyendo una unidad granítica como los seis. En octubre del 2006 fuimos traslados a otro penal en la provincia de Buenos Aires en Marcos Paz, a una cárcel de máxima seguridad, donde para ponernos a prueba nos mantuvieron separados 24 días. Nuestro reencuentro nos valió para valorar la importancia de la unidad para enfrentar cualquier dificultad.

Junto a las organizaciones solidarias se fue construyendo nuestra identidad como seis campesinos, con reflexiones, estudiando, escribiendo la historia tras las rejas. Como campesinos nos tomamos todo el tiempo para ir desmenuzando los desafíos que trae consigo la injusticia en un territorio ajeno a nuestra realidad. Hoy a 13 años contar esto es duro, tantas cosas pasaron que hasta nuestra unidad se ha vuelto débil a esta parte del tiempo. Pero lo más hermoso de todo esto es que somos sinceros al hacerles saber a todos, la verdad por más dura debe ser contada.

Pero en medio de nuestra debilitada unidad, cada uno sigue haciendo aportes de acuerdo a su capacidad y sus habilidades en medio de la más absoluta precariedad y el hacinamiento en la que nos toca vivir aquí en el penal de Tacumbú en Asunción. No es fácil escribir las palabras justas, en momentos tan difíciles en las que vive el mundo. Como presos de Conciencia hacemos un llamado a levantar con nosotros nuestra bandera por la liberación.
A gritar en una sola voz Libertad, Libertad a los Seis.”