TORTURAS, AMENAZAS Y ARMADO DE CAUSA A UN TRABAJADOR DE LA CPM

La CPM manifiesta su preocupación frente a la gravedad de lo sucedido, que una vez más, da cuenta de las prácticas sistemáticas de la Policía que no son condenadas, quedando impunes o con penas muy leves.En el día de hoy, la CPM remitió sendas notas al Ministro de Justicia y Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Dr. Ricardo Casal; a la Auditora General de Asuntos Internos, Dra. Viviana Arcidiácono; al Subsecretario de Política Criminal, Dr. César Albarracín y al Secretario de Derechos Humanos, Dr. Guido Carlotto. La CPM considera “necesaria la intervención de estos funcionarios para que se viabilicen todos los mecanismos de protección y reparación para la víctima”. Además, la Comisión solicita al Ministro Casal la separación de los policías responsables. Sábado 4 de mayo: Verón es detenido mientras caminaba por una calle de Ensenada. Se identifica y dice que es vecino de ahí, los policías le responden: “sabemos muy bien quién sos”. Lo tiran al piso y le pegan. El comisario le pega primero con el bastón, lo derriba y ahí empiezan las patadas y las piñas. Lo llevan arrastrando por el piso hasta la comisaria, que estaba a unos veinte metros, lastimándole rodillas y los pies, porque estaba en chancletas. Una vez en la comisarían lo tiran en una celda, sucia con excrementos. Allí lo tienen a oscuras por tres horas aproximadamente. Luego lo trasladan a la comisaria de Punta Lara también con maltratos y golpes. Mario Verón reconoce entre sus agresores a uno de los agentes de la Comisaría de Berisso que lo había golpeado hace 5 meses y todavía continúa en funciones.Agentes de la Comisaría primera de Ensenada realizan el traslado a la fiscalía, con aprietes y amenazas. Allí le inician una causa caratulada como “desacato a la autoridad”. En octubre 2012 Mario Verón había realizado una denuncia, con el patrocinio de los abogados de la CPM, en el Ministerio Público Fiscal, por lesiones y tortura por parte de personal de la Comisaría 1° de Berisso. Además, la CPM había solicitado al Ministerio de Justicia y Seguridad provincial y a la Secretaría de DDHH, por medio de la Comisión Interministerial de Prevención de la Tortura, la intervención e investigación del hecho.En noviembre de 2012 Mario Verón sufrió una nueva persecución e intimidación tras haber denunciado las torturas sufridas en octubre. Los hechos 21 de octubre a las 0:30 Mario Verón se dirigía en taxi hacia su casa en la localidad de Ensenada cuando fue interceptado por policías de la Comisaría Primera de Berisso en un operativo a la altura del Puente Roma. Al no encontrar el documento de identidad que le requerían, los agentes intentaron sacarle su bolso; el joven se identificó con su nombre, apellido, número de documento y como trabajador de la CPM. Los policías llamaron a otro móvil, que llegó al lugar con dos agentes más. Al bajar del taxi, Verón fue esposado con las manos atrás, lo tiraron al piso y comenzaron a golpearlo violentamente con patadas y trompadas en ojos, cara y cuerpo. Le apretaban la cara con un pie calzado con botas, mientras le decían “me importa dos bolas que trabajes en derechos humanos”. Mario Verón fue detenido y trasladado a la Comisaría 1ra. de Berisso y alojado en un lugar cercano a las celdas, donde se encontraban ya otro joven golpeado por la policía. Allí entregó sus pertenencias, incluido el documento de identidad. En esos momentos un funcionario policial dijo “sacalo, a ver si se nos ahorca como el otro”, en clara referencia a Cristian Domínguez, el joven asesinado en esa comisaría y cuyo homicidio intentó presentarse como suicidio. Alrededor de las 3:30, Verón recuperó su libertad; luego de algunas horas, fue a la guardia médica del Hospital Cestino donde se constataron excoriaciones en ambas rodillas, en la región lateral del cuello y hematoma en párpado superior derecho y céfalo hematoma en la región occipital derecha. 5 de noviembre 2012. Alrededor de las 3 y media de la madrugada, cuando volvía a su casa, a 20 metros de su domicilio cuatro móviles policiales de la comisaria de Ensenada cortaron el paso del remis en el que viajaba, como si se tratara de una persona peligrosa. En una clara acción de intimidación (dos móviles adelante y dos atrás) hicieron bajar a Mario del remis y le solicitaron documentos. Cuando se los entregó, lo miraron, se rieron y lo dejaron ir. Le preguntaron donde vivía y no informaron las causas de esa acción.